4-¿Mi maid?

353 34 16
                                    

Entré a la habitación en la que estaba Haru y este levantó su cara para dirigir su mirada a la mía.

-¿Qué estas dispuesto a hacer para conservar tu vida?

-Cualquier cosa señor.-hablo rápidamente y me miro a los ojos.

-Bien, te haré un trato...

Me miraba atento y me encantaba puesto que había tomado un decisión.

-Últimamente he pensado respecto que hacer contigo, no quiero matarte... Pero serías un peligro si te dejó andar por ahí conociendo mi rostro, así que serás mi maid, tienes esa opción o morir.

-M...morir o ser T...tu maid...

-Decide ahora...

-¿Con maid a que se refiere señor?

Lo mire, en su brazo tenía sangre seca de las heridas que le hice, sus ojos brillaban y contenían lágrimas retenidas, sabía que no podía matarlo; dentro de poco un estúpido adolescente se había robado mi corazón con tan simples gestos.
-Tu me ayudarás a mantener este lugar limpio, saldrás conmigo; no me arriesgaré a dejarte en casa podrías escapar así que andarás conmigo a todas partes, de vez en cuando te pediré que hagas algunas cosas además debes obedecer en todo lo que yo te diga, ahora soy un tipo de poca paciencia, decide ¡Ya!

-Esta bien...

Dio un gran suspiro y me miro.

-Seré tu maid.

¿Lo hice? ¿Conseguí poseerlo sin tener que deshacerme de su vida?
Excelente.

-Bien... Ahora te daré mi confianza al primer sospecho, bye vida.

Me acerqué a el y lo desate.

-Te ayudaré a curar esas heridas.

Fui por un botiquín para desinfectar las heridas, saqué un poco de algodón y alcohol.

-Sé que te ardera hasta el culo pero bueno, la vida es así.

Sonrió de manera tímida.

Humedecí el algodón con el alcohol para después frotarlo un poco en una herida, el quito el brazo por instinto.

-¡No te muevas!

-P-perdón pero duele.

-Aguanta.

Tenía una mueca que demostraba lo que sentía.
Volví a pasar suavemente el algodón por la herida pero esta vez sólo apretó el puño.
Sólo podía ver su cara de sufrir y me parecía de lo más hermoso que había visto ese día; terminé de limpiar sus heridas.

-Esa puerta de allá.- señale una puerta que estaba a lo lejos de la cama y se encontraba en la habitación.-Es un baño entra a darte una ducha, te traeré ropa y después te vendaré el brazo.

-Esta bien... G-Gracias

Sonreí y salí de la habitación.

En estos momentos es cuando me pregunto ¿Dónde queda la persona fría y sádica que soy?
Justo ahora estaba siendo amable con alguien que quería asesinar hace poco.
No recuerdo haberme enamorado alguna vez, no de un hombre, no de una chica.
Nunca he sentido atracción por alguien sentimentalmente y llega este niño a cambiarme todo...

Fui a mi ropero para prestarle ropa, y noté que tal vez le quedaría un poco larga.

Ñeh... Más bonito se verá

Dejé la ropa en la habitación y salí hacia la cocina a hacer la cena, preparé un poco de café además de unos sándwiches.
Al volver a la habitación ya estaba vestido, fui por la venda y sin decirle nada tomé su brazo para vendarlo.

Este empezó a llorar un poco, terminé de vendarlo y la sujete con un broche.

-Gracias.

-No hay de que.-dije frío sin sentir lástima de sus lágrimas.-Deja de llorar ya esta la cena, pero antes...

Me acerqué a su rostro mientras lo tomaba de su mentón, sentí su nerviosismo y además de su aliento en mis labios...

-Tienes un mancha aquí.

La quite y me aleje para caminar hacia el comedor seguido por el.

¿Qué? ¿Creyeron que lo besaría?

Pues no señoritas.

Me senté para cenar y Haru hizo lo mismo, le di un sorbo a mi café.
-Haru, necesito que pienses en como no parecer tu.-me miro extrañado y con duda.- sii o sea a cambiar tu look o no sé para que no te reconozcan fácilmente en la calle, tienes hasta mañana para pensar si no quieres que te deforme la cara a golpes.

-Esta bien, si tienes una tijeras y ropa negra estaría bien para cambiar mi look, cortaría mi cabello un poco, con la ropa negra y el estilo emo no creo que me reconozcan.

-Pero también debes lucir natural y no exagerado ¿ok? Ya te conseguiré eso mañana.

-¿Señor?

-Tsk... No me digas así, sólo Llámame Matsui.

-Matsui, me preguntaba ¿Qué es lo que te convirtió en asesino?

-Eso no yo lo sé... Tal vez sólo nací para serlo y lo peor es que disfruto cada parte de asesinar; adoro la sangre y los gritos de súplica, sé que anda algo mal conmigo... Pero es tarde ya para corregirlo, además no me arrepiento de nada.

Se quedó en silencio y supongo que analizando lo que le acababa de decir, porsupuesto me quede viendo su dulce rostro y sus bellos ojos, que criatura tan perfecta; vienes de la nada a cambiar todas mis expectativas, a desordenarme la vida.

-¿Porqué me miras tanto?

Preguntó de manera tímida.
Obvio no le confesaria mi atracción, puede usarla en mi contra.

-Dormirás en la habitación en la que estabas, por ahora te prestaré ropa después iremos a comprar prendas de tu talla.

Lo mire de pies a cabeza, la playera que le había prestado le quedaba un poco larga de las mangas y me hizo feliz apreciarlo así de tierno.

Estúpido Haru, ¿Porqué razón llegas a mi vida así derrepente?

-Esta bien... Eh... ¿Puedo ir ya a la habitación?

-Así es Haru.

-Hasta mañana Matsui y gracias...

Dijo rompiendo en llanto nuevamente

-¿Porqué?

-Por no asesinarme.

Agradecelo a tu linda carita idiota...

-Eres el primero que dejó vivo... Y más aún que viva conmigo.

Esta vez no pude resistir las ganas de abrazarlo, se veía tan tierno e indefenso con su cabeza baja además de sus mejillas sonrojadas, no tuve más elección que hacerlo...

Sí, lo abracé y el tampoco lo esperaba de pronto hubieron más lágrimas pero el se aferraba a mi y yo a su hermosa cintura, adore tanto ese momento que no quería que terminara, pero todo lo bueno acaba rápido.
Tanto lo desconcerto mi abrazo al chico que salió corriendo a su ahora habitación.

El Asesino Enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora