23- Instinto de los Matsui

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Los Matsui tenían generaciones siendo poderosos en la ciudad, claro consiguiendo su estúpido prestigio siendo unos miserables. Mi padre había matado para salvar su pellejo, mi madre asesino a su sirvienta por no doblar correctamente la ropa y yo sinceramente no podría estar tranquilo con la presencia de esta supuesta "hermana" es decir, todos los Matsui tenemos historial asesino, algunos más desarrollados y organizados (Sí, lo digo por mi)
Por lo tanto esa desconfianza me mantenía alerta, hacía que vigilara a esa mocosa a donde quiera incluso había instalado unas pequeñas cámaras con las cuales mantenía la cabaña y a los alrededores vigilados.

—¡Matsuiii! Anda vamos a caminar por el bosque, te digo que debe haber un río por aquí cerca a veces escucho la corriente de agua.

Haru tenía toda la semana repitiendome que fuésemos a caminar por ahí, mi estúpida preocupación me lo impedía a decir verdad debía dejarlo por esta vez.

—De acuerdo, vamos entonces.

Lo miré con una pequeña sonrisa y me acerqué para besar su frente.

—Deberías ponerte un abrigo, allá afuera hace frío.

Le advertí puesto que el invierno  se hacía día con día más presente, a los pocos minutos de haber aceptado él ya había invitado a mi hermana.

  —  ¿Quién te invitó?

Le pregunté a la pelirroja frente a nosotros.

  — Tú lindo novio.

Respondió en un tono de niña consentida y fue junto a Nagasaki, negué suavemente mientras los observaba; sin duda no me imaginaba que nuestra estadía entre las montañas sería de esta forma, mi expectativa era estar junto a Haru mientras disfrutábamos de la naturaleza que nos rodeaba, leeríamos libros y cocinaríamos la cena entre los dos... Sólo quedaba en mi memoria gracias a esa chiquilla entrometida. 

Guardé en una pequeña mochila algunas cosas, como agua, galletas, lampara, soga, navaja, dulces, encendedor... cosas básicas pues estaba la posibilidad de perdernos en medio del bosque.

Cuando menos lo esperábamos  ya nos encontrábamos  fuera de la cabaña  los tres listos para emprender nuestro camino hacia la búsqueda del río que escuchaba MI~ Haru... quién iba junto a mi hermana.

  — ¿Ahora preferirás a mi hermana, Nagasaki? 

Lo miré con una sonrisa entre los labios fingiendo celos de Hadassa puesto parecía que quería estar más junto a ella que conmigo, él volteó a verme.

  —  ¡Por supuesto que no!

Replicó de inmediato y me acerqué hasta él para tomar su mano, entrelazando nuestros dedos, mire sus lindos ojos con una sonrisa entre los labios, Hadassa no hizo mas que girar la cabeza hacía otro lado.

 —¿Por dónde dices que has escuchado ese río Haru?

 —Creó que el sonido viene de por allá, si nos acercamos lo suficiente el sonido del agua recorriendo su camino nos hará saber que hay uno... y si ya me he vuelto loco y no hay un río al menos pudimos salir a caminar por un rato...

Solté una pequeña risa ante sus ocurrencias, me agradaba que cada día que pasaba él también adquiría más confianza, hacía chistes y hablaba un poco más. 

  —Entonces hay que apresurarnos, de verdad sería malo que nos diera la noche en medio del bosque, no me alcanzó el tiempo de verificar que fuese un lugar completamente seguro, es decir, no verifique que no hubiese muchos animales salvajes como... Am... Lobos. 

Ambos asintieron a su vez, nos dirigimos guiados por el oído de Haru quién de verdad se veía feliz, sonreía bastante además de que miraba a todos lados muy animado, sentía mi corazón derretirse ante su presencia, lo adoraba... ¿Qué podría hacer?

Tan sólo era un asesino enamorado, enamorado de su víctima quién debería de temer a la muerte, a su asesino y no darle dulces besos, maravilla de caricias, remplazo los gritos de auxilio por  suaves suspiros al oído en las noches en las que ambos aceptábamos nuestros defectos, simplemente nos amábamos el uno al otro.

Volví a la realidad apretando suavemente su mano haciendo que el contrario volteara a verme con una sonrisa entre los labios, no pude evitar repetir tal acto mostrando una sonrisa enorme de vuelta; por mucho tiempo viví sin propósito mas que existir pero ahora todo parecía tan diferente junto a él. Llegamos al lugar donde Nagasaki había escuchado el sonido del agua y efectivamente había un río de corriente muy calmada frente a nosotros, de seguro era agua pura de las montañas era tan cristalina, me agaché a beber un poco tomando un poco de agua entre mis manos.

  —El agua esta realmente fría

Hablé en un tono apenas audible para mi.

—Haru ten cuidado con las rocas, están resbaladizas por las recientes lluvias y brisas.

Se escuchó por fin la voz de mi hermana quien se dirigía a Haru, había bastante rocas a la orilla del río sería un poco peligrosos pero la verdad no creía que podría tener muchas consecuencias graves.

Escuché como ambos jugueteaban con el agua y pequeñas rocas aventandolas entre ellos, tan solo pude negar levemente mientras los observaba.

—Hacen demasiado escándalo, no me dejan escuchar el agua correr...

Les lance a ambos piedras en la cabeza para que dejarán de hacer tanto ruido y así fue los dos pararon de hacer ruido casi al instante, incluso hasta varios animales se animaron a salir con el silencio, se asomo una pequeña ardilla de un árbol que estaba cerca.

  —Ni los animales soportan su ruido, ya hicieron salir a la ardilla ojala y los ataque. 

  —Lo siento Mat-sui~ sólo jugábamos un poco.

Haru habló disculpándose, me miro con una sonrisita y después bajó la mirada. 

  —Deberíamos caminar a la orilla del río y después regresar a la cabaña, pronto se hará de noche.

Intervino la pequeña pelirroja, por esta vez le di la razón pronto comenzaría anochecer, a decir verdad todo parecía bastante normal y tranquilo no había asesinatos y ni siquiera tenía una víctima en mi poder... Todo parecía tan raro.

  —Haru no camines por esas piedras, es peligroso.

Le advertí a Nagasaki, esas rocas solían ser bastante filosas además en esta ocasión estaban húmedas lo que hacía un poco más peligroso que anduviera por ahí.

—¿Por qué a mi no me cuidas?

Pregunto Hadassa con un puchero.

—El que me importa es Haru.

Hizo un gesto de disgusto para luego voltearse mientras mi novio seguía saltando algunas rocas, negué nuevamente ante su terquedad, sin embargo me distraje un poco observando el paisaje a mi alrededor, me sentía extraño y nada cómodo algo no andaba bien pero todo parecía estar en orden... Hasta que escuché un golpe en seco acompañado de un grito de Hadassa, quien iba detrás de Haru.

Rápidamente me acerqué a ellos.

—¿Qué ha pasado?

Observé a Haru en el piso, al parecer había golpeado su cabeza al caer y en ese momento la preocupación comenzó a inundarme cuando le llamaba y no respondía.

  —Haru... Nagasaki

Le hablé cargándolo entre mis brazos. 

—Él resbaló 

Habló mi hermana nuevamente mas no le preste atención.

  —¡Haru!

Le llamé en tono más fuerte y este seguía sin responder, verifique sus signos vitales, el vivía pero había quedado inconsciente por el golpe. Inmediatamente me levante cargándolo con firmeza para evitar que se cayera de mis brazos.

  —¡Mierdaaa! esto era lo que no me dejaba en paz, joder, Haru...

Lo miraba, sus lindos ojos estaban cerrados, su sonrisa... La linda sonrisa que me había mostrado antes ya, ya no estaba.

—Lo siento tanto cariño, estarás bien. 

El Asesino Enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora