[...] Estaba ahí como si nada, siendo él... Con esa sonrisa que mueve mundos.
Letras y sentimientos...
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Y aquí estamos, en el coche de Lucas, que raramente tiene asientos atrás, no los había visto en su momento, cuando me llevó a la cafetería esa que tanto me gustó. Tengo que ir de nuevo en algún momento de estos y saludar a la gente que trabaja ahí. Mi mirada se posa en la ventanilla, en la gente que va caminando alegremente y con tan solo la preocupación de las facturas y de cómo les irá en el trabajo. Yo solo estoy preocupado de cómo voy a cuidar a mi hermana, quien está riendo en el asiento de atrás con Aron. Es genial oír a Cleo reír, a ella ya se le ha pasado esto, aunque creo que oculta el dolor por algo, puede que intente hacerse la fuerte por los dos y eso no debo dejar que pase, si quiere llorar por ella, que llore, que se desahogue delante de mí, pero que no lo retenga.
-¿En qué estás pensando? -mis pensamientos son interrumpidos por el conductor.
-En que tengo que ir de nuevo a esa cafetería al que me llevaste.
-Ah, sí. Te llevaré pronto y volveré a hacer lo mismo que hice.
-No vas a volver a comprar un montón de pasteles.
-Bueno, y yo que quería comprar para nuestros niños -sonríe mostrando los dientes, en su parte es gracioso, pero se pasa.
-Puede que para ellos compremos algo. No sé, me lo tengo que pensar. Pero aun así, quiero ir a la cafetería.
-Te llevaré pronto, ya verás.
¡El centro comercial ya está a la vista! Espero que esté Jensen porque necesito su ayuda. Quiero hablar con él de todo lo que ha pasado, aunque seguro se irá a otro tipo de conversación. Llegamos al parking de la entrada y aparcamos el coche. Ya fuera, estiro las piernas mientras pongo el asiento hacia delante para dejar salir a los pequeños. Ante mis ojos ya se muestra el azul del cielo que tanto veo y que no me canso de verlo, pero ahora con dolor por no poder verlo ahora en los ojos de la única mujer que me quedaba.
Mi tía, mi madre y mi padre se han reunido ya, solo faltamos nosotros, pero no pienso dejar a mi hermana sola, mientras ella viva, yo también. Nos ponemos a andar a la entrada del centro comercial. De repente noto un calor extraño en la mano, miro y es la mano de Lucas sujetando la mía. Me mira con una sonrisa que muestra mucho su cariño, sus ganas de quedarse cogidos así por siempre.
Antes de entrar aparto su mano de la mía, no por lo que la gente pueda pensar, eso me da igual, es por razones propias. En su rostro desaparece la sonrisa y se planta una mueca de tristeza, pero entonces me acerco y le doy un beso en la mejilla para que sepa que no es que no me guste.
He recibido mensajes de Jensen diciendo dónde está, así que nos ponemos en marcha y llegamos al lugar. Ahí está, Jensen, sentado en un banco con una cara de preocupado total. Bien vestido, con su camisa gris de botones y un pantalón marrón un tanto claro. Yo lo veo muy guapo.
Sin pensarlo, corro hacia él, gritando su nombre. Cuando me ve, se levanta de golpe y abre sus brazos para recibir mi cuerpo. Sigo corriendo hasta que llego a él y lo abrazo por el cuello, mis lágrimas afloran de nuevo, pero no debo llorar, no de nuevo. Siento sus brazos rodear mi cuerpo, la fuerza con la que me abraza, la preocupación de que me pueda pasar algo si me suelta.
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Tú Eres Mi Droga (1 Y 2)
Teen FictionLas dos temporadas están en este mismo apartado. Todo ocurre por una razón. Hector es un adolescente normal, con su vida normal y sus enamoramientos con chicos normales. Su sueño es tener el amor de su vida, aquel que no le deje en el transcurso de...