TI. TI. TI.
Con mi mano derecha trate a ciegas de golpear el despertador para que se callara. Golpee el mueble y bote unos libros, pero no le di al despertador. Saque la cabeza por debajo de las sabanas, y entrecerré los ojos debido a la poca luz gris que golpeaba mi cara por la ventana que la noche anterior no había cerrado.
TI. TI. TI.
El despertador seguía sonando y yo no sabía dónde estaba. Hasta que por fin mi mano dio con las campanas de la parte superior del despertador y logre apagar el sonido infernal que producía.
Somnolienta tome el despertador y lo acerque a mi cara para poder ver la hora. Mierda. Faltaban treinta minutos para que Samuel me pasara a buscar.
Me levante con prisa dejando caer al suelo el despertador, me tome la cabeza con ambas manos por el fuerte mareo que me produjo levantarme de un salto. Cuando por fin el mareo paso, pude sentir el olor, su olor. El fuerte olor a menta y perfume masculino impregnaba toda la habitación como una peste.
Abrí las ventanas para poder pensar con claridad, y sacar a Samuel de mis pensamientos. Su chaqueta seguía tirada donde en la madrugada la había lanzado con odio, y miedo.
Una vez en el baño, me desnude con movimientos rápidos y me metí a la ducha, dejando que el agua caliente se llevara todas mis preocupaciones.
Al salir envolví mi cuerpo en la toalla amarilla que ocupaba todas las mañanas, me mire al espejo y trate, con cremas y maquillajes, de cubrir mis ojeras y mi rostro adormilado. Luego que el trabajo fue cumplido y mi rostro se veía igual que los otros días, donde era relativamente feliz, salí del baño y busque en mi armario algo abrigado para estos días a mediados de noviembre donde el clima se ponía algo mas frió y húmedo.
Deshice los nudos de mi cabello y lo peine colocándole solo un poco de mouse para dar forma a mis naturales ondas. Corriendo con mi bolso en mano y la chaqueta de Samuel en la otra, baje las escaleras, empuje las dobles puertas de la cocina y tome de la encimera una manzana.
Me di la vuelta y salte del susto al ver a Matthew mirándome desde un banco del fondo de la cocina.
-Linda chaqueta tiene Samuel. -comento mirando la chaqueta en mi mano.
-Tu...tu lo sabías -afirme incrédula.
-Claro, yo sé todas las cosas acerca de tu misión -mordió su sándwich con queso.
-¿Y por qué no me lo dijiste? -pregunte, fulminándolo con la mirada.
-Pensé que sería más emocionante -respondió, di media vuelta.
-Más emocionante -murmure sarcástica y camine hacia la entrada.
-¿Ningún adiós? -grito desde la cocina Matthew, cerré la puerta de un portazo.
Mire hacia el cielo, y observe las nubes que claramente decían que no sería un día lindo.
Probablemente llovería, pensé un segundo, y me coloque la chaqueta sobre mis hombros. Si llueve mejor que se moje la chaqueta de él, pensé .
Me acomode mi bolso y mordí la manzana, esperando que llegara Samuel. Al pasar unos cinco minutos, su Audi dio la vuelta a la esquina y freno en seco frente a mí. Bajo el vidrio y me miro.
-Te queda bien mi chaqueta, Cariño -dijo presumido, bufe y di la vuelta a su auto.
Me subí al asiento del copiloto y le tire la chaqueta a la cara, con unos rápidos reflejos la agarro en el aire.
-Hola -dije seca.
-Hola -beso mis labios y antes de que me lo pudiera quitar de encima, se alejo.
-¿Café? -ofreció mostrando dos vasos de café en el porta vasos de su auto.
-Gracias -tome el más cercano a mí, al fin y al cabo apenas había desayunado.
Arranco rápido, mientras conducía y me miraba de reojo, hizo un movimiento con sus labios.
-Mmm -se lamió los labios y me miro. - ¿Te pusiste un brillo? -volvió su vista a la carretera.
-No -mentí
-Mmm -se lamió los labios de nuevo y tomo su café con la mano libre. - ¿Durazno?
-Que no me puse brillo -repetí, tomando un sorbo de mi café.
-Ya se -bebió un poco de café. -Cereza -afirmó levantando una ceja.
-No -mentí de nuevo, había acertado.
-Me encanta ese sabor -comentó, bufe y tome un poco mas de mi café.
Pasados unos minutos, las preguntas y las preocupaciones que me habían atormentado toda la noche volvieron a mi mente.
-Samuel -llame.
-Hum -dijo mientras conducía.
-¿Qué le voy a decir a Mad? Le dije hace unos días que no teníamos nada.
-Bueno dile que...no creías que iba enserio, pero que ahora estas más segura -sonrió. - ¿Qué te parece eso?
-Bien, ahora -lo mire. - ¿Hace cuanto estamos 'saliendo'? -hice comillas.
-Hace una semana más o menos, dile que si se acuerda de la vez que nos encontramos en el pasillo. Que ahí yo te había invitado a una cita, y que cuando ella nos vio hablando juntos en el pasillo, ya éramos novios
-Entendido -respondí asintiendo con la cabeza.
-_____ -llamo.
-Hum -lo mire.
-Mad es ¿Madeley Doblas la hermana de Rubén, cierto? -pregunto.
-Sí.
-¿Me podrías mostrar una foto? Es que no estoy muy seguro de saber quién es.- tomo un trago de su café.
Tome de mi bolso, la carpeta escondida en el fondo falso, y busque a Mad.
-Ella -le dije indicando su foto Miro de reojo y...escupió el café manchando todo el vidrio.
-¿Qué. Fue. Eso? -mire el vidrio. -Ahora apenas ves -reí.
-Es que...bueno...es...sexy -me dijo tratando de conducir.
-¿Ah, sí? No te metas con ella.
-¿Por qué? -me miro. - ¿Celosa, Cariño? -rió.
-Nada de eso, ella es mi amiga y tú la harás sufrir -limpie con unas servilletas el vidrio.
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||PAUSADA||Esclava de la vida, pero no de la mia|| Rubius & Tu.
Fanfiction_____ Roselli es solo una fachada, ella en realidad es 367, agente de la A.S.I. y tiene la misión de asesinar a Patrick Doblas quien es el gobernador de España. Para esto tiene que entrar en su circulo de vida privada, ¿y que forma más fácil que hac...