A las 3:15 pm salimos de mi apartamento. Gaby no quiso salir puntual porque "daría la impresión de que estábamos demasiado desesperadas y si llegamos tarde crearíamos expectativa en ellos".
A mí no me importó, la verdad es que estaba tan nerviosa que solo quería que todo se acabe de una sola vez.
Cuando llegamos a la playa pude ver que realmente era hermosa. El cielo estaba completamente despejado y el sol que brillaba como nunca antes, hacía que el mar se vea azul y cristalino.
Me quedé completamente boquiabierta y hasta me arrepentí de no haber ido antes.
-Bueno, este lugar es hermoso- dije- pero donde vamos a encontrar a Mathias.
-Creo que ya lo vi- dijo Gabrielle a apuntando hacia él.
Estaba hablando con unas chicas y parecía estar muy divertido con ellas. Al ver eso, algo en mi estómago se retorció; sentí una mezcla de decepción, rabia y celos al mismo tiempo. ¿Por qué nos invitó si estarían aquí sus amiguitas? Mi primera reacción fue querer salir de ahí inmediatamente.
-Vámonos- le dije a Gabrielle efusivamente.
-¿Qué? No, no podemos irnos, ya estamos aquí.
-Sí, pero claramente Mathias está ocupado, aparte ni siquiera se dio cuenta que estamos aquí.
-¿Acaso son celos lo que estoy percibiendo en ti?- me dijo con una voz burlona.
-Por supuesto que no tonta, ¿de qué podría tener celos? Es solo que me duele mucho la cabeza y me siento mal.
-¿Sabías que eres pésima mintiendo? Y no podemos irnos, tal vez Mathias no se dio cuenta que estamos aquí pero tu admirador secreto sí.
Giré para ver a las personas que estaban a nuestro alrededor y no vi a nadie observándonos. Ahora más que nunca estaba convencida que esto del admirador secreto solo era producto de la gran imaginación de Gabrielle.
-¡No tengo un admirador secreto! Gaby te lo pido, solo vámonos me siento mal.
Justo cuando Gabrielle estaba a punto de aceptar, Mathias nos vio y se acercó hacia nosotras dejando solas a las dos chicas con las que estaba conversando.
-¡Pero miren quien finalmente apareció por aquí!-Mathias dijo a sus amigos- Dime que no es la playa más hermosa que has visto en tu vida- dijo dirigiéndose hacia mi.
-No es la playa más hermosa que he visto en mi vida- le dije soltando una pequeña risa.
- JA JA muy graciosa- contestó sarcásticamente.
-Tú me dijiste que diga eso y yo te hice caso.
-Me alegra mucho que por fin decidiste venir- me dijo mirándome directamente a los ojos.
Algo en mi estomago se revolvió y me quedé sin palabras.
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El Chico de la Capital
Teen Fiction¿Quién se imagina que unas simples vacaciones de verano te pueden cambiar tanto? Una conversación con la persona correcta y Constanza Hadelmann encontró eso que le hacía falta para preocuparse menos y empezar a disfrutar del mayor milagro de todos:...