La Historia de un Amor No Correspondido {KageHina}

~Capítulo 11~

El día de practica había concluido, Daichi y Suga se encaminaron hacia los dormitorios, Asahi y Nishinoya los acompañaban. ¿Que por que iba tambien Nishinoya? Porque Noya compartía cuarto con el as. ¿Que por que compartían cuarto aun cuando uno era menor que el otro? Pues eso solo lo sabían ellos cuatro mas Tanaka.

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Asahi en su primer año estaba solo en los cuartos porque cada vez que alguien entraba por la puerta salían corriendo, literalmente. Cada vez que alguien era correspondido a tener que vivir en el mismo cuarto que Asahi por secretaría, al verle, se sorprendían al ver su cara y altura, pensaban que era un Yakuza o un Gangter ...incluso alguno llamó a la policía otros preferían dormir en el suelo fuera de la habitación a tener que estar en el mismo cuarto que él. Por estas razones decidieron dejarle solo en un cuarto, porque sino serían demasiados problemas para todos pero sobretodo para la seguridad de Asahi. Todo cambió al año siguiente porque, adivinar quien legó, exactamente... la deidad guardiana, el grande-aunque no en tamaño- Nishinoya Yuu; nada mas llegar al lugar fue directo a secretría solo para ver si le podían hacer un favor, aunque los trabajadores estaban mas que encantados de tener todos los cuartos completos y la pareja AsaNoya estaba mas que feliz.

El libero caminaba feliz con su bandana a cuestas, tan feliz que incluso se podría decir que exparcía flores y estrellas por cada paso que daba. Por fin llegó a la habitación que tanto esperaba, realmente estaba nervioso por compartir cuarto con su novio, las manos le temblaban y toda esa energía y felicidad pareciera que se hubiera ido a la mierda. Una gran nube de nagación le rodeó, como si estubiera esperando las notas de un examen, pareciera que su alma intentara escapar de entre su cuerpo. Mientras tanto tras aquella puerta estaba Asahi decaido y cansado, ¿tanto miedo daba? Por un momento incluso pensó en quitarse la barba y cortarse el pelo, pero entonces ¿donde estaba la esencia del as con su look salvaje?

Decidió darse una ducha para despejar su mente. "Nadie va a venir... asique...", pensaba en voz alta al mismo tiempo que se quitaba la camiseta y diadema que sujetaba su largo pelo, pero antes de que se diera cuenta alguien llamó a la puerta sorprendiendole y no gratamente porque sabía lo que vendría a continuación. "Geniaaaal....", decía para si mismo sin ganas. "Ahora saldrá corriendo...", continuaba hablando esta vez rodando los ojos mientras cogía el pomo.

Nishinoya estaba completamente nervioso, tenía muchísimas ganas de estar con él, se habían visto muchas veces y su relación era tan fuerte que había podido sobrevivir a la distancia. Miraba la puerta con ansias esperando a que abriera, se había pasado la mano por el pelo repetidas veces y mirado la ropa otras mas hasta que se dió cuenta de lo que estaba haciendo sonrojandose mas que nunca '¿pero que mierda estoy haciendo?', se preguntaba golpeandose las mejillas con las palmas de las manos. En ese momento, cuando aun portaba sus manos en su cara, Asahi abrió la puerta apoyandose en el marco de la puerta, estaba sorprendido y agradecido de que Noya estuviese alli frente a él, lo extrañaba por lo que inconscientemente sonrió.

Yuu, con las manos en las mejillas doloridas, abrió la boca mirando de arriba hacia abajo a Asahi, asi repetidas veces, hasta que este se sintió incomodo por estar con el torso al descubierto y por alguna razón se sintió avergonzado, por lo que se sonrojó. Nishinoya estaba como una moto, tiró su bandolera dentro de la habitación haciendo que Asahi tuviese que agacharse con rapidez, pero volvió a su posición mientras veía como Nishinoya se sonrojaba y echaba humo por tanto su nariz como sus orejas. Iba a decir algo pero no tuvo opción al ver como su pareja se tiraba encima de él y asi los dos caían al suelo, Nishinoya sobre Asahi. "Hey, hey! Yuu, relajate", le decía mientras apartaba al mas bajo el cual estaba besando su cuello. "¿Que haces aqui?", preguntó acariciando su cabeza para a continuación sentarse y apoyarse sobre sus codos.