12 de agosto de 2016.
Un año y 6 meses.
18 meses.
78 semanas y un día.
197 días.
Y créeme que seguiría si me encontrase bien.
Pero no es el caso.
Ojalá me hubiesen servido tantos días para aprender a amarte.
Porque te amo.
Pero quizá no de la forma correcta.
Te amo con todo mi corazón, no lo dudes.
Pero esta forma de amar te hace daño.
Nos hace daño.
Sé que si te amo y me amas ahora, en un futuro probablemente no sea así.
Y eso me aterra.
Distancia y edad quizá sean de los factores más importantes que hacen que no estemos juntos.
Pero el más importante es mi autoestima.
Me odio, Dilan.
Me miro en el espejo y me siento mal.
Me dan ganas de engordar, pero cuando lo hago sólo pienso en adelgazar de nuevo.
Me dan ganas de muchas cosas, pero no las consigo nunca.
No consigo nada nunca, Dilan.
Ese es el problema.
Cuando creo que estoy empezando a quererme, llega alguien, me insulta, me ofende y vuelvo a caer.
Quizá no en ese instante, pero lo hago.
Y cada vez que alguien abre su maldita boca para decir algo contra mi aspecto o mi personalidad hace que tenga que empezar de nuevo.
Y eso me cansa.
Me cansa porque sé que no voy a conseguir quererme lo suficiente como para querer a alguien más.
Aunque ya te quiera, Dilan.
Si no sé quererme a mí, ¿cómo voy a saber quererte a ti?
Es frustrante.
Me frustra saber que nunca seré suficiente para ti.
Que me voy a equivocar siempre.
Que no voy a conseguirte nunca.
Y me machaco con eso hasta que llegas tú y me dices que me amas.
Que soy perfecta.
Que no te separarás nunca de mí.
Y me dan ganas de olvidarlo todo para creerte a ti.
Para amarte a ti.
Y ahora necesitaría tanto que estuvieses a mi lado.
Pero no estás.
Y es mi culpa.
Sé que lo que te dije sonó horrible, pero cuando llegues hasta aquí, si es que alguna vez lees esto, te darás cuenta de no pienso eso realmente.
Te darás cuenta de que jamás he pensado eso, y te sentirás idiota.
He de decirte que yo me siento mucho más idiota en este momento.
Idiota por herirte.
Idiota por hacerte sentir mal.
Idiota por haber dicho eso.
Idiota, al fin y al cabo.
Pero por favor.
No te culpes.
La culpa es toda mía, Dilan.
Yo dije eso.
Yo te solté todo aquello de repente y sin venir a nada.
Yo fui la que lo hizo mal.
Estabas en tu derecho a enfadarte.
A dejarme con el corazón roto.
A irte de aquella forma.
Tenías derecho.
Y ojalá no lo hubieses tenido.
Ojalá yo no te hubiese dicho todo aquello.
Porque era mentira, Dilan.
La única verdad es que te amo con todo mi ser.
Y que espero que me perdones pronto.
Porque no sabes cómo duele sentir este vacío en el pecho.
No sabes cómo duele no tenerte.
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Cartas a Dilan.
RomanceOjalá pudiese decir en voz alta lo que verdaderamente siento por ti. Hacerte saber todo lo que me transmite una simple sonrisa tuya. Expresar lo feliz que me hace ver un mensaje tuyo. O simplemente, poder decirte que te amo.