24-¿Quién eres?

32 3 0
                                    

Habían pasado tres días... No, tal vez eran cinco, no lo sabía. Mi cabeza estaba jodidamente aturdida, no sabía que demonios iba hacer si Haru no despertaba más.
No había podido llevar a Haru a un hospital, tuve que traer a un doctor o simplemente me condenaría a la muerte segura, mi cabeza no podía organizar mis pensamientos ¿Tan débil era ante él? ¿Cómo no iba a serlo? Él me aceptaba con mis manos manchadas de muerte, él me aceptaba con mis pecados.
Hadassa no hacía más que permanecer en silencio y observar, no sabía si sospechar de ella, posiblemente eran sólo ilusiones mías.

—¡Matsui! Haru ha despertado pero...

Escuché esas palabras y de inmediato entré a la habitación en busca de esos ojos claros.

—¿Quién eres?

Me pregunto Haru y por unos momentos lo mire sin entender.

—¿Me conoces?

—No.

Respondió de una manera tan indiferente que tan sólo me límite a mirarlo por unos segundos, miré al doctor.

—Él perdió la memoria temporalmente debido al golpe que recibió en la cabeza, no puedo decirte con exactitud cuanto tiempo durará, lo siento Matsui.

—¿Haru... No me recuerdas?

—¿Cuál es tu nombre?

Me preguntó mi lindo chico mientras sentía que en cualquier momento podría caer, me sentía débil... Tenía pocas razones para seguir en esta vida y parecía que se esfumaban de poco a poco. Nathan ya no estaba ahora Haru ni siquiera me recuerda, posiblemente sea una exageración pero no sé con exactitud cuándo volverá a mirarme de la misma forma que ayer, odio que mis malditos instintos tengan razón, no debimos salir.

—Soy Matsui.

Dije mientras me acercaba a él y tomaba su mano para acariciarla suavemente.

—Prometo te ayudaré a recordar... Aunque la forma en que coincidimos en la vida no fuese la más adecuada.

El doctor y Hadassa salieron de la habitación, simplemente me dejó unos analgésicos para el dolor que pudiese llegar a tener, cuando escuché la puerta cerrarse y estuve solamente con él, fue el mejor momento para derrumbarme.

—Haru, tienes que saber que sin ti no tengo razón para vivir. No tengo a nadie más que me quiera aún cuándo mi vida es un desastre, cuando tengo la constante posibilidad de morir siendo atacado en cualquier momento.- Hablé en un tono bajo mientras el chico me veía un tanto confundido sin entender mucho. Mis ojos comenzaron a formar lágrimas y sentí rabia al mostrarme tan débil, me levanté y golpee algunas veces la pared lastimando un poco mis nudillos a lo que mi chico respondió alarmado.

—C-calma... No tienes porqué lastimarte.

Se estiró para tomar una de mis manos y procedió a hablar.

—Tal vez en ese momento no tenga ni idea de quién eres... Pero sería muy agradable conocerte.

Escuché las palabras de su boca que salieron con tanta facilidad.

—Al parecer si comprendo la situación tu me has salvado de algo y por eso es que estoy aquí aún cuando he olvidado algunas cosas.

Joder este chico hacía parecer todo tan fácil, me tranquilice y me senté al borde de la cama mientras lo miraba a los ojos ojos con más paz en mi interior, ese era su poder... Podía relajarme cuando el mundo parece tan ruidoso, cuando mi cabeza se encuentra por estallar él calma la tormenta.

—Descansa, duerme un poco iré a revisar algunas cosas.

Le hablé y el contrario asintió mientras se acomodaba en la cama para dormir un poco, caminé hacía la puerta para abrirla al salir fuera pude ver a mi hermana a un lado de la puerta como si estuviese esperando algo.

—Tú, vendrás conmigo.

La tomé del brazo con fuerza mientras la arrastraba hacía alguna habitación lejana en la misma cabaña, entré a la habitación y la aventé al suelo sin remordimiento alguno.

—¿Qué mierda pasó? No me vas a decir que simplemente se resbaló porqué  es obvio que sería una mentira muy mala de tu parte.

La chica se quejó mientras se levantaba con pesadez, le di un suave empujón con el pie y está cayó al piso, puse mi pie en su muñeca sin ejercer presión evitando que se pudiese levantar mucho.
No contestó mi pregunta.

—¿Acaso no escuchas lo que te acabo de preguntar idiota? Habla ahora antes de que pierda la jodida paciencia y te dejé en el bosque a tú suerte... Atada puedes ser apetecible para algún animal salvaje del bosque, presa fácil.

—Yo no he hecho nada ¿Eres estúpido?

—Si lo fuera no sospecharía de ti.

Me acerqué a su altura y le di un fuerte golpe en su estómago que la sofocó.

—¡Es hora de que lo aceptes maldita puta! No podías aceptar que estuviese con Haru o tienes algún plan en mente. ¿Te mandó el líder de los mismos que mataron a Nathan? ¿Qué mierda quieres?

La golpee repetidas veces, la chica sólo podía lloriquear y quejarse del dolor pero se negaban a hablar.

—Sí eres inocente ¿Por qué mierda temes a abrir la boca y decirme que me equivoco?

La dejé en el suelo, se retorcía en el piso por el dolor que le había causado mis acciones, sin duda Haru era mi punto débil pues sólo en él encontraba la tranquilidad y comprensión que jamás recibí nunca.

—Veremos si no hablas después de ésto...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 11, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Asesino Enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora