Cαριтυlσ Dιє¢ιnυєνє

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Llego tarde, a segunda hora al instituto, no he podido evitar quedarme dormida después de que haya sonado el despertador, entro a clase intentando parecer bien, no quiero que me pregunten nada, porque soy capaz de echarme a llorar. Lorena me manda notas en el transcurso de la hora, pero tampoco le hago mucho caso.

Por fin termina la clase, ahora vamos con Filosofía y mientras saco mis cosas, no me doy cuenta que Adam se sienta a mi lado y me observa. Yo levanto la cabeza y le miro, intento sonreír pero más bien me sale una mueca algo rara, no lo negaré, me da un poco de corte después de todo lo que ha pasado estas ultimas semanas, es muy extraño y sorprendente los giros que da la vida en tan poco tiempo. ¿Quién me iba a decir a mi que me besaría con él? ¿Qué me derretiría al sentir sus labios sobre los míos, al sentir que me rodea con sus fuertes brazos?. Pero también, ¿Quién me iba decir a mi que mi padre estaría en coma? Todo lo que esta pasado... realmente no sé como tomármelo.

- ¿Cómo estas?- me pregunta en susurro después de unos diez minutos de que la clase haya comenzado.

- Bien, gracias- susurro igual que él- ¿y tu?

- Perfecto- dice y le miro, me suena casi sarcástico- ¿tu padre como esta?- se me adelanta y pregunta.

- Pues... aun no ha despertado. - digo con tristeza

- Lo siento mucho- me dice

Por debajo de la mesa me acaricia el muslo, yo doy un pequeño respingo de la impresión, pero enseguida me relajo para no llamar la atención en clase. Le miro y él sonríe de forma traviesa pero en su mirada hay compresión, como si entendiera lo que estoy pasando. Yo llevo mi mano y la poso encima de la suya, que sigue acariciando mi muslo y hago que se detenga. Con esa simple acaricia me acelera la respiración. Él parece notarlo, pues aparta la mano y presta atención a la clase como si no hubiese ocurrido nada. Yo, por supuesto, hago lo mismo que él.

Al finalizar la clase él se levanta y se marcha, pero no se lleva la mochila, lo que me da a entender que se quedará por ahí dando una vuelta, pero dentro del instituto. Lorena se acerca a mi y entran las chicas que están en otras clases, enseguida me abrazan todas y me animan, incluso logran sacarme una sonrisa. De verdad, que me alegro tenerlas.

Luego, el día marcha sin ninguna novedad, salvo dos cosas; que mi abuela, la madre de mi padre me ha llamado, con todo este lío olvide por completo que ella ha estado esperando nuestra llamada para saber como sigue papa, ella vive en Alemania, con el abuelo y las tías, por lo que se les hace difícil poder venir, casi imposible, así que hemos quedado en que hablaríamos todos los días y a menos de que pase algo peor, Dios no quiera, ella y la tía Federica, la más unida a papa de los hermanos, vendrían. De momento él sigue sin avanzar, pero tampoco ha empeorado, supongo que es algo a nuestro favor.

Y la otra cosa; que como acostumbra a hacer, Adam se marcho en el recreo y no volvió, casi ni me sorprende, creo que incluso los profesores lo tienen asimilado. Él no tiene futuro. Me marcho a casa para comer algo y enseguida me voy al hospital.

- ¿Cómo te fue hoy? ¿te preguntaron algo?

- Mama, estoy en Bachiller, con diecisiete años, no es que te pidan muchas explicaciones de porque vas o porque no, a esa edad ya eres tú quien decide si quiere ir- digo encogiéndome de hombros, y me recuerda a Adam, tiene dieciocho, con mayor derecho hace lo que le viene en gana.

- Lo se, pero como es extraño en ti faltar tanto a clases, supongo que al menos un profesor te habrá preguntando- murmura molesta.

- Me han preguntando, pero he dicho que estaba enferma, no hay necesidad de que sepan nada.- le explico tranquilamente- he hablado con la abuela.

- ¿Y que te ha dicho? Yo no he podido llamarla

- Nada importante, ha llamado para preguntar papa y saber si necesitamos algo, ha dicho que ha puesto un envío de dinero, dice que es poca cosa, pero que en algo nos ayudará.- digo y me encojo de hombros- esta preocupada al igual que todos, pero no pueden hacer nada.

Mi madre mira a otro lado y suspira profundamente, hoy parece molesta, ni siquiera se ha mostrado lo mitad de cariñosa que estaba ayer, mira mal a la gente e incluso a mi y el resto del día ni siquiera me presta atención, al final, cuando ya ha oscurecido y hemos ido y vuelto a casa varias veces y entrado a ver a mi padre, termino de preguntarle que le pasa:

- ¿Qué me pasa? ¿de verdad me lo preguntas? - me dice casi a gritos y sigue caminando, ahora a paso más acelerado yo camino más rápido para ir a su paso.

- Mama, sé que no estamos pasando por un buen momento, pero tampoco tienes que tratarme así, ¡yo no tengo la culpa de nada- exclamo

- Nos mudamos de casa ¿vale? Mejor dicho: nos echan. El dueño quiere vender el piso, y aunque solo tenemos un mes de atraso, es su excusa perfecta para sacarnos de casa más rápido. No tengo idea de lo que haremos, pues no tengo dinero para alquilar otro piso, y para el colmo tu padre esta en coma, ¿entiendes ahora? - me grita por último

Yo asiento con la cabeza y el resto del camino voy sollozando en silencio. ¿Hasta cuando, eh? ¿Hasta cuando toda esta mierda?

Y así...El tiburón se enamoró del pececito (Adam Levine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora