13-Sádico favor.

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Aún las televisoras anunciaban la desaparición de Haru y buscaban pistas para encontrarlo.

Pobres ilusos jamás lo encontrarán mientras Haru este en mi poder, si tal vez se escuche como si hablará de un objeto pero realmente es por que me he adueñado de él.
Al despertar por la mañana tenía unas tremendas ganas de sangre y tortura más no tenía a quien hacer sufrir.

-Ha...Haru.-grité.- Ven acá

A los pocos segundos llegó a mi lado, era la primera vez que el me escuchaba tartamudear...

-¿Sí, Matsui?

-¿Crees que puedas ayudarme con algo muy sádico?

Trago saliva.

-¿De qué trata?

-Mira ahora mismo no tengo a alguien a quien torturar y me queman por dentro las ganas de sentir sangre, sabes es como una adicción no habría nada más fascinante para mí el que me dejarás derramar un poco de tu sangre ¿Lo harías por mi?

Él se quedó mudo, las palabras no salían de su boca mas este se acercó a mi lentamente y me sorprendió sentándose en mis piernas a lo que respondí sacando mi navaja, le saqué la camisa que tenía puesta, por impulso pase mi lengua por su pecho.
Abrí mi navaja y la pase por su pecho, al contacto de la fría cuchilla con él chico le erizo la piel; lo sorprendente aquí es que no lo estaba haciendo de una manera tan brusca, hasta parecía tierno en mi punto de vista.
Encaje ligeramente la navaja en el cuello en un lugar seguro y apreté la cuchilla contra su piel que se rompió con el paso de la misma mientras detrás de ella dejaba un recorrido de sangre, tomé su brazo derecho y empecé a cortar lentamente.
Sólo puedo admitir que su rostro de dolor me encantaba, ver las expresiones de su rostro más sus gemidos de dolor no causó más que una erección en mi. Ahí fue cuando decidí parar, pase mi lengua por la navaja absorbiendo la sangre y después deje a Haru en la cama para salir de la habitación.
Volví ya que estuve un poco más tranquilo.

-Lo siento Haru.

Me atreví a decirle.

-Perdón si te incomodé.-Le hablé pero este no contestaba.
Al parecer seguía inmóvil; me acerqué a el y el me miraba sonrojado.

-¡Hey! ¿Qué sucede?

-Eh... Es sólo que... Eh..m... No sé como reaccionar o sentirme ahora.

Me senté al lado de el en la cama.

-Tu tranquilo Haru, ahora iré a ducharme si te parece después limpio tus heridas.

Dije pasando mi dedo por una herida de la cual escurria mucha sangre, pero no era nada grave; dirigí el mismo dedo a mi boca y tomé su deliciosa sangre, el chico no podría estar más rojo.
Sonreí internamenente, en mi mente sólo se me cruzaba la idea de besarlo, acerqué mi cara a la suya, el no hizo absolutamente nada sólo se mostraba sumiso ante mi y me encanta.

Sé que si yo hubiese querido en este mismo instante podría tomarlo para mí... Nuevamente.
Esté cerró los ojos y noté sus latidos rápidos, acaricié su suave mejilla mientras acerqué mis labios a su cuello; estaba tratando de no perder el control que quedaba sobre mi, pero se me hacía tan difícil.
Besé suavemente su cuello mientras dejaba un pequeño rastro hasta sus labios, era tan fascinante, lo mejor es que el pequeño e indefenso Haru no se oponía a ello, hasta creo que lo aprueba y disfruta; esto quedó confirmado cuando di una pequeña mordida en su hombro...
Lo único que mis oídos pudieron apreciar fue un lindo gemido de parte de Haru, este abrió los ojos enormemente y se sonrojo más aún.

-Eres tan tierno Haru.

Él dirigió su mirada hacía otro lado.

-No digas cosas como esas...

-¿Porqué?

-Por qué me da vergüenza, dijo tratando de esconder su cara.

-Haru, ¿Te gusta estar conmigo?

Se quedó pensando unos segundos.

-Realmente me he acostumbrado Matsui, de un momento a otro extraño a mi familia; pero en realidad disfruto de estar aquí es un lugar tranquilo y me sorprende la cantidad de libros que tienes.-sonrió.

-Bueno, me dijiste que te gustan mis libros mas no me dijiste si mi compañía es de tu agrado, aunque te agreda como ahora, aunque te haga hacer cosas que tal vez no quieres, aunque te prive de tu libertad, aunque deseé tu cuerpo y tu alma con tantas ansias como ahora.

-C...Claro que me agrada estar contigo.-sus mejillas se volvieron a tornar de un rojo más ligero.- he aprendido mucho de ti, no eres tan mala persona Matsui.

- Me parece perfecto.

Sonrió de una manera tan tierna y simplemente volví a tomar sus labios, me encantaba hacerlo, había deseado por varios días besar sus labios y tomar su cuerpo; ahora que lo he logrado quiero que el sea sólo para mi.
Haru por favor se sólo mío, esas palabras quemaban mi garganta queriendo salir al aire donde mi Nagasaki pudiera escucharlas.

¿Realmente aceptaría a un criminal como yo?

No sé si merezca tanta pureza y ternura, no creo ser digno de tan hermosa criatura.

El Asesino Enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora