Cαριтυlσ Siєтє

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Pasan algunos días y he evitado a Adam todo lo que he podido. Le conté a Lorena lo que me paso con él aquel día y ella me aconsejo dos cosas: o hablar con él o hacer como si nada y pasar de él. Y he decidido hacer lo segundo. Aunque en realidad, casi ni me he esforzado, pues él casi no ha aparecido por clases, en toda la semana solo ha venido a dos o tres clases. A veces me pregunto como ha conseguido llegar a último curso de Bachiller.

Y lo poco que ha venido me ha ignorado, se ha dedicado a mirarme y después hacer como si no existiera. Eso me ha molestado. ¿Por qué esa actitud? Es como si no recordara que paso toda la tarde conmigo, o que defendió a Marta y a mi de su amigo Roberto, o que me ha besado ya tres veces. Joder, si es que llevo hasta la cuenta. Puto Adam y sus besos.

- Hola- le saludo cuando aparece por clase, ya ha pasado más de una semana de lo sucedido, pero quiero saber... no se lo que quiero saber.

- ¿Qué quieres?- me pregunta cortante.

- No hace falta que seas borde. Solo te he saludado.

- Tienes toda la semana viéndome, ¿y ahora te dan ganas de saludarme?- bufa.

- Bueno...

- Mira Jiménez, no tengo ánimo para tu gilipolleces ¿vale?

- Bueno eh, solo te he saludado. Conmigo no pagues tu rabia.

- Pues si no quieres que la pague contigo, no me jodas. No me hables ¿entiendes?

- ¿Sabes que? Vete a la mierda- le grito llamando la atención de todos los de clase. Se me había olvidado que están allí.

- Mira niña, vas a ir a mandar a la mierda a quien yo te diga- me grita levantándose de la silla.

- Que te den- le susurro cerca de la cara, rozando nuestras narices y salgo corriendo de allí.

Me encierro en el baño. Mira que seré cobarde. ¿Por qué diablos salgo corriendo? Tendría que haberme quedado, pero sé que iba a salir mal y me pondría a llorar allí mismo. Las manos me temblaban, no es la primera vez que discuto con alguien, pero que Adam me haya gritado así me ha puesto muy nerviosa.

- ¿Estas bien, _______?- me pregunta Lorena entrando al baño.

- Si, Adam es idiota- digo y suelto un bufido.

- ¿Por qué habéis discutido?

- No sé, se enfado conmigo y me hablo mal, no me aguante y... así terminamos.

- Bah, no le des importancia a Adam, ya sabes como es.

- No, en realidad no lo se. Pero me da igual. No merece la pena- digo decidida- vámonos a clase- Y salgo del baño con la cabeza bien en alto.
 

Dos semanas después, sigo sin dirigirme la palabra con Adam. Él me ignora y yo a él. Después de la pequeña discusión nos repelemos totalmente. La clase esta en suspense continuo porque espera problemas entre nosotros, a fin de cuentas, nos toca juntos en clases y entre otras cosas. El profesor de Biología nos nombre, esperando que le entreguemos el trabajo que tendríamos que tener hecho.

- Yo solo tengo mi parte, profe.- le explico cuando me dice que faltan cosas.

- ¿Cómo? ¿es que acaso no han hecho el trabajo juntos?

- No. Nos hemos dividido el trabajo y yo cumplo con entregarle lo que me toco.

- Pues fíjese que no me vale. El trabajo lo hacen juntos y me entregan todo. Si no, esperen su suspenso.

- Pero...

- No quiero peros Jiménez, así que lo habla con su compañero.

Me vuelvo a mi sitio con el trabajo en las manos. Estoy cabreada. Y para el colmo el idiota este no viene. Siempre esta a la hora de irnos en el pequeño parque cerca del instituto. Pues me va a escuchar.

Y así...El tiburón se enamoró del pececito (Adam Levine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora