8-Una escoria como yo no morirá tan fácil.

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En un rápido movimiento intento apuñalarme pero detuve su mano.

-¿Quieres que esto acabe mal Nero?

Le hablé de una manera tranquila mientras sostenía su brazo con firmeza.

-Esto sólo acabaría mal para ti.

Sonreí y empecé a levantarme mientras torcia su brazo.

-No sabes con quien te metes en realidad.

-Claro que lo sé Hancel, No eres más que un estúpido ladrón cobarde.

-Bueno eso es lo que tu crees Nero.

En un ágil movimiento le quité la navaja, y lo tire al suelo de rodillas mientras mantenía el cuchillo en su cuello.

-¿Decías?.-sonreí.- Tienes 10 segundos para arrepentirte, disculparte y largarte de mi casa, si aprecias tu miserable vida.

-Estas pendejo si crees que te pediré disculpas.

-Tu decides, 10

Se quedó en silencio mientras yo apretaba un poco el cuchillo en su cuello.

-9...

Titubeo un poco.

-8...

Apreté un poco más el cuchillo contra su cuello.

-7

Empecé a cortar ligeramente la piel.

-6.

Este se comenzaba asfixiar, temblando un poco.

-5, tienes agallas ¿Tanto deseas acabar con tu vida?

No habló.

-4...

-Esta bien, Ya déjame ir Hancel.

Sonreí soltando una carcajada.

-¿Quién es el cobarde ahora imbécil?

Se tocó la herida notando que es realmente superficial.

-Espero no te vuelva a ver por aquí, ahora te invito a la salida.

Sonreí indicándole la puerta de entrada.
Olvidé hacer que me pidiera disculpas pero la reste importancia y fui a ver a Haru.
Entré en mi habitación encontrando a mi pequeño hecho bolita en un rincón, escuche sollozos, en este punto no pude contenerme y lo abrace tan fuerte como pude.

-¿Qué sucede Haru?

-C...creí que moririas.

Noté su ligero sonrojo y algunas lagrimillas traviesas en sus mejillas, en estos instantes no pude hacer más que sentir ternura.

-Mocoso, no te preocupes una escoria como yo no morirá tan fácil.

Sonrió, tenía su pequeño e indefenso cuerpo entre mis brazos y me encantaba que fuera así.

Tomé su rostro con mis dos manos besando nuevamente sus delicados labios, se sorprendió pero me correspondió, mordí ligeramente su labio inferior causando así que de su boca saliera un quejido, aprovechando la oportunidad de introducir mi lengua en su boca, acaricie lentamente su espalda por encima de la ropa mientras este sólo se dedicaba a seguir mís movimientos y ser un buen uke.

No prentendía llegar a más que un beso, me separé de sus labios viendo sus lindos y claros ojitos aún algo llorosos pero en sus mejillas se encontraba un discreto rojo carmín.

-Vayamos a terminar de hacer la comida.

Este asintió con la cabeza y bajamos nuevamente a la cocina.

-Perdona la situación de hace rato, no es algo que tenía previsto.

-No pasa nada Matsui, sólo me preocupe un poco.

-No tienes por qué Haru, tu ya haz visto un poco de mi verdadero yo.

Sonreí mirándolo, recibiendo de el una pequeña risita tímida.

-Es cierto.

Hicimos la comida, carne con verduras además de un puré de papa, servimos los platos y nos sentamos para así disfrutar de los alimentos que habíamos preparado.

Sinceramente no podía mirar hacía otro lado que no fuese Haru, hasta ahora no se que me sucede que adoro mirarlo a cada momento y de pronto me vuelvo cursi además de marica al estar a su lado, es como si a lado de el fuera otra persona, sólo un estúpido enamorandose cada vez más de un muchacho que antes pretendía asesinar de una manera sangrienta, pero ahora ni siquiera puedo tocarle un cabello con intención de dañarlo.

Empecé a ver que el chico se ponía nervioso, jaja claro ¿cómo estaría normal? si tiene a un tipo mirándolo como psicópata.

-¿P...Porqué me miras tanto Matsui?

Su notable tartamudo y sonrojo aparecieron como era de esperarse.
Sonreí de lado y sólo negué con la cabeza.

-Yo no estoy mirándote Nagasaki.-Sonreí de manera burlona.

-Claro que si Matsui, llevas haciéndolo desde hace rato.-admitió sonrojado.

-No, son ilusiones tuyas por que quieres que te vea.-solté una risita.- es algo como "Senpai, please notice me".-volví a reír.

-Claro que no Matsui.-Cubrió su rostro con sus manos.

-Esta bien confieso que si te miraba.-Descubrió un poco su cara.-Pero es por que tienes una manchita en la mejilla.-pase mi pulgar por su mejilla simulando limpiarla.-Listo asunto terminado.

Y al parecer creyó mi pequeña mentirilla, claro que no me da vergüenza aceptar que me atrae...
Pero sólo es un poquito, O sea casi nada.
Terminamos de comer y fuimos a lavar los platos, mientras él lavaba lo que había usado yo miraba como lo hacía, mientras me apoyaba en la barra del desayunador.
Mire su cabeza con su cabello algo largo, bajé observando sus hombros y después su cintura, no la había visto con detalle pero me gusta, es como para llegar ahora mismo, abrazarlo...

¿PERO QUÉ CARAJO ESTOY PENSANDO?

No puedo sentir nada por él, no es más que mi acompañante, es sólo una víctima que me rehuso a matar, eso es todo.
Salí de la cocina yendo a mi habitación sin decir absolutamente nada, salí a mi balcón y al salir sentí la brisa del viento, mientras el atardecer aparecía en el cielo, la nubes se tornaron de un color naranja debido a los rayos del sol; me apoye en el barandal mientras que el aire golpeaba ligeramente mi cara y mi cabello.
El ambiente era tan tranquilo y apacible, algo al fín me trajo paz mental por unos segundos hasta que unos golpecitos se escucharon en la puerta.

-Adelante Haru.

Se abrió la puerta dejándome verlo.

-¿Necesitas algo?

-Eh... Compañía... Tal vez.

Habló con un tono apenas audible.

Sonreí.

-Ven acá.

Asintió mientras se acercaba a donde estaba, no sabía si era bueno o malo el hecho de que me deje llevar por estos sentimientos que creía perdidos e inexistentes.

Simplemente no puedo negar que su compañía me parece agradable, tantos años sólo con mis asesinatos...
Era para mi ya necesario alguien con quien compartir mi tiempo, era reconforatante saber que no estoy del todo sólo.
Estábamos platicando tranquilamente y el sonido de mi celular me hizo perder la atención de la plática.

-Espera Haru.

-sí.

Contesté la llamada.

-¿Con quién hablo?

-Hancel, soy Nathan.- Su voz se escuchaba agitada, además dijo mi nombre falso, mi nombre falso no indica nada bueno.

-¿Qué sucede Nathan? ¿Estás bien?

Empecé a preocuparme por el estúpido de mi amigo.

-No, no estoy bien los Credsi, me tienen cautivo, me matarán pronto si no viene...

-¿Nathan? ¿NATHAN?.- le grité al celular pero fue inútil.

Se cortó la llamada.

El Asesino Enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora