~Capitulo 12~

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Todos los integrantes del equipo se fueron a sus respectivos cuartos, cansados con ese entrenamiento espartano pero aún así no podían estar más felices de haber elegido aquel equipo y que les hubieran dejado entrar.

Hinata y Kageyama iban acompañados por Tsukishima y Yamaguchi ya que sus cuartos estaban cerca. No hubo mucha conversación porque entre que el megane llevaba puestos los cascos y Hinata se encontraba perdido en su mundo, pensando en quien sabe que con esa expresión de desolación en la cara que parecía que por un nada del mundo se le iria. Eso hacía que los únicos que pudieran conversar serían Kageyama y Yamaguchi... cosa extraña porque por muy bien que se llevarán, Yamaguchi no podía hablar con él sin pensar en el daño que le hacía a Hinata por lo que si le hablara seriamente quizás, sería de mala manera y no quería eso. Además pareciera que Kageyama también se encontraba en su mundo sin saber siquiera dónde se encontraba su cuarto ya que se lo pasó cuando llegaron, tuvo que ser Hinata el que le dijera que volviera tras sus pasos.

El pelirrojo fue el que abrió, se quitó las deportivas rápidamente para entrar al baño el primero. El entrenamiento fue duro y lo único que quería era darse una ducha de agua caliente para poder relajarse, eso era lo único que quería... poder relajarse pero siempre que lo hacía esa sensación volví a el, ¿el amor? Pues por desgracia algo parecido; el amor nunca se fue de él, Hinata siempre... desde el mismo momento en el que conoció a Kagayama... sintió algo, pero ahora lo importante era que él lo único que quería era poder relajarse y no lo podía hacer puesto que esa calidez que emergía desde el estómago y se esparcía desde la boca del estómago hasta todo su cuerpo... más rápido que el oxígeno que recorría por sus pulmones y pasaba por sus venas... esa sensación tan incompatible con las descripciones. Esa sensación acompañada por su imaginación, por las imágenes de Kageyama pasando por su cabeza... Kageyama triste, Kageyama riendo, Kageyama enfadado, Kageyama durmiendo, Kageyama... poniendo su cara de siempre... esa sensación acompañada de Kageyama hacían que un leve pinchazo, como si de una aguja se tratase, se clavará en su corazón y de repente esa calidez, esa sensación eran cambiadas por un increíble dolor. Hinata deseaba poder tranquilizarse, poder relajarse... pero a la vez lo detestaba, porque sin pensarlo lloraba... porque sin pensarlo... de repente sentía un inmenso dolor que quería que desapareciera... pero allí permanecía, atormentándole junto con el gran sentimiento conocido como amor. Y alli, duchándose,  Hinata lo volvía sentir, la milésima de segundo de relajación,  tras los segundos de calidez y amor también conocidos como imágenes de Kageyama y después minutos de ese intenso dolor... tan punzante que no podía soportarlo. "Ya basta", susurraba mientras el agua recorría su pelirrojo pelo, pegándolo más a su cara... "Por favor ya basta", sus manos se dirigieron a su cara, no era el agua de la ducha lo que recorría su cara eran esas lágrimas que quería que se detenieran de una vez, ahora comenzaban los mosqueos y por poco empieza a hiperventilar pero allí el dueño de sus lloros llamó.

"No gastes todo el agua", le advirtió llamando a la puerta repetidas veces haciendo que Hinata se sorprendiera, como si hubiese estado haciendo algo malo... pero no como a nadie nada malo.

Kageyama últimamente sentía una opresión extraño, como si el mundo estuviera sobre sus hombros... pero el mundo era una bola demasiado pesada como para ser lanzada. El azabache se encontraba cansado, sabía con certeza que el tema de su novia, más bien ex novia, ya no le importaba, bueno... ¿en algún momento le importo?

Alien que sí que le importaba se encontraba tras la puerta del baño '¿cómo?, ¿cómo?, ¿cómo había puesto esa cara en el entrenamiento?'

"Ng...", Kageyama se encontraba tumbado en el colchón que usaban como sofá con tanto las piernas como los brazos extendidos. No estaba cansado por el entrenamiento, en realidad él quería entrenar más pero ya era bastante tarde y parecía que nadie se podía mantener en pie.  "Ng...", se volvió a quejar moviendo su mano derecha hacia su cabeza, incorporándose mientras se revolvía el cabello. "Esa sonrisa", susurro para sí mismo con el ceño fruncido... quería volver  a la cancha, quería volver a ver aquella sonrisa, se sentía estúpido pero lo necesitaba... volver a la pista de juego, sintiendo la conexión que les surgía a ambos cada vez que pisaban ese suelo, se sentía vivo al tener a su lado a Hinata, él... ¿era su mejor amigo?

La Historia de un Amor No Correspondido {KageHina}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora