Capítulo 11: "No lo permitiré"

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Capítulo 11



Dino despertaba lentamente y se lamentaba aun entre sueños haberlo hecho porque estaba muy cómodo en la cama que tuvo esa noche. Estiró su cuerpo y se sentó con pereza refregando uno de sus ojos para luego rascarse la mandíbula mientras bostezaba. Aún algo dormido, miró a su alrededor y por su mente cruzó la escena de una batalla perdida en donde los perdedores eran ellos. Los cuerpos de sus compañeros durmiendo descaradamente por el lugar, era una escena bastante graciosa.


Se sobresaltó al sentir como Jun giraba su cuerpo y se acomodaba a su lado, para luego despertar lentamente, viéndolo. Chan le dijo que guardara silencio y el mayor de los chinos miró curiosamente la misma escena con él y casi larga una carcajada cuando vieron a las víctimas de la apuesta de anoche. Seungkwan dormía mirando hacia el sofá, el problema era que tenía a Vernon abrazándolo a sus espaldas como si el isleño fuera un gran oso de peluche. No era distinto para Minghao quien tenía que soportar a Hoshi encima de él aplastándolo y Jun tuvo que taparse la boca nuevamente porque de la boca de ojos de tigre colgaba peligrosamente una gota de saliva que atentaba contra la camiseta de Minghao.

Seokmin estaba desplomado en un sillón con el brazo colgado, Joshua en otro y Jeonghan parecía haberse caído de los brazos del americano y por ello dormía en el suelo como si nada. Chan jaló varias veces la manga del mayor para tener su atención y señalarle a Wonwoo que dormía plácidamente sobre el pecho de Mingyu con una gran sonrisa, sin importarle que el gran moreno estuviera de espaldas, roncando como un león marino al sol. Jun no pudo más y carcajeo fuerte, seguido de la icónica risa del menor.

—¡Cállate Chan! —gritó Sammy algo dormido, acomodándose a su lado.

Jihoon había despertado temprano, se había movido más de lo usual y sentía un poco de frio en la espalda baja, sin notar al pequeño gran detalle que descansaba tiernamente a su lado. Lo miró, como si en la cara de Seungcheol se encontrase el misterio de su vida y de las preguntas que lo inundaban. Habían pasado muchas cosas desde aquel incidente de la cafetería en donde les dieron el ultimátum del director, y sonrió al recordar el no-beso que tuvieron en el ascensor. Porque claro, eso no fue un beso, no en los labios; habían chocado sus frentes tan fuerte que cuando el ascensor se abrió la posición en la que estaba no los favoreció en nada.
Lo volvió a mirar en aquella paz que inundaba el hogar, y su mente comenzó a procesar notas, a dibujar partituras de una melodía que volvía a aparecer. Se sorprendió ante aquella reacción de su subconsciente, la melodía estaba inundándole tanto que hasta parecía real. Se removió pero la vista se sujetó en aquellas manos que seguían unidas, su mano izquierda con la mano derecha de Seungcheol, ambas en un contacto que jamás en la vida imaginó.

El mayor juntó las cejas dormido, clara señal que el movimiento que Jihoon hizo fue suficiente para despertarlo. El menor se quedó quieto y cerró los ojos, no supo por qué lo hizo pero no había vuelta atrás; mientras el mayor se estiraba debajo de la manta.

—Buenos días Jihoonie. —su voz era aún más grave al despertar, el de menor altura pensó que estaba por enfermarse ante tanto escalofrío, pero fingió dormir.

Ahora bien, Seungcheol no era tonto y aunque Jihoon fuera el mejor actor del mundo, sus mejillas rosadas lo delataban descaradamente. El mayor sonrió satisfecho y se atrevió a jugar un poco con su principal sospechoso porque también comenzaba a escuchar el barullo que se formaba detrás de la puerta de la habitación. Así que se acomodó mejor, medió las distancias, miró su mano libre con gracia y cuando sintió que la perilla de la puerta se movía, tomó descaradamente la cintura de Jihoon y lo acercó contra su pecho. El menor comenzó a arder, estaba fingiendo dormir y junto tuvo que estar haciéndolo cuando al Presidente de los Clásicos se le ocurría pegarse como un chicle.

Love Equation [JiCheol] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora