•Capítulo 15•

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No me resistí. No hice nada. Se me quedó el cuerpo flojo y como vacío. Una vez dentro de la casa, me envolviste en unas mantas, me pusiste algo caliente entre las manos y me obligaste a beber.

Sin embargo, tenía el cuerpo, el cerebro y las entrañas congeladas como un sólido pedazo de hielo. Me había dejado caer a un lugar muy oscuro y vacío. Me estabas diciendo algo, pero no te oía la voz. No quería salir a la superficie: la verdad era demasiado difícil de digerir.

Al otro lado de las rocas no había nada, únicamente más de lo mismo.

Fuera a donde fuese, acabarías atrapándome.

No podía escapar.

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𝘙𝘰𝘣𝘢𝘥𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora