ADVERTENCIA: Este capítulo incluye escenas explícitas de sexo y sangre. Por favor, si eres una persona aprensiva no leas la última escena del capítulo.
Nada de lo que haya escrito en este capítulo refleja la opinión de la autora. Tampoco debe seguirse como ejemplo lo aquí narrado.
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Henry llevaba todo el día con una presión en el pecho y un zumbido en la cabeza, síntomas de que una sospecha lo estaba atormentando. Quizás fuera porque la noche anterior Kyuhyun no apareció por el apartamento o por el característico olor a sexo que emanaba cuando llegó despeinado y hambriento a la hora del desayuno. No cruzó palabra alguna con el extranjero, su cabeza se mantenía baja, casi como si algo le pesara en la conciencia y no pudiese sostenerle la mirada. Cualquier duda que albergaba se disipó al ver el notorio moretón que adornaba el pálido cuello del cantante. Había follado con otro o, lo que era peor, había follado con Sungmin. Su garganta quemaba, necesitaba gritarle lo cruel que estaba siendo con él, sin embargo podía vislumbrar la culpa en el rostro ajeno. De nuevo el picor en las cicatrices de sus muñecas. Se sentía no sólo dolido sino decepcionado: Sungmin lo había tratado como la mierda, le había deseado la muerte, pero Kyuhyun había vuelto a entrar en su asqueroso juego de seducción.
El cantante comía en silencio pero podía sentir la escrutadora mirada de su ex pareja observándolo. No soportaba cuando Henry hacía eso, juzgarle en silencio, era algo que lo estresaba. Sabía que querría hacer preguntas sobre por qué no durmió esa noche en el apartamento al igual que era consciente de que el extranjero no abriría su boca sólo para castigarle. Había cometido un error al haberse acostado con Sungmin pero tampoco le debía explicaciones a nadie. Era su vida y su apartamento, Henry sólo estaba de paso.
-¿No vas a decir nada?- preguntó el cantante rompiendo la gélida atmósfera. Se atrevió a levantar la vista, arrepintiéndose inmediatamente al ver la frialdad en el rostro ajeno.
-¿Buscas provocarme? ¿Es tu retorcida forma de echarme de tu vida o es que eres el ser más hipócrita del mundo?- su tono se elevaba progresivamente al igual que el calor en sus mejillas. Estaba enfadado por el descaro de Kyuhyun- El otro día me defendías delante de él y hoy te lo follas. Me das asco.
-¿Cómo sabes que ha sido Sungmin?
-Te conozco demasiado, sé cuando te avergüenzas de ti mismo, tu cara te delata.
-Mi vida sexual no es de tu incumbencia, Lau-
Trató de hacerse el digno aunque por dentro se sintiese lamentable. Estaba poniendo una barrera entre ambos llamándole por su apellido, como si no significasen nada el uno para el otro. Y Henry lo captó en seguida. El extranjero se levantó de su silla sin pronunciarse, abandonando la cocina. Entró a la que era su habitación provisional y comenzó a recoger sus cosas en silencio, sin dramas. Kyuhyun era demasiado orgulloso como para pedirle perdón o para detener su partida, así que esta vez no haría un circo. Tenía una lucha interna para que ninguna lágrima se escapase, quería que la última imagen que tuviese el cantante de él fuera como una persona fuerte. No tardó en empaquetar todo ya que no tenía demasiadas cosas, así que pronto se sorprendió a sí mismo echándole una última mirada al coreano, quien no se dignó a alzar su vista más allá del tibio café. El crujido de la puerta al cerrarse fue el detonante para que todos sus sentimientos aflorasen, dándose el permiso para llorar abiertamente una vez hubo dejado todo atrás. Se tomó las cinco primeras pastillas, tragándolas con dificultad. No podía pensar con claridad, estaba deambulando por las transcurridas calles sin saber a dónde ir. Volvió a tomar otras cuántas pastillas, ya sentía el atontamiento por lo que paró en el primer parque que encontró. Más pastillas. Sacó su móvil y se puso los auriculares dejándose envolver por la música. Las personas que caminaban estresadas no eran más que manchas borrosas que reflejaban la luz del soleado día. Más pastillas. Sabía que aún le quedaba otra tableta de ansiolíticos por comerse pero en ese momento sólo le apetecía dormir. Se acurrucó contra la mochila, no sin antes tomarse un par más. Estaba feliz, se sentía tranquilo como llevaba sin sentirse años. Alguien le hablaba, él balbuceaba y, de repente, nada. Pero él estaba en paz.
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Real Wild Child
FanfictionAbrirse camino en el mundo del rock no es tarea fácil, pero con la llegada de Sungmin al grupo, parece que la suerte les sonríe. Cuando "Sexo, drogas y Rock & Roll" se convierte en una filosofía de vida. Componentes de la banda: Leeteuk: líder y t...