Caminamos de regreso por la playa hacia donde estaban los demás. Al llegar todos empezaron a interrogarnos sobre donde habíamos pasado toda la tarde y por qué nos habíamos tardado tanto. La verdad es que fue una tarde tan perfecta, que perdimos la noción del tiempo.
-Creo que tienes demasiado que contarme Constanza- me dijo Gaby plantándome una mirada asesina.
-La que tiene demasiado que contarme creo que eres tú Gabrielle- le dije mirándola de la misma forma.
Mathias nos interrumpió y se sentó en medio de las dos.
-Supongo que fue una buena tarde, ¿no?- me dijo con un tono de burla.
-Cállate Mathias- le dije rodando los ojos.
-No te molestes en contármelo, Joaquin es mi mejor amigo y seguro el lo hará- me dijo y se levantó.
Nico había traído cervezas y todos empezaron a tomar, menos Joaquín y yo; después de los cócteles de la boda ya no podía ver ni una sola gota más de alcohol.
Después de pasar un rato en la fogata, Gaby, Mathias, Joaquín y yo caminamos juntos hacia nuestro apartamento. Mathias y Gaby habían bebido demasiada cerveza los dos estaban igual de ebrios así que Joaquín ayudó a Mathias a entrar a su casa y yo me aseguré de que Gabrielle no haga mucho ruido al entrar al apartamento. Vi por el balcón que Joaquín me esperaba en la calle así que baje a ver.
-No te pensabas ir sin despedirte, ¿verdad?- me dijo.
-Solo entré para asegurarme de que Gabrielle no haga mucho ruido-le dije- pensé que el que se fue sin despedirte fuiste tú.
-Solo entré para asegurarme que Mathias no haga ninguna tontería.
-Que buen amigo eres.
-Pensé que ya hablamos sobre la palabra 'amigo' entre nosotros.
-Me refería a que eres un buen amigo para Mathias- le contesté soltando una carcajada.
-El es más mi hermano, lo conozco desde que tengo memoria y siempre ha estado para mí.
-Si, igual que Gaby conmigo.
Hubo un momento de silencio entre los dos, hasta que un gran suspiro se me escapó.
-¿En qué piensas?- me preguntó.
-En lo increíble que fue el día de hoy- le conteste, y después de verlo directamente a los ojos agregué:- Gracias por todo en verdad.
Joaquin me tomó de la cintura y me acercó hacia el, me dio un beso en la frente y nos quedamos abrazados en silencio.
Amaba sentirme así, protegida entre sus brazos, sintiendo su respiración y sin pensar en nada más que no sea estar con el en ese momento.
-Los chicos y yo vamos a salir a surfear mañana, ¿quieren venir tú y Gabrielle?
-Si, obvio aunque después de toda la cerveza de hoy, estoy segura que Gabrielle mañana va a tener una resaca más grande que todo su ser.
-No importa, la obligas a levantarse de la cama.
-Ojalá sea posible, no sabes cómo es Gabrielle cuando tiene resaca.
-De verdad quiero verte mañana- me dijo poniendo cara de cachorrito.
-¿Como decirle que no a esa carita?- le dije soltando un suspiro- haré todo lo posible.
-Ah y antes de que lo olvide, la próxima semana habrá una fiesta de fin de verano aquí, así que me preguntaba si serias mi cita para esa noche- me dijo.
Sentí una punzada y un vacío enorme en el estómago. En ese momento me di cuenta de que ya no había próxima semana, solo me quedaban 4 días más en Casablanca.
-Ehmm si, sobre eso... Regreso el domingo Joaquín...-le dije entre dientes.
-¿Domingo? ¿Te refieres a este domingo? ¿En cuatro días?- por la forma en como me lo dijo, parecía que la magia de todo el día se había desvanecido. Lastimosamente esa era la realidad.
-Si Joaquin, este domingo en 4 días.
-Por que no me dijiste antes?- me dijo algo molesto.
-No se... no se me ocurrió decírtelo hasta ahora- le conteste algo confundida. La verdad no entendía cuál era su molestia, de todas formas ese día tarde o temprano llegaría.
-Por un momento pensé que este estupido verano nunca se acabaría- dijo molesto.
-¿Por que te molestas Joaquín? Nada es eterno, si? Lastimosamente no es así, pero depende de nosotros hacer de estos 4 días los mejores de nuestro verano.
-Pensé que teníamos más tiempo Constanza.
-Pues no pero, hey- le dije buscando su mirada- no desperdicies esto que nos queda. Por ahora solo debemos vivir el aquí y ahora, eso es lo único que import...-y antes que de que termine de hablar me tomó de sorpresa y me besó. Me separe de él algo confundida por lo que acababa de pasar.
-¿Que fue eso Joaquin?
-Solo estaba aprovechando el aquí y el ahora- me dijo. No pude evitar sonreír y Joaquín me beso de nuevo.
Fue el beso más perfecto que alguien alguna vez haya podido tener. Acababa de conocer a Joaquin hace dos días, pero me sentía como si lo conociera desde siempre.
Ahora menos que nunca quería irme de ese lugar...
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El Chico de la Capital
Novela Juvenil¿Quién se imagina que unas simples vacaciones de verano te pueden cambiar tanto? Una conversación con la persona correcta y Constanza Hadelmann encontró eso que le hacía falta para preocuparse menos y empezar a disfrutar del mayor milagro de todos:...