17.-Intruso

94 10 0
                                    

Al ver aquél reflejo me di cuenta con seguridad que debía proteger a Haru, y si ese tipo iba tras de mi lo guiaría al mejor lugar para hacerlo sufrir, en realidad no sé con certeza que tanto nos ha seguido e investigado aquella persona, pero que si quiera se lo ocurra pensar que saldrá bien de esta.
Seguí caminando y me dirigía a paso firme al lugar más escondido de mi casa, pero después de un tiempo pude notar que aquél tipo ya no me seguía, me pareció sumamente extraño, pero seguí a mi destino para poder tomar unos objetos.

Tan fácil era entrar a mi casa, lo sé, pero si no tengo la mejor seguridad es principalmente para no llamar la atención; ahora que llegué a la habitación, tome un frasco con un líquido transparente en el cual sumergí un pañuelo blanco.

-¡MATSUIIII.-Oí un grito desesperado de mi pequeño Haru, inmediatamente fui a la habitación, al llegar vi a ese asqueroso tipo sobre MI Haru, no paso un minuto cuando ya estaba sobre aquél tipo golpeándolo sin piedad, lo tiré al suelo con toda mi furia, pateé su sucia cara, lo hice hasta dejarlo inconsciente. Al final de tantos golpes termino en mi lugar favorito, ni para que mencionarlo ya deben conocerlo.

-¿Te han mandado o firmaste tu muerte por cuenta propia?.- pregunté con tono tranquilo

Me miro sin decir una sola palabra.

-Ok, esta bien creó que no dirás nada...
Me interrumpió diciendo

-Ellos saben donde estoy, tan pronto como se den cuenta de mi desaparición, te cazarán como si de una bestia se tratara.

-¡Ohh entonces no estás sólo! Es bueno saberlo.- mi nivel de importancia ante sus supuestas amenazas era muy bajo, tocó a Nagasaki, eso significa que no me importa una mierda morir si logro terminar con esta persona.

Maldijo en voz baja.

-Ahora, dime ¿cuál es tu nombre?

-¿Ah? ¿Porqué habría de darte mi nombre?

-Por qué ese será el nombre de la nueva tortura que voy a inventar.-sonrío ampliamente mientras que por mi cabeza pasa la imagen de la nueva tortura que voy a usar.-¡HABLA IMBÉCIL! ¿CUÁL ES TU ASQUEROSO NOMBRE?

Su silencio fue su respuesta.
No lo tolere más.

Lo tomé del cuello mientras lo dejaba sin oxígeno poco a poco.

-¡DIME TU NOMBRE AHORA!.-Lo tiré al suelo. - ¡DILO!.- Pateé su estómago y escupió sangre. -¿QUÉ ESPERAS PENDEJO? GRITA TU NOMBRE, ¿ACASO QUIERES MORIR TAN PRONTO?.-Lo tomé del cabello y saqué de su saco una cartera, boté todo lo que había dentro para después tomar su identificación.

-Shur Nian. -susurré. -Ese será el nombre. -Sonreí nuevamente.

-Bien... Nian empecemos con tu tortura especial, así nunca te atreverás a volver a tocar a mi Haru, claro que ni si quiera tendrás la oportunidad de hacerlo.

Con mis manos cubiertas por aquél plástico del que se compone el látex, tome a aquella miserable persona para llevarlo a la tortura que tendría su nombre. -Shur Nian, conoce a tu tocayo. -lo miro con una sonrisa mientras el coloca en su cara una expresión de confusión.

-¿Qué es eso?

-Ya lo verás.

Hice que se sentara en una silla que tenía enfrente una mesa que tenía dos pequeñas cajas metálicas. Cuando estuvo sentado até sus piernas a la silla, puse un bonito bozal en la boca de ese tipo, adentre sus manos en aquella caja metálica que tiene un cristal para que vea y sienta la tortura que lleva su nombre.
Cuando sus manos estuvieron dentro me aseguré de que todo estuviera en su lugar y encendí el aparato que había creado.

-Ohh un calentador de manos... Que considerado Hancel.

-Bueno espero disfrutes de el, yo estaré muy feliz cuando vea tus manos arder poco a poco, mientras admiro tu desesperación. Todo esto por tocar a Haru, moleré tus manos si es posible... Te haré mierda si es necesario, hasta que mi instinto se cansé de verte sufrir.- exclamé de forma tranquila aún para acercarme a él y pasar mi cuchillo por su brazo tentándome a cortar su piel, ha despedazarla.

Con los minutos que pasaban la temperatura en esa cajita iba aumentado, y por consecuencia empezaba a quemarle, yo ya estaba enloquecido por el enojo además de estar entusiasmado; me contradecía totalmente, no sabía si matarlo en ese instante o verle sufrir un poco, la desesperación y la furia tomaban posesión de mi cuerpo. Tome el cuchillo lo clave en su brazo, el tipo grito ¿Qué más podría hacer?

Haru estaba en un rincón de la habitación asustado, no por mi de hecho ya estaba acostumbrado, aquél tipo le había dañado y eso no lo podía permitir.

Podría morir por Nagasaki.

¿Eh..? ¿enserio dije eso? ¡Ughh! Estúpido mocoso!

Lagrimas salían de los ojos del tipo quien tenía preso, soltaba algunos quejidos pero yo ya no soportaba que siguiese con vida, el debía morir y pronto.

Lo desate tirándolo al piso con fuerza, patee su sucio rostro, lo llevé ante Haru.

- Discúlpate ahora.- Permaneció en silencio.- ¡QUÉ TE DISCULPES MALDITO!

No lo soportaba, lo maté ante los ojos de Haru, permití que mi pequeño viese mi crimen. No me tome la molestia de limpiar, tome mis cosas y las de él, lo llevé conmigo.

-Tenemos que irnos de aquí, no es seguro para ti.

-¿Qué has de ti Matsui? - Aún sus ojitos conservaban algunas lagrimas.

-No te preocupes por mi, te protegeré todo costa...

-¿A dónde vamos?

-Ya verás... Es un lugar solitario, con muchos árboles.

-Suena bien.- Mostro su tierna sonrisa que sinceramente me pareció tan linda que tome sus delicados labios, el correspondió.

-Bien... entre más rápido nos marchemos mucho mejor

-¡Vamos!

El Asesino Enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora