008.

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Quiero poner mis manos en sus manos
Sentir el calor de su piel
Cómo imprudente en la luz de las estrellas
Me estoy moviendo al ritmo de su corazón
Estaba tan perdido hasta esta noche.

Pésimo Smut sólo porque las quiero..., y porque no tengo nada que hacer :'v


AVC.

Siento el lado opuesto de la cama hundirse suavemente. El reloj digital en la mesita de noche marcaba las 11:37 p.m. Bien, había llegado temprano esta vez.


Sabe que estoy despierto cuando ronroneo al sentir sus labios sobre la piel de mi cuello. Siento su aliento salir de su boca cuando ríe suavemente.


—Regresaste temprano esta vez—le digo.


—Tenía que hacerlo—besó el lóbulo de mi oreja. Oh, eso se sentía bien—, señor Villalpando lo necesito ahora mismo.


Cierro los ojos ante sus palabras.


—Yo también—le susurro con urgencia. Mi cuerpo desesperado por su toque. Lo quiero. Lo quiero ahora. Quiero aliviar sus necesidades al igual que las mías... Necesito esto.


Su mano se mueve hacia abajo desabrochando el botón de sus pantalones y bajando su bragueta. Baja con urgencia todo aquello que cubra mi cuerpo para después bajar sus pantalones con desesperación. Gatea hacía mí y admiro el color llamativo de sus bóxers antes de bajarlos y liberar su erección.


Mierda, era tan grande.


Él se mueve, la mirada fija en mí por una fracción de segundo, suspendido por encima de mi.


—Sí por favor—le pido. Mi voz ronca y necesitada.


Y en un movimiento rápido se entierra dentro de mi.


—¡Ah!—grito, no de ningún dolor, sino de la sorpresa ante sus movimientos bruzcos.


Jos gime y sus labios encuentran los míos mientras empuja una y otra vez dentro de mi, una y otra vez, su lengua poseyendome también. Se mueve frenéticamente, obligado por su lujuria, su deseo y su amor.


—Alonso—gime casi inarticuladamente, y se viene con fuerza, derramandose en mi, su cara tensa, su cuerpo rígido, antes de que se derrumbe sobre mi, jadeando... Y dejándome colgado.


Mierda. Esta no es mi noche. Lo sostengo, buscando una bocanada de aire y prácticamente retorciendome debajo de él.


Sale de mi y me abraza por unos mínutos.... Muchos minutos. Por último sacude su cabeza y se levanta sobre sus codos. Tomando un poco de su peso. Él me observa como si fuese la primera vez que nos vemos.
Me besa dulcemente.


—¿Estás bien?—digo en voz baja, alcanzando y acariciando su dulce cara. Se ve sacudido y más definitivamente agitado.


Él frunce el ceño y mira fijamente mis ojos como si supiera finalmente lo que acababa de suceder.


—¿Y tú?—pregunta y hay un toque de preocupación evidente en su voz.


—Um...—me retuerzo debajo de él. Finalmente sonríe. Una hermosa sonrisa pícara.


—Me parece que tienes algunas necesidades—murmura, me besa y ágilmente se desliza en la cama.


De Rodillas sobre el suelo al final de la cama, llega arriba, me agarra justo por encima de las rodillas y tira de mi hacia él. Así mi espalda está justo al borde de la cama.


—Sientate—murmura, y eso hago, su mirada sostiene la mía mientras suavemente empuja mis piernas abriéndolas tanto como ellas pueden. Me recuesto en mis manos, sabiendo muy bien lo que va a hacer.


Veo su cabeza de pelo oscuro enterrarse y plantar besos en mi muslo derecho, en dirección al norte. Mi cuerpo entero se aprieta en anticipación. Él mira hacia mi, sus ojos oscurecidos a través de sus largas pestañas.


—observa—él frota entonces su lengua sobre mi.


Grito mientras el mundo se encuentra al vértice de mis muslos. Mierda, esto es tan erótico. Mirando su lengua contra lo que parece la parte más sensible de mi cuerpo. Y él no tiene piedad mientras juega con su lengua sobre mi. Mi cuerpo se tensan y mis brazos comienzan a temblar por el esfuerzo de sostener mi cuerpo.


—No... Ah—murmuro. Suavemente, desliza un dedo dentro de mi y no puedo soportarlo más, colapsando en la cama, sintiendo su boca y si dedo. Dentro y fuera de mi.


Lenta y suavemente sigue masajeando ambas partes y sé que eso es todo. Estoy ido. Explotando a su alrededor, gritando su nombre mientras mi orgasmo hace que arquee mi espalda en la cama.


Vagamente soy consciente de que está acariciando mis piernas y dándome dulces y suaves besos. Me inclino, acariciando su pelo.


—Aún no termino contigo—murmura. Y antes de que yo haga regresado completamente al planeta tierra está agarrando mis caderas, tirando de mi con fuerza hasta donde él se encuentra arrodillado. Hacia su esperada erección.


Jadeo mientras Jos me llena. Dios santo.


—Oh Alonso—susurra, mientras envuelve sus brazos alrededor de mi y continúa dejando besos en mi rostro. Flexiona sus caderas y siento el placer apoderarse de ambos. Llega a mi trasero y se entierra bruscamente. Sacudiendo rápidamente sus caderas.


—Ah—gimo, y sus labios están sobre los míos una vez más. Lanzo mis brazos alrededor de su cuello, entregándome a su ritmo salvaje dejando que me guíe a donde sea que vaya. Doblo mis piernas, comenzando a moverme sobre él... Dios, esto se siente tan bien. Jos echa la cabeza hacia atrás y su boca se abre de una manera deliciosa mientras sigo moviéndome sobre él.


—Jos—susurro, y me inclino, besando su cuello.


Abrazandome fuerte. Rápidamente se mueve fuera y dentro de mi, empujandome... Más y más alto... Tan exquisitamente.


—Te amo tanto Alonso—susurra cerca a mi oído, su voz baja y áspera. Me sigue levantando de arriba hacia abajo.


—Yo también te amo mi amor—abriendo los ojos me doy cuenta que él está observándome fijamente, y todo lo que veo es su amor. Un amor que deseo ferviente que sólo pueda ser entregado para mi.


—Vente para mi Alonso—susurra en voz baja. Mantengo mis ojos cerrados mientras siento mi cuerpo tensarse ante sus palabras. Me vengo en voz alta, gruñendo su nombre.


Jos se pone rígido. Su frente contra la mía, susurrando suavemente mi nombre, envuelve sus brazos alrededor de mi y se viene con fuerza.


Me levanta suavemente, saliendo de mi y arrastrandome consigo hasta la cama. Me envuelve en sus brazos y acaricia mi mejilla.


—¿Mejor ahora?—susurra.


—Mejor de lo que te puedes imaginar—sonrío y él también lo hace.


Besa mis labios. Oh, extrañé esto todo el día.

Quiero pedirle que deje de salir con Alan, pero sé que es su amigo. Nuestro amigo.

De verdad extraño a mi novio.


—Te amo Alonso—me dice.


Cierro los ojos y aspiro sus palabras.


—Yo te amo a ti Jos.

Into you (J.V) |Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora