El Asesino Enamorado.

2- Víctima fácil.

Mi víctima pasada finalmente había muerto y desaparecido de la tierra, los medios comenzaban a buscar pero nada los atraerá aquí y de ser posible que vinieran a registrar el edificio esta limpio de toda evidencia.
Me traslade a casa de mi amigo Nathan donde me daría detalles de aquél chico; al llegar al lugar inmediatamente me abrió la puerta y entré viendo que su casa era una porquería.

-¿Te ha pasado alguna vez por la cabeza limpiar este chiquero Nathan?

Me miro mal.

-No haz venido a criticar mi casa.

-Sólo decía...

-Bien, aquí están los detalles e información del chico.-me entregó un folder.

-Te agradezco.

Empecé a leer la información

Haru Nagasaki
·19 años
·Estudia actualmente en el Instituto Nagasaki de la cual sus padres son dueños.
·Práctica soccer Lunes, Miércoles y viernes de 4:30 a 6:00pm.
·Los fines de semana sale por la noche a dar una caminata cerca del parque central.
·Es tímido y sus calificaciones son de las más altas.
·Se queda a estudiar en la biblioteca de la plaza central todos los días hasta tarde.

-Nathan esta es una información demasiado detallada, lo vigilaste bien.

-Si, me encargue de eso para que no hubiese dificultades para ti.

-Bien, iré a mi casa a pensar como hacerlo.

-¿Porqué no aquí? Me gustaría ver como trabaja tu mente podrida.

-No puedo pensar en un lugar tan asqueroso como este, mi mente podrida necesita un lugar limpio y con olor fresco para poder pensar.

-Idiota...

-Hasta luego Nathan.

Salí de ese lugar caminando tranquilamente hacía mi automóvil, antes de arrancar tome mi teléfono para llamar a Carlos.

-Hola Carlos...

-¿Quién habla?

-Matsui.

-Ohhh amigo mío cuanto tiempo.

-No eres mi amigo, y bueno ha llegado la hora de que me devuelvas el favor.

-¿Así? ¿De que trata?

-No quiero hablarlo por teléfono ¿Dónde nos vemos?

-Hay un problema, en estos instantes estoy en un campamento a media hora de la ciudad.

-Dame la dirección exacta y voy para allá.

-Bien, Bosque Venetti esta cerca del lago fuera de la ciudad espera en la entrada y me llamas para que no te pierdas.

-Claro nos vemos.

Colgué el teléfono y me dispuse a conducir, mientras por mi cabeza pasaba el recuerdo de como conocí a Carlos.

-N...No quiero hacerlo.

Yo los observaba desde la altura a ambos y una pequeña niña rubia llorando.

-Vamos imbécil es sólo una niña matala ahora.

Carlos tenía en sus manos un cuchillo.

-Si crees que es tan fácil manchar tus manos de sangre hazlo tu estúpido.

Lanzó el cuchillo al piso de madera justo al lado de sus pies.

-Si no lo haces no sólo mataré a la niña si no a ti también.