Chapter 10: More than a feeling

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Sungmin atisbó la esbelta silueta del cantante, que tomaba café ajeno al mundo que le rodeaba: ocultaba sus oscuras ojeras bajo sus costosas gafas de sol mientras escuchaba música. Aquella imagen le pareció terriblemente irresistible al mayor, quien había sentido desde el principio una fuerte atracción hacia él. Veía al maknae bebiendo café en la terraza de una cafetería cualquiera, desprendiendo un aura de estrella del rock. Llevaba días viéndole agotado pero no se sentía en confianza como para preguntarle; tampoco es que se hablaran para otra cosa que no fuese discutir. Para Sungmin era muy difícil relacionarse de otra forma, acostumbrado a relacionarse de forma hostil con cualquiera que le dirigiese la palabra. El denso humo que emanaban los abultados labios de Kyuhyun era la guinda del pastel: fuese como fuese el maknae acabaría en su cama. Se acercó sigilosamente hacia su objeto de deseo, permitiéndose el lujo de observarlo con detenimiento a escasa distancia. Como no sabía una mejor manera de llamar su atención, le golpeó en la nuca, haciendo que el agredido levantase la mirada en alerta.

-¿¡Pero qué mierda te pasa a ti!?- se quitó los auriculares para encararle.

Sungmin ignoró la furibunda mirada del otro, sentándose en una de las sillas vacías.

-Leí una vez que las personas se protegen emocionalmente cuando fuman.

-Tú también fumas- espetó huraño el menor. Odiaba que el guitarrista fuese por la vida como si pudiese hacer lo que le venga en gana sin sufrir consecuencias- Nadie te ha dado permiso para que te sientes.

-No necesito tu permiso para hacerlo- no podía negarlo, le encantaba la expresión de niño cabreado que ponía Kyuhyun cada vez que le molestaba. Era adorable.

-Haz lo que te dé la gana.

Viendo que el cantante iba a ignorarle, trató de sacar conversación rápidamente.

-¿No es muy triste tomar café sólo? ¿O es que no tienes amigos?

El menor le volvió a regalar una mirada despectiva.

-Tampoco te veo a ti rodeado de gente- no estaba de humor para aguantar las gilipolleces de Sungmin: bastante tenía con Henry ocupando su casa.

-Soy muy selectivo con mis compañías- sus miradas se encontraron, sabedores de que aquellas palabras iban cargadas de sentimientos ocultos- Bueno, ¿a qué estás esperando para invitar a tu hyung a un café? Estoy sediento. Y de paso cuéntame qué es lo que te ronda por esa cabecita para estar tan extraño últimamente.

Fue evidente la sorpresa en el rostro de Kyuhyun. Nadie a su alrededor se había percatado de que algo no iba bien, sólo el guitarrista había parecido darse cuenta. Una extraña calidez inundó su pecho, sintiendo la necesidad de desahogarse. Al fin y al cabo es más fácil contarle tus miserias a un prácticamente desconocido.

-Mi ex novio ha vuelto a casa. Llevaba dos años en una clínica de rehabilitación porque intentó suicidarse cuando lo dejé. Ahora tengo miedo de que lo vuelva a hacer si le digo que quiero que se vaya a China y no vuelva nunca más- por primera vez desde que conoció a Sungmin pudo reírse con él: el mayor se había quedado literalmente boquiabierto- Veo que no esperabas algo así.

La cálida risa de Kyuhyun había sonado como cánticos celestiales a oídos del guitarrista. Se prometió a sí mismo hacerle reír más a menudo.

-O sea, que tienes a un suicida en potencia durmiendo bajo el mismo techo y no sabes qué hacer con él...- pensó brevemente, al mismo tiempo que le robaba un sorbo de su café- ¿Por qué no le dices que ahora tienes pareja? Que le quede claro que no hay sitio en tu vida para él, que lo vuestro pasó a la historia.

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