Cαριтυlσ Cυαтяσ segunda parte

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De repente una moto se me cruza en el camino, yo doy un paso atrás y un pequeño grito de pija se me sale, miro a mi alrededor avergonzada, pues hay quien me mira. Me pregunto que coño le pasa a la gente que cada día conduce peor.

Pero resulta que no es ningún accidente. Es Adam. Se ha quitado el casco y me mira con diversión, lo miro mejor, ¿desde cuando tiene moto? Intento situarlo alguna vez con una moto a la salida o a la llegada del instituto, y a menos de que la dejará en un sitio alejado del colegio, él no tenía moto.

- ¿Por qué tanta prisa?

- ¿Tu que crees? Tenemos examen de mates- le digo

Sigo caminando a toda prisa, mientras él me sigue, cosa que me pone nerviosa. Le tengo vergüenza desde lo sucedido ayer y me da corte mirarlo directo a los ojos. O simplemente mirarle.

- Si quieres te llevo- se ofrece, me detengo un momento y le miro, ¿desde cuando tanta amabilidad?.

- No, gracias.- le respondo

Después de mirar su moto, ¿subirme con él? Ni loca. Tiene pinta de conducir con agresividad y paso de llegar templando al colegio. Sigo caminando con prisa, ¿es que no se da cuenta que va por la acera y estorba? Se supone que es para las personas, no para él y su recién adquirida moto.

- Venga, te falta un buen pedazo para llegar al Tuto, y, si tan importante es para ti el examen del Gómez, deberías dejar que te llevará.

- ¿Por qué tanto interés en llevarme? Es más, ¿desde cuando me hablas así?

- ¿Así como?- pregunta haciéndose el tonto, yo solo le miro y él ríe a medias- vale, te trato mal, pero no es personal. Hoy... me siento amable, quiero hacer como quien dice, una buena obra.

- Oh vaya, ¿Qué conoces lo que eso?- le digo sarcástica, pero me arrepiento al segundo. Últimamente estoy jugando con fuego, Adam no tiene tanta paciencia y no es muy difícil que me pegue un hostia cuando se canse de mi.

- Que graciosa saliste pececito- dice riendo irónico.

- ¡Que no me digas pececito!- grito en medio de la calle, haciendo que algunas personas se detuvieran y nos miraran de forma rara, Adam simplemente me miro y yo, avergonzada a más no poder, intente ocultarme las mejillas con la bufanda y el pelo- déjame ¿vale?- Dije y seguí caminando.

- ¿Sabes? Ya son las ocho y dos minutos para ser exactos- dice un rato después, cuando yo pensé que incluso ya se había ido.

- ¿Qué?- grito y compruebo la hora en mi móvil- mierda, ¿ves lo que provocas?- le grito y le empujo

El me toma por la muñeca con fuerza. ¿Qué coño he hecho? Se acabo, estoy muerta. He acabado con su paciencia. Me pongo nerviosa y estoy casi segura que mis temblores se notaban por la forma que él me miraba e intente soltarme, pero no pude. No tengo ni pizca de fuerza comparada con él. Vaya mierda, con eso de que los chicos son más fuertes. Al final, va a hacer verdad.

- Deja el show, yo no tengo la culpa de que te hayas quedado dormida, que fue seguramente lo que paso. Me he ofrecido amablemente para llevarte y ¿me lo pagas así? ¿queriendo pegarme?- pregunta haciendo una pausa, me suelta y me grita- anda y que te den- yo le miro sorprendida.

- Lo siento, tienes razón, perdona- digo avergonzada, ¿eso salía de mi?

- Esta bien- dice adoptando de nuevo su actitud chulesca

- Me.. Me bueno tu...

- Anda, sube- me dice pasando el casco.

Yo le miro sorprendida, no me ha hecho falta decirlo, mejor, porque me da un corte tremendo. Cojo el casco que me ofrece y me lo pongo como puedo, él ríe negando con la cabeza, como diciendo "que fracaso de chica" y me lo pone bien, como es. Sus manos acariciaron por una milésima de segundos mis mejillas y fue como una descarga eléctrica que hace que casi tiemble del gusto. Me subo a su moto con torpeza y me pego todo lo que puedo a él y compruebo que huele bien. Al menos el chico es limpio. Él me toma las manos y me las entrelazada rodeando su cintura.

Y por último, juraría que me acaricia los dedos suavemente, por unos segundos, luego, es como si se hubiera dado cuenta de lo que hace y le quemase porque aparta su mano bruscamente. Y arranca a toda velocidad. Tengo la certeza de que llegaré a ese examen. Si no es que muero por el camino.

Y así...El tiburón se enamoró del pececito (Adam Levine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora