10 de marzo de 2017.
Aquí estoy.
De nuevo.
De nuevo encerrada en este sinfín de sentimientos.
De nuevo con novio.
De nuevo escribiéndote.
Aunque esta vez no es igual, Dilan.
Esta vez no lo sabes.
Y espero que tardes tanto en descubrirlo que cuando pase tan sólo sea una anécdota más.
Porque joder, le quiero.
Me gusta.
Sé que te dije que entre él y yo no había más que una especial conexión, una bonita amistad.
Y qué de mentiras, Dilan, ya sé que prometí nunca mentirte.
En realidad, cuando me preguntaste fui sincera, pero ahora estoy escondiendo un poco lo evidente.
Aunque quizá al que esté mintiendo no sea a ti, si no a él, y con ello a mí misma.
Él me trata bonito.
Le veo todos los días.
Es lindo conmigo, me cuida.
Sé que me quiere por encima de todo.
Pero lo más importante, le tengo aquí.
Está en mi clase, se sienta delante mía.
Estamos la mayor parte de nuestros días juntos.
Hablamos a todas horas.
Nos queremos, Dilan.
Y aunque a veces discutamos sobre quién quiere más a quién, yo sé que él me quiere más a mí.
Porque yo sigo siendo ese desastre de sentimientos en este jodido juego del amor.
Este desastre que no sabe amar.
Que no sabe decir que no.
Que no quiere romper un corazón, por el simple hecho de que sabe cuantísimo duele.
Antes estaba confundida, porque había otro chico.
Es muy mi tipo, sabes, el tipo de chico con el que yo estaría.
Muy atrevido, muy sincero.
Y después estaba él.
Tan lindo.
Tan inocente.
Tan bueno.
Me lo comía a besos, te lo juro.
Es que cada vez que pienso en su carita de bebé me muero por dentro, y podría jurar que es amor.
Y si le vieses cada vez que está distraído y no se da cuenta de que le estoy mirando.
Es tan bonito.
Entonces decidí que el chico atrevido y loco que me hacía palpitar el corazón a mil por hora se quedaría atrás, porque prefería al chico que me hacía sentir única y especial, y que me demostraba que no existía nadie como yo.
A lo mejor el chico atrevido me atraía más, pero el chico lindo luchaba por mí, y yo me quedo con eso.
Bueno, y ahora que le tengo.
Que es mi novio.
Mi pareja.
Puedo besarle, abrazarle y estar con él.
Todo el mundo nos mira de forma tierna.
Excepto algunas envidiosas que en realidad me encanta que nos miren también.
Casi puedo sentir como arden sus pechos de rabia y envidia.
Me encanta.
Y en realidad no sé por qué me siento tan mal.
Porque tú siempre has estado ahí para mí.
Y sé que siempre lo estarás.
También sé que tú siempre me has querido a mí, que nunca has estado con otra.
Mientras que yo, en los últimos dos meses, he estado con al menos 5 tíos.
Y no me parece justo porque pienso que te mereces muchísimo más.
Que te mereces un sinfín de chicas lindas a tu alrededor que te hagan sentir bien, que te cuiden todo el tiempo y que se preocupen por ti.
Chicas que sólo te quieran a ti.
Chicas que te demuestren que eres todo para ellas.
Que no estarían con nadie más que contigo.
Cosa que yo no hago, Dilan.
Y en realidad creo que me sería imposible poder prometer que lo haría.
Siempre presumo de ser más madura, pero en este tema me vengo abajo.
No lo quiero llamar poliamor, porque no me gustaría que yo estuviese con alguien que tuviese otra novia, por así decirlo.
Pero siento que no puedo amar sólo a una persona.
Porque a ti te amo, Dilan.
No encuentro otra razón por la que me salga una sonrisa cada vez que tengo un mensaje tuyo.
Pero me pasa lo mismo cuando llega uno de él.
Tampoco puedo explicar de otra forma el tener tantísimas ganas de verte, de sentir tu boca con la mía.
Pero a él también tengo ganas de verle cada día, y se siente genial tener sus labios sobre los míos.
Y te juro que si tuviese que elegir que uno de los dos para que se quedase siempre a mi lado, te elegiría a ti.
Pero eso no ha pasado ni va a pasar, Dilan.
Tú siempre vas a estar tan lejos.
Tan inalcanzable.
Tan doloroso.
Y yo necesito amor, abrazos, besos, mimos.
Necesito lo que él me da.
Le necesito a él.
Pero no pienso decírtelo.
No por el momento.
No quiero hacerte daño otra vez.
No puedo volver a hacerlo.
No romperé tu corazón de nuevo.
ESTÁS LEYENDO
Cartas a Dilan.
RomanceOjalá pudiese decir en voz alta lo que verdaderamente siento por ti. Hacerte saber todo lo que me transmite una simple sonrisa tuya. Expresar lo feliz que me hace ver un mensaje tuyo. O simplemente, poder decirte que te amo.