Carta 8.

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22 de julio de 2016.

No sé si cuándo leas esto te acordarás, pero me he sentido fatal hoy.

No sé si por lo repentino de tu excusa, o porque me moría de ganas de verte y escucharte de nuevo y no he podido.

Es que deberías haberme visto buscar mi Ipad por toda la casa sólo para poder hablar contigo.

Deberías haberme visto preparando la ropa que me iba a poner.

Deberías haberme visto pensando en qué lugar poner el Ipad para estar cómoda hablando contigo.

Y aunque parezca una tontería, deberías haber visto lo emocionada que estaba.

Y deberías haber visto también la cara de desilusión que se me ha quedado después de leer tu "puede que no pueda".

Y mi cara de tonta leyendo mil veces que tu padre estaba en el hospital.

Y mis dedos casi temblando mientras escribía que no pasaba nada, que daba igual.

Y mi nerviosismo por no saber qué hacer para olvidar que había pasado toda la mañana haciendo cosas para poder hablar contigo por la tarde.

Y no digo esto para hacerte sentir mal.

Si verdaderamente tu padre ha estado en el hospital, me alegro de que se haya recuperado tan rápido que ya le den el alta mañana.

No es que no me lo crea, pero es un poco subrealista, no sé.

Espero poder confiar en ti.

Porque lo hago, Dilan.

Quiero confiar en ti.

Cartas a Dilan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora