012.

1.7K 211 77
                                        

—¿Algún día piensas salir de esa cama?


Los cansados ojos de Alonso observaron con cuidado los rostros desesperados de Bryan y Freddy sobre la esquina de su enorme y vacía cama.


—Si salgo de la cama—dijo, encogiendo sus pequeños hombros—, no sé a qué se refieren.


—De acuerdo—resopló Freddy—, reharé la pregunta de Bryan, ¿alguna vez piensas salir de tú cama o al menos de la casa para algo que no incluya la disquera, la casa de tú mamá o los eventos de la banda?


—¿Acaso no son suficientes salidas ya?


-No, no lo son-se quejó Bryan-. Alonso te estás muriendo literalmente aquí. Ya ni siquiera haces el esfuerzo de sonreír, ¿qué fue lo que sucedió esta vez?


—Nada.


Alonso no podía decir la verdad, no podía decir que después de que Jos finalmente se despidió de él por última vez aquella noche todo en su interior se rompió.

Sabía que Jos ya no regresaría más con él al igual que sabría que posiblemente ahora intentaría algo con Alan y eso lo mantenía hecho un desastre de emociones. Por un lado quería sentirse feliz de que al menos esa nueva persona de alguna manera era de su confianza para luego reprocharle a Alan mentalmente por haberle quitado al amor de su vida sin consideración alguna y al final simplemente se pondría a llorar porque sabía que lo había perdido todo y ahora se encontraba completamente solo.


No había hablado con Jos después de aquello, ya no respondía sus llamadas ni intentaba fingir que estaba bien porque sabía que no funcionaría y Jos no había insistido porque sabía que todo sería peor para ambos.
Así que hicieron su propia vida lejos de ellos mismos. Diferentes caminos, nuevos romances.


—No digas que nada porque desde hace dos semanas has estado actuando de esa manera tan deprimente que casi me hace llorar, pero ¡Dios!—Bryan jaló de su cabello—, escucha, entiendo que te duela que tú relación de siglos atrás con Jos haya terminado pero ¡tienes que superarlo! Él está ahora con el idiota de Alan, lo siento Freddy—se disculpo.


Freddy se encogió de hombros.


—No hay problema.


—Y creo que es injusto que estés aquí desangrandote vivo como todo un shakespireano pero es hora de que hagas tu propia vida. Que salgas y encuentres otro cantante que te haga sentir vivo una vez más.


—Creo que Bryan tiene razón Alonso.


—¿La tengo?—dudó—, quiero decir, ¡claro que la tengo! Vamos Alonso, te conseguiremos un nuevo novio con el que puedas tener sexo en todos los coches que quieras.


Alonso lo pensó un momento preguntándose a sí mismo si aquello era lo correcto, si salir ahora con alguien sería lo correcto. ¿Por qué si Jos podía, él no? No era venganza, él jamás haría algo para lastimar a Jos incluso aunque él ya lo hubiese hecho, pero estaba cansando de sufrir por él mismo. Quería sentir por un momento felicidad, la felicidad que le arrebató Jos con su despedida.


—De acuerdo—aceptó, apagando la televisión y poniéndose en pie—, saldré con ustedes y más vale que sea un lugar bueno.


Caminó hasta el baño en su habitación para poder ducharse.


—Hui pero que puta—murmuró Freddy—, menciona coches y sexo y él está a bordo.


—¡Escuché eso!—gritó desde el baño.


—¡Era mi intención!



El lugar era agradable, más de lo que creyó Alonso. Era pequeño y de alguna manera le hacía sentir bien con los músicos en vivo de fondo.
Sobre la mesa tres tazas de café los acompañaban al igual que la pequeña docena de personas a su alrededor.


—Entonces—dijo Freddy—, ¿qué te parece el lugar?


Alonso observó a su alrededor antes de responder.
El pequeño lugar que llevaba el nombre Rockin' your day era ambientado con sillones de distintos tamaños y colores y un pequeño escenario al frente en donde las personas podían pasar a cantar o recitar poesía.
Era agradable.


—Es lindo—respondió, mostrando una pequeña sonrisa—, ¿cómo es que yo no conocía este lugar y ustedes sí?


—Porque nunca sales—le dijo simple Bryan—, deberías juntarte más seguido con nosotros pequeña rubia falsa.


Alonso frunció el ceño y abrió la boca a punto de responderle cuando una chica con delantal del local se acercó a ellos.


—¿Quieren cantar?—preguntó—, hoy es noche de micrófono abierto.


Bryan y Freddy asintieron para después echarle un vistazo a Alonso quien se encogió de hombros restandole importancia.


—¿Por qué no?



Aplausos y un par de viteoreos en los alrededores se escuchaban a lo largo del local. Bryan, Freddy y Alonso hicieron una pequeña referencia ante su pequeño público antes de bajar del escenario con enormes sonrisas acompañándolos hasta sus mesas mientras tomaban asiento en el mismo orden en el que se encontraban anteriormente.


—Entonces—dijo Bryan—, ¿te estás divirtiendo aunque sea un poco?

—Definitivamente pienso acompañarlos ahora más seguido—sonrió.


Se sentía bien, no había estado pensando en Jos y en lo que posiblemente estuviese haciendo en aquel momento con el traidor de su amigo Alan. Ni siquiera había cruzado por su cabeza la idea de tirarse a llorar y reprocharle a sus amigos el porqué era tan poca cosa para Jos.

No.
Era todo lo contrario, por un pequeño momento se sintió como el chico que solía ser antes y durante su relación con Jos. Un chico feliz.


—Disculpa.


Un cuerpo alto y fornido se posó a su lado. Las tres cabezas se giraron para observar al chico a su lado. Ojos grisáceos y cabellera rapada con algunos tatuajes adornando sus brazos. Vistiendo una simple camiseta gris y jeans con tenis deportivos era lo que se encontraron.

Él era... Sexy.


Alonso sintió sus mejillas arder bajo la suave y penetrante mirada del apuesto chico a su lado.


—Lamento interrumpir—se excusó en un murmuro ronco—, mi nombre es Max, los escuché a ti y a tus amigos cantar y sólo quería decir que estuvieron asombrosos.


—Oh bueno—sonrió—, gracias Max, yo soy Alonso y ellos son Freddy y Bryan.


Max les sonrió amablemente y los chicos regresaron el gesto antes de que volviera a fijar su vista en Alonso.


—Yo quería saber si, bueno, quisieras tomar un café conmigo.., yo invito por supuesto—se apresuró a decir.

Alonso le echó un vistazo a sus amigos en busca de su aprovación. Éstos le sonrieron y asintieron amablemente.


—Bueno, nosotros ya nos íbamos así que...


—Claro—aceptó Alonso, volviendo a Max—, ¿por qué no?


Bien, aquí iba una vez más.

Max en multimedia.
P.D: trataré de hacer el próximo capítulo lo más interesante posible .

Into you (J.V) |Libro 1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora