Capítulo 3

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—¿Ya le entendiste a eso?-me senté a un lado de ella poniendo un vaso de agua en la mesa.
—Sí, ya le entendí. Después de muchos intentos ya le entendí.
—Es ridículo que te den una guía, a veces el examen nada que ver con eso. Pero bueno, no sé qué tipo de examen te vaya a tocar.
—Eso es cierto, aún así gracias.
—Ya te había dicho antes que te ayudaría. Aparte, puedo decirte que la universidad de Chicago es mucho mejor que la de Texas.
—¡Oyeee!
—Sólo te advierto. No te arrepentirás de estar en la universidad de chicago.
—Jajaja okay...
—El viernes, ¿Edward ya estará aquí?
—¿Le hablas al depravado de Edward?
—Sí, nos llevamos genial, aparte de que tenemos el mismo nombre.
—Edward no se llama Harry—dice con burla.
—Yo me llamo Harry Edward Styles.
-—Ahhhh ahora entiendo.
—A veces me ayuda con algunas cosas que no le entiendo en la universidad, sé que a distinto a lo que él vió, sin embargo, sabe y mucho.

Alyssa

—Es un ñoño, siempre ha sido bastante inteligente.
—Demasiado. Solo te diré que en la universidad...—sonó el teléfono.— ¿hola?—él contesto.—no, no puedo.-me miro.-estoy ocupado.-seguía hablando.—Es que no puedo sinceramente, aparte, también me estoy tomando un tiempo para mí. ¡Dios! ¡Que no entiendes que no puedo!—se levantó y comenzó a caminar de un lado al otro.- ¿¡Por qué rayos quieres saber en dónde estoy!? No tengo que darte explicaciones ¿okay?... Te hablo luego. Pues a la hora que se me dé la gana.-Rodó sus ojos y colgó.
—Hmm... Harry... Perdón por ser metiche o cosa así...
—¿De qué hablas? Alyssa
—Si te necesitan ve... Al fin y al cabo ya estudiamos ya le entendí a algunas cosas, la mayoría.
—No, es que no siempre tiene que ser así de exigente.

No sé de quién habla, pero aún así no le voy a preguntar.
—Está bien.
—¿Cuándo presentas el examen?
—El jueves.
—¿¡Este!?
—No, es el jueves de la próxima semana.
—Oh bueno que bien... Aún tines tiempo.
—Lo sé.
—Hablemos, ¿a los cuantos años te fuiste a Noruega?
—Tenía doce años cuando me fui a... Vivir A... Noruega.-le sonreí
—¡Wow! Estabas muy pequeña y, ¿no te arrepientes de haberte ido?
—Algo... Me alejaron mucho de mi familia, estaba en la adolescencia una etapa en la que necesitaba más de ellos. ¿Y tú, extrañas a tu ciudad? Más bien... Seria ¿de dónde eres?
—Yo vivía en Seattle; y pues... Ya me impuse a Chicago, la mayoría de mi familia vive aquí. Me gusta chicago.—contesta de un tono tan neutral.
—Ah. Jajaja si, a mí también me gusta chicago.



Esperaba a Edward pero no llegaba, dieron las 2:15am y decidí ir mejor a dormir. Mis ojos comenzaban a pesar.
Al día siguiente lo primero que hice fue entrar a la ducha, cambiarme y bajar para desayunar algo.
Me encuentro con mi padre que está comiendo.
—Buenos días—salude mientras sacaba una silla y tomar asiento.
—Buenos días, Alyssa.-Saluda él.
Mi madre simplemente me sonríe forzosamente y me pone mi desayuno enfrente mio. Toma asiento sin decir nada.

—¿Edward aún no llega?—pregunté tomando una tostada.
Fruncía mi ceño al escuchar unas sanadas largas y fuertes.

—¡Hermana! Aww ¡Alyssa! Ya estás aquí, ya estoy aquí.—Nos abrazamos fuertemente—Te extrañé tanto, en serio.—nos separamos.
—¡Edward! ¡Yo también te eché mucho de menos! ¡No tienes idea de cuánto!
—¿Cómo has estado? Por Dios, cinco malditos años. Bueno, si teníamos contacto, pero ¡cielos! Tú presencia hacía falta.
—Lo sé, mucho tiempo.—mire a mis padres.—He estado bien ¿Qué hay de ti? El proyecto, cuéntame.

Edward es interrumpido por mi madre.
—¿Qué tal te fue allá?
—Bien.
—¿Estuvo difícil?
—No, mamá... Estuvo muy fácil, fue lo que aprendí a hacer en la universidad y en la empresa.
—Bueno... Me tengo que ir a mi trabajo.—Se levantó Ben.—Nos vemos.
—Creo que de nuevo tenemos que contratar a una empleada.—recogió el plato de papa y lo comenzó a lavar. Edward seguía comiendo... Creo que tenía mucha hambre.
—Y ¿por qué, Sonia?—Pregunte.
—Porque tú ya estás aquí, y aparte últimamente estaré muy ocupada... Nancy renunció y eso significa que trabajaré tiempo extra. Tu padre también porque llegaran una compañía de Japón.
—Ah... Bueno... Pues yo sola me puedo hacer de comer... Aún así, pienso que tienes razón. A ver que tal me va en la universidad.
—Está bien.—recogió mi plato.—Me tengo que ir. Alyssa Busca a alguien que haga la limpieza.

Estaba buscando recetas por Internet para hacer la comida de hoy. Me distraigo cuando escucho el timbre sonar.

—Hey, Harry.
—Hola—saluda con media sonrisa.
Comienzo a caminar hacia la cocina—si puedes entrar Harry—dije obvia.
—¿Que haces?
—Estaba buscando recetas para hacer de comer.
—¿Tampoco sabes?—me preguntó cuando se sentó y entrelazó sus dedos.
—Sí sé, pero no se me ocurre nada. ¿Y tú?

Me mira obvio, como si la pregunta no la hubiese entendido.—No mucho, quizás lo básico.
—Creo que haré pechugas rellenas.
—¿Es muy laborioso, no?
-—Pero no imposible.
—Cierto.
—Solo me faltaría comprar el pollo y algo más de queso.
—Okay, vamos al supermercado.—se levantó.
—¿Me vas a llevar?
—Claro, con la condición de que me invites a comer.
—Vale.

Gracias por ser parte de mi vida. HSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora