Chapter 3: Break on through

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Los rayos de sol se abrieron paso tras los párpados cerrados de Donghae. Hacía rato que estaba medio consciente, pero un fuerte dolor de cabeza le había dado los buenos días por lo que prefirió seguir en la cama. Tenía lagunas sobre lo sucedido la noche anterior y la cosa no mejoró cuando abrió los ojos y se encontró con que estaba en una habitación completamente desconocida para él. Su primer reflejo fue tapar su desnudez, aunque estaba claro que el dueño de la casa ya lo había visto en ese estado. El pánico recorrió su cuerpo: no recordaba haberse acostado con nadie. ¿Y si le habían echado algo en la copa y lo habían violado? Miró desesperado hacia su alrededor buscando a aquel cabrón que había abusado de él, pero no había ni rastro, ni siquiera una mísera foto. Estaba petrificado, en su cabeza resonaba una y otra vez un "esto no me puede estar pasando a mí" como si eso arreglara el daño. Tecleó desesperado un mensaje al grupo de Kakaotalk que tenían la élite de los inadaptados pero ninguno de sus amigos se había conectado desde la noche anterior. Pensó en llamar a alguno de ellos pero estaba con tal ansiedad que las palabras no salían de su boca. Trató de ponerse de pie y, milagrosamente, tuvo éxito. Recogió su ropa del suelo y se vistió con manos temblorosas. Sabía que debía salir corriendo de aquel sitio y denunciar a la policía, pero estaba aterrado por si se encontraba con el psicópata ese al salir de la habitación. Armándose de valor y con los puños bien cerrados dispuesto a atacar en caso de que fuera necesario, salió de la habitación conteniendo el aliento. Un fuerte olor a café hizo que despertaran sus sentidos y se pusiera en alerta; aquello era una inequívoca señal de que no estaba sólo y sería cuestión de nada que se topase de frente con el cabrón que le había robado la virginidad. Caminó sigiloso, tratando de hacer el menor ruido posible. Se recordó a sí mismo de adolescente, escapando de puntillas por las noches para reunirse con sus hyungs a beber unas cervezas de contrabando. Conteniendo la respiración lo máximo que su ansiedad le permitía, se dispuso a echar a correr hasta la salida, la cual ya tenía visualizada. Pero una mano se posó en su hombro y sintió como sus piernas flaqueaban de puro horror.

-¿Te vas sin despedirte? He hecho café- se giró velozmente, encontrándose con un curioso Hyukjae- ¿Por qué estás tan pálido?

Tomó todo el aire que había estado conteniendo, y comenzó a explicarse con cierta dificultad.

-Cr-creí q-que me habían violado-lo dijo con los ojos cerrados y los puños apretados, sin saber que reacción esperar de ese prácticamente desconocido que estaba frente a él como Dios lo trajo al mundo.

Primero fue una risa leve, que estalló en una sonora carcajada, haciendo al más joven abrir los ojos.

-¿Pensaste que te habían violado?- apenas si podía hablar entre risas.

-No le veo la gracia- se quejó Donghae, frunciendo el ceño para darle énfasis.

-Es que, si te hubieran violado, ¿no crees que no podrías ni moverte? Te hubieran follado a la fuerza y te habrían provocado un desgarro anal. Pero, mírate, casi andas mejor que yo.

Se ruborizó escandalosamente, no sabía si por la risa histérica del barman o por su propia ingenuidad. Porque, efectivamente, no le dolía el trasero más allá de una leve molestia.

-Entonces tú y yo lo hicimos anoche- dijo más para sí mismo que para el otro- ¿cuándo pasó? Lo último que recuerdo es que me mareé en tu bar y me llevaste fuera para que me diese el aire.

Hyukjae lo miró con ternura, casi como si estuviera hablando con un niño pequeño. Y no estaba muy alejado de la realidad ya que en sentido sexual Donghae era un primerizo.

-Me ofrecí a llevarte a tu casa pero me dijiste que tus padres se enfurecerían si te veían en ese estado. Así que te traje aquí: relegué mí puesto a otro camarero y me quedé para cuidarte. Se nota que no estás acostumbrado a beber, con sólo una copa y terminaste así.

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