Capítulo #9

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Mis días en este lugar hasta ahora habían sido bastante repetitivos y me estaba aburriendo. Todos los días ver algo en Netflix, salir a tomar el sol o a leer en el balcón si tenía ganas, comer y dormir. Lo único emocionante que me había pasado hasta ahora fue hablar con Mathias en la calle y haber recibido su invitación para ir con ellos a la playa.
Empecé a pensar qué pasaría si de hecho aceptara su invitación e iría con ellos a la playa; ¿y si después de todo sí son buenos chicos?
Con Gabrielle aquí todo sería más fácil y menos aburrido.
-Solo un día más Constanza, solo un día más- pienso antes de quedarme dormida.
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Al día siguiente desperté temprano, me duché y antes de que todos despertaran yo ya estaba lista, así que me ofrecí voluntariamente para ir al supermercado.
Salí del apartamento y curiosamente no había nadie en la casa de enfrente; no le tomé importancia y seguí caminando.
Cuando regresé, esperé ver Mathias y a sus amigos afuera como era usual a esa hora, pero no estaban.
Sentí algo raro, ¿era decepción? ¿Cómo podía estar decepcionada por no verlos? Para eso tendrían que importarme por lo menos un poco y era obvio que no me importaba lo que ellos hagan.
Saqué esos pensamientos de mi cabeza y abrí la puerta. Me quedé mirando por un segundo la puerta de la casa de enfrente como si esperara que ellos salieran en cualquier momento.
Me di cuenta de lo que estaba haciendo y entonces, cuando iba a cerrar la puerta, una voz familiar me llamó: -Hola Constanza, ¿me estabas esperando?-...
Definitivamente era la voz burlona de Mathias, pero no tenía idea de dónde provenía.

El Chico de la CapitalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora