La alarma sonó de nuevo al siguiente día, esta vez un poco más tarde pero de todas formas me costó levantarme.
Nuevamente lo único que tenía en mi mente era 'NO ME QUIERO IR'. Quería quedarme las dos semanas y descubrir más de esa ciudad. Pero, a pesar de que se lo propuse a mamá, simplemente no fue posible.Antes de continuar con el viaje pedí hacer una última parada. Quería ir a 'La Mitad del Mundo'. En ese lugar hay un monumento que, se dice, es el punto exacto en la mitad del mundo, así que fuimos.
Después de una visita corta y un par de fotos, me despedí de mi tía y continuamos con nuestro viaje.Aunque solo fueron dos horas, el viaje se me hizo eterno. Mi padrastro no me dejó ponerme los audífonos porque debía "compartir" con ellos, pero todo el camino lo único que hizo fue darme un sermón sobre cambiar mi actitud y reprocharle a mamá lo mal que me educó.
Harta de escuchar solo cosas malas sobre mí, finalmente me puse los audífonos y, aunque eso le molestó mucho más, me los dejé puestos y subí el volumen para no escucharlo más.
¡Vaya manera de empezar un viaje familiar!Después de todo el drama, por fin llegamos a nuestro destino: Casa Blanca.
Nunca había escuchado de este lugar, pero la verdad era mucho más lindo de lo que me pude esperar. Era una mini ciudad muy exclusiva con edificios grandes, tiendas y restaurantes elegantes, casas hermosas y hasta un campo de golf. Todo esto al lado del mar.
Tengo que admitir que me sorprendió mucho la forma en la que el lugar luce.
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El Chico de la Capital
Teen Fiction¿Quién se imagina que unas simples vacaciones de verano te pueden cambiar tanto? Una conversación con la persona correcta y Constanza Hadelmann encontró eso que le hacía falta para preocuparse menos y empezar a disfrutar del mayor milagro de todos:...