*-*NARRA LUCAS*-*
Salimos del edificio en el que vivo, el que ha presenciado el beso que lo decidía todo para mí, para esta amistad que estamos teniendo Hector y yo. ¿Somos amigos aún? Debemos de serlo, porque sino no estaría ahora conmigo, habría huido como hacen en las telenovelas esas que no veo para nada, no me gustan, ¡pero enganchan! Subimos a mi coche y pongo la primera marcha, las calles de Nueva York están siendo bastante molestas ahora, ya que voy a trabajar y demás.
Conduzco lo más rápido posible, pero los coches no avanzan, el semáforo está en rojo desde hace ya un buen tiempo. Miro de reojo a Hector, está mirando por la ventanilla, mirando hacia la nada, pero pensando en todo. Al final el beso no ha sido una buena decisión, ha sido lo peor que he podido hacer durante todo este tiempo que llevo recuperado. Si antes he intentado no derrumbarme ha sido porque a lo mejor podría tener alguna oportunidad con él, que puede ser todo un malentendido.
El semáforo se pone en verde y sigo conduciendo. Observar a este chico y ver que no me mira, que ni me dirige una simple mirada de reojo me mata, me destroza el corazón, me parte el alma. No he hecho caso a la razón, sino al corazón y eso ha sido un paso erróneo del corazón. Ya no sé si volver a confiar en el corazón, haré más caso de la razón.
Quiero hablarle y saber si me perdona por lo ocurrido, ¿le hablo? ¿Me va a ignorar? Ya no sé si hablarle, si dejarle su espacio para que piense y procese lo que ha pasado, hasta yo tengo que reflexionar.
De lejos se ve el aeropuerto, el lugar donde nos espera April, mi psicóloga. Así ya puede volver a darme sesiones, las necesito bastante. Creo que voy a hablarle, tengo que hacerlo o el trayecto será bastante largo.
-Em... Oye, Hector... Sobre el beso...
-No digas nada, Lucas -me interrumpe-, no quiero hablar
-Lo entiendo, pero ya sabes que lo estaba deseando, que lo quería sacar de dentro de mí.
-Sabía perfectamente que querías hacerlo, que tus ganas se aumentaban por cada segundo que notabas tu corazón palpitar de golpe, que deseabas rozar mis labios con los tuyos... Lo sabía perfectamente.
-Pues si lo sabías, ¿por qué venías a mi casa todavía? ¿Por qué no dejaste de venir y te fuiste de fiesta con tu novio de la moto?
-Uno: no es mi novio. Y dos: porque tenía que cuidarte, tenía que vigilarte para que no hicieras ninguna tontería como la de cortarte las venas, que, por cierto, se me viene un potente flash de ti sangrando que me duele la cabeza cuando paso por la puerta de tu habitación.
-Yo... Lo siento si te he hecho sentir así, siento que tengas ahora ese recuerdo en la mente. Pero no mirarme no es una buena idea, hay que dejar las cosas claras ahora mismo. ¡Te acabo de dar un beso! ¿No ha significado nada para ti eso?
-Lucas... Por favor, no sigas, no quiero hablar de esto y ya está.
-¡No, no voy a parar de hablar! Quiero que me respondas a una cosa. ¿Has sentido algo especial en ese beso? Dímelo -frunce el ceño mientras mira por la ventanilla, sus hombros se tensan-. ¡Dímelo!
-¡Para el coche! -grita con todas sus fuerzas-. ¡Para de una vez!
-¡Responde!
-¡PARA! -paro al lado de la autopista y baja del coche.
No habla, no dice nada, sale y se va andando por el lado contrario del aeropuerto. Respiro para tranquilizarme, pero no puedo. ¡Tengo que hacerlo! Sé que está enfadado, pero necesito hablar con él, no dejar las cosas así. Me bajo del coche, con cuidado de que no venga un coche y me atropelle, y corro hasta parar a Hector de los hombros. Se zarandea, no me deja tocarle, pero le doy la vuelta y lo vuelvo a besar.
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Tú Eres Mi Droga (1 Y 2)
Teen FictionLas dos temporadas están en este mismo apartado. Todo ocurre por una razón. Hector es un adolescente normal, con su vida normal y sus enamoramientos con chicos normales. Su sueño es tener el amor de su vida, aquel que no le deje en el transcurso de...