Oh dios, Mad.

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— ¿¡Es lo más fuerte que puedes golpear!? —me grito Matthew. — ¡Vamos te he visto en mejor forma!

— ¡Deja de gritarme! —golpe el saco de boxeo que tenía entre sus manos, justo enfrente de su abdomen.

— ¡No lo haré! ¡Vamos tu puedes! —Matthew sudaba su sudadera blanca. 

Golpee aun más fuerte el saco hasta que Matthew cayó de espaldas en la colchoneta que teníamos en nuestro pequeño gimnasio, en el sótano de la casa. 

— ¡Eso quería ver! —con un salto se puso de pie.

— ¿Quieres más? —lo desafié, mientras con mi mano me quitaba un mechón de mi larga cabellera que se había soltado de mi coleta.

—Estoy listo —me guiño un ojo mientras afirmaba el saco con fuerza. Arremetí contra el tan fuerte haciendo que Matthew soltara un pequeño gemido. —Mi costilla —se quejo. 

— ¿No querías más? —reí. 

—Esto ya es personal —tiro el saco a un lado de nuestro pequeño round de boxeo para entrenar. 

— ¿A si? No te tengo miedo —me aleje y me puse en posición de defensa. 

—Ya me lo tendrás —se acerco con los puños en alto, y tiro un puño a mi hombro derecho. Fui más rápida y me agache. 

—Deberás esforzarte mas —le dije. 

—Entonces prepárate —respondió. 

—Nací preparada —le sonreí en respuesta. 

Tiro dos golpes a mi lado izquierdo, me agache. Dio una patada de derecha a izquierda por el sector de mis pies, pero salte. Me sonrió y se acerco con los puños abajo, sin ninguna defensa. Un viejo truco, pensé. 

Durante toda mi vida aprendí a permanecer en defensa, por más que el enemigo se vea inofensivo. Y si hay oportunidad atacar, atacar, y atacar cada vez más fuerte. 

Y eso hice. 

Di una voltereta hacia atrás, y con mi pie izquierdo le di un golpe en su mandíbula. Levante la mirada y reí. Se toco la mandíbula. 

—Bien hecho —se acerco, le mande un lateral por izquierda, lo esquivo. Arremetió contra mí y me tiro varios golpes alternando izquierda y derecha. 

Sonó un celular. 

— ¡Tiempo fuera! ¡Tiempo fuera! —grite. Siguió dando varios golpes, a lo cual me defendí a todos. 

—No hay tiempos fuera en las peleas callejeras —rió. 

— ¡Oh, vamos! —esquive mas golpees con la respiración agitada. 

Dio un golpe a mi tobillo derecho con su pantorrilla. Grite de dolor. —Animal —susurré, me agache y revise mi tobillo. 

—Va a salir un moretón muy feo —me dijo, mientras tomaba de su botella de agua. 

— ¿¡Estás loco!? —le grite. Mi celular había dejado de sonar. 

—Me golpeaste en la mandíbula —se la toco con cuidado. 

— ¿Era necesario seguir peleando cuando pedí un tiempo fuera? —me queje y tome mi celular. 'Un mensaje de voz'. 

—Que te puedo decir, soy vengativo.  

Bufe, y apreté el botón de escuchar. Me puse mi teléfono al oído y escuche. 

—_____ —dijo una voz quebrada. —Soy una mierda —la voy sollozo. —Lo siento, ya no puedo más —se corto la llamada. 

||PAUSADA||Esclava de la vida, pero no de la mia|| Rubius & Tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora