Cαριтυlσ Dιє¢ιѕιєтє

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Poco a poco abro los ojos, la luz blanca es molesta, casi segadora y me dan ganas de volver a cerrar los ojos, pero hago otro esfuerzo y los abro del todo, me voy acostumbrando a tanta luz. Me incorporo en la camilla, sé que estoy en el hospital, me desmayé. Y ahora recuerdo porque. Mi padre esta en coma. ¿Acaso hay algo peor en la vida?

- Cariño, ¿estas bien?- me pregunta la voz preocupada de mi madre, la miro y me doy cuenta que detrás de ella esta Adam mirándome atentamente, no puedo evitar sonrojarme levemente.

- Si, mama, tranquila.

- Voy a llamar a la enfermera- dice y me da un beso en la frente antes de salir de la habitación.

- ¿Cómo te sientes?- me pregunta Adam acercándose a mi.

- Bien, gracias por ayudarme.

- Si no he hecho nada, pececito, no te emociones- dice cortante

Yo me quedo callada, ¿es que acaso no se da cuenta que este no es un buen momento para que sea tan borde conmigo? Miro a otro lado, el momento no puede ser más incómodo.

- Siento lo que le esta pasando a tu padre, debe de ser muy duro para ti. - me dice suavemente

- Si- apenas soy capaz de decir pues enseguida me vienen ganas de llorar

- Seguro se recupera- me dice intentando animarme.

- Eso espero. Él tiene que hacerlo- digo ya sin poder evitar que las lagrimas salgan.

- Vamos, no llores- me pide. Se acerca más a mi y me seca las lagrimas, me sonríe - ¿acaso has visto a un pez llorando alguna vez?

- ¡Que no soy un pez!- le chillo haciendo un puchero, él se ríe de mi, que no es novedad, pero su risa me provoca una sonrisa. Se acerca a mi y comienza a darme besos por el cuello, yo reprimo un gemido, me toma por la cintura y siento como me comienza a hacer un chupetón mientras me acaricia y lo separo de mi haciendo mi mayor esfuerzo- no es el momento

- Lo se. Perdona- me dice acalorado, y por primera vez lo siento avergonzando.

- No pasa nada. - digo sonrojada

- Cariño, enseguida viene la enferma- entra mi madre diciendo, sin darse cuenta de lo que ha pasado y de cómo esta el ambiente- luego... vamos a intentar ver a papa, ¿quieres?- dice acercándose a mi

- Si. Quiero verle. - digo ansiosa. Adam se aparta de nosotras, pues ha recibido una llamada, parece nervioso y me mira de vez en cuando, luego, cuelga el móvil enojado. Me doy cuenta de cómo toma aire varias veces antes de acercarse a mi de nuevo.

- Me tengo que ir. Espero que tu padre se mejore- me dice y se que es sincero.

- Gracias. - le digo, se despide de mi madre con educación, una que pensé no tenía y se marcha.

Y así...El tiburón se enamoró del pececito (Adam Levine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora