|4 años después|
El frío invierno le provocaba cansancio a Jos, quien solamente deseaba regresar a su adorado hogar en dónde sabía que permanecería recostado bajo un montón de sabanas y colchas mientras abrazaba lo que se encontrara en el camino.
Sí, le gustaba esa idea.
Pero antes de regresar, se había dispuesto a hacer una última parada después de haber hecho las compras aquella fría mañana. Sobre su muñeca, el reloj plateado marcaban las 7:15 am. Esperaba que en aquellas épocas el viejo local de la florería estuviese abierto. Y tuvo suerte de que así fuese, por lo que compró el ramo de rosas más grandes que tuviese. No, mejor dos y condujo a casa.
Admiró el reloj sobre el tablero y éste marcaba las 8:03 am. Bien, con suerte aún tendría algo de tiempo antes de que despertara.Bajó rápidamente del coche y con cuidado abrió la cerradura. Caminó cuidadosamente de que las suelas sobre el piso de mármol no hiciesen demasiado ruido. Y cuando entró a la habitación se sacó el montón de ropa estorbosa y la cambió por su pijama. Y antes de salir se tomó un pequeño instante para poder admirar el hermoso rostro de su novio.
Alonso descansaba sobre las almohadas. Sus ojos cerrados y sus suaves labios creando pequeños pucheros de vez en cuando, un brazo extendido de su lado de la cama en busca del cuerpo que lo mantenía en constante calor. Su pecho desnudo adornado de pequeños mordiscos se encontraba ligeramente cubierto por la sabana blanca. Jos se encontró a sí mismo conteniendose para no entrar inmediatamente a la cama y llenar de besos a su hermoso novio.
Con cuidado cerró la puerta tras él y bajó a la cocina de dónde le consiguió un florero a uno de los enormes ramos. Lo colocó sobre la sala y el otro ramo lo tomó, colocando en medio de éstas una pequeña caja de terciopelo negra. Subió los escalones y una vez más se adentro a su habitación para poder trepar sobre las colchas, encima de Alonso llenándolo de besos a lo largo de su rostro y termina con pequeños roces de labios sobre su delicada mejilla.
Con pequeños gruñidos de felicidad y una risita adormilada sobre su garganta Alonso despertó, girando su rostro para besar los labios de Jos sin importarle en lo absoluto su posible mal aliento.—¿Qué clase de mosco de picó?—se burló dejando pequeños besos sobre sus labios—, ¿cuál es la prisa por interrumpir mi sueño un sábado por la mañana?
Con manos cuidadosas Jos acarició la maraña de cabellos que Alonso lucía aquella mañana. Y para Alonso fue imposible no sentirse tan querido. Tan feliz.
—Te extrañé tanto—le susurró admirando como las mejillas de Alonso se enrojecían bajo su mirada.
—¿A qué te refieres?—sinrió—, hemos estado prácticamente juntos todo este tiempo.
—En realidad—le dijo—, salí para poder conseguir algunas cosas para ti.
—¿Encerio?—enarcó una ceja—, ¿qué clase de cosas?
Dejó un último beso sobre el pecho de su novio y bajó de la cama caminando hasta el mueble a la distancia. Tomando con cuidado el ramo y adornando la pequeña caja.
Con agilidad y cuidado caminó alrededor de la cama, junto a su novio y se puso de rodillas para quedar a su altura y tenderle el enorme ramo.
Sin vacilar, Alonso tomó el ramo permitiéndonse admirar su belleza y deteniéndose de pronto al centro de estás por encima de la caja. Mordiendo su labio y soltando una risita tímida tomó la cabeza con dedos temblorosos, dejando a un lado el ramo.—¿Qué es esto Jos?
Parpadeó un par de veces, una sonrisa nerviosa atravesando sus labios mientras tomaba la caja y las manos de Alonso, colocándose sobre su rodilla apropiadamente.
—Alonso, ¿Me dejarías guiarte inclusive cuando estas ciego
En la oscuridad, en medio de la noche? ¿En silencio, incluso aunque no haya nadie de nuestro lado? ¿si te dijera que podriamos bañarnos en todas las luces
te levantarías, vendrías conmigo?
¿Confiarías en mi cuando estas brincando de las alturas? Cuando la tristeza te deje roto. Te abrazare en las profundidades de tu desesperación para sanarte.
»¿Si te dijera que quiero pasar el resto de mis días junto a ti, en esta y en todas las vidas siguientes, qué dirías? ¿Si te digo que quiero que te cases conmigo, cuál sería tú respuesta?El corazón de Alonso se sintió desfallecer y todo Alonso se sintió como si estuviese tocando el cielo. Sintiendo su cuerpo derretirse bajo las palabras de su novio, sintiendo las lagrimas amenazando con salir de sus ojos mientras su garganta pica en un decidido:
—Claro que quiero mi amor.
Dejando respirar a Jos mientras sacaba el pequeño dorado anillo de la cajita para colocarlo sobre su dedo anular. Luciendo jodidamente perfecto porque ahora podía pertenecer a un lugar, y ese lugar es y siempre será Jos.
Fin.
Sólo por ustedes hago esto. Disfrútenlo babes 🌝❤️
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Into you (J.V) |Libro 1 |
FanfictionAlonso y Jos han estado juntos por un tiempo ya. No todo es para siempre, ¿o sí?