004.

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Recuérdame por qué nos estamos dando un tiempo
Esto no tiene sentido
Porque ambos sabemos lo que queremos
Así que ¿por qué no nos enamoramos?
Cariño, vivamos el amor.

—¿Qué?—preguntó Alonso estupefacto—. ¡No!, ¿por qué?


Jos cerró los ojos. No podía hacer eso. No sabía ni siquiera porque aquellas palabras salieron de su boca. ¿Era eso lo que realmente quería?
Abrió los ojos y admiró los ojos cristalinos de su novio. Jos sintió su corazón encogerse. Realmente odiaba que Alonso llorara.


—No, no, no por favor no llores—le suplicó, atrayéndolo a sus brazos–, no quiero que llores por culpa mía.


—¿Por qué quieres dejarme?—sollozó su pecho—, ¿ya no me amas? ¿Hice algo mal?


—No—negó—, claro que no mi amor, yo te amo con todo mi corazón. No has hecho nada mal.


—¿¡Entonces por qué quieres dejarme!?


Jos lo sentía temblar bajo su cuerpo. Se reprendió a sí mismo por haber dicho aquello. De pronto, ya no de encontraba del todo seguro de sus palabras. ¿Vivir sin Alonso? ¿Es que él podía hacerlo? ¿Alguno de los dos podía vivir sin el otro?


—Alonso por favor—suplicó—, esto es lo mejor para los dos yo..., te juro que ya no puedo con esto, no puedo seguir ocultando una relación y tampoco quiero que tú lleves la culpa de todo por mí.


—Sí es por lo que dijo Alan olvidalo—susurró, tomando el rostro de Jos en sus manos—, no importa. A mí no me molesta que él sospeche o que lo descubra.


—Por favor Alonso, los dos sabemos que eso no es cierto. Y yo lo puedo obligarte a contarle a todo el mundo sobre esto si no te sientes seguro.


—Estoy seguro de que te amo a ti—le dijo—. Por favor Jos, si lo que quieres es que el mundo lo sepa está bien. Quieres que hable con Alan, lo haré. Pero no me dejes por favor.


Jos arrastró a Alonso hasta su cuerpo. Sintió las lagrimas del chico sobre su hombro mientras enterraba su rostro entre el mar de cabellos rubios aspirando su dulce olor a Shampoo de baño.


A la mierda la ruptura. Pensó, no pienso dejar a la persona que amo por algo tan estúpido.


—No tienes que contarle a nadie absolutamente nada Alonso.


—Lo haría para que te quedaras.


—Yo me quedaré lo prometo.


Jos le sonrió al rostro envuelto en lagrimas de su novio. Lo besó queriendo asegurarse que pudiera sentir todo su amor en aquel beso.
Cuatro años de relación, ¿cómo es que estuvo a punto de acabar con eso?


Las manos de Alonso viajaron a través de la piel de Jos por encima de su camiseta hasta llegar a su espalda baja. Lo jaló para que estuviese encima suyo y poder tocarlo mejor.
Los besos de Alonso viajaron a través de sus mejillas y a lo largo de su cuello, hasta llegar al lóbulo de Canela y mordisquearlo.


Jos dejó salir el aire a través de sus dientes apretados.


—Dime que me amas—suplicó Alonso, besando alrededor del oído de su novio—, y que jamas nos vamos a separar..., por favor.


El dolor a través de la suplica de Alonso le hizo poner los pelos de punta a Jos.


Alzó su cuerpo y observó el rostro de Alonso por debajo de su cuerpo. Había lagrimas en sus pequeños ojos azules y sus mejillas teñidas de un suave tono rojizo al igual que su nariz.


Con el corazón hecho trizas, Jos se aseguró de besar cada una de sus lagrimas. Sus mejillas enrojecidas y su nariz rojiza.


—No me iré a ningún lado mi amor—le aseguró, escuchando un sollozo salir de los labios de su novio—, ya no llores por favor, fui un idiota.


—Por favor dime que me amas—suplicó una vez más.


Jos besó con delicadeza los suaves y delgados labios de Alonso. El sabor salado de las lágrimas se apegaba a los labios de Jos.


—Te amo—dijo.


Observó suspirar a Alonso como si pudiese guardar aquellas palabras en su interior.


No iba a dejarlo, se quedaría sólo por él. Porque lo ama.


—Dilo de nuevo.


Jos sonrió satisfecho.


—Te amo—le aseguró—, te amo más de lo que te puedes imaginar. Ahora por favor bésame.


Alonso lo besó con fervor queriendo poder perderse en un mundo al que sólo Jos podía llevarlo.


No hubo más lágrimas ni corazones rotos aquella noche, pero si una mente confundida.


✰✰✰


Jos se permitió admirar cada detalle en Alonso a la luz del amanecer.


Sus pequeños ojos cerrados, su nariz aleteando en busca de aire, sus labios rosas sellados y los cuales brevemente formaban un puchero eran algo que Jos disfrutaba ver cada mañana al despertar.


Levantó su brazo izquierdo y con delicadeza apartó el pequeño mechón rubio que invadía su frente.
Arrastró sus dedos a lo largo de su rostro sintiendo la suave piel de su novio comenzando por sus mejillas y bajando por su cuello y continuando a lo largo de sus brazos y su pecho desnudo.


Lo amaba, realmente lo amaba tanto que le dolía.


Jos dejó de acariciar la piel de Alonso cuando de sus labios salió un suave ronroneo y sus ojos comenzaron a papadear.


Sonrió y se acercó para besar a Villalpando quien le sonrió antes de atraerlo hasta su cuerpo.



—Buenos días.


—Buenos días—sonrió—, ¿llevas micho tiempo despierto?


—El suficiente para verte dormir.


El suave color carmín inundó las mejillas de Alonso sintiéndose tímido ante su novio.


—¿Disfrutaste la vista?


—Siempre lo hago.


Alonso besó a Jos con movimientos torpes antes de pasar a observar sus ojos.


—Jos.


—¿Sí amor?


—¿A dónde fuiste ayer?

Into you (J.V) |Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora