¡Ya estamos listos para la arena y el agua del mar! Tengo mi bolsa preparada con mi toalla, mi crema y mis gafas de sol. Estoy en el baño, recién me pongo el bañador y es hora de que salga, los demás ya están esperando para salir de una vez. Sonrío ante el espejo al pensar en mi cuerpo sobre el agua del mar, con mis amigos, buceando con las gafas para el agua... Muchas cosas que voy a disfrutar a lo loco en esta excursión.
Me salgo del baño, ya listo, y nos miramos todos. Ni una palabra sale de nuestros labios, aunque tenemos una sonrisa que nos delata totalmente. Sin mediar palabra con alguno, agarro mi bolsa y nos salimos de la habitación. Llamamos el ascensor, nadie lo está utilizando y me parece extraño.
Mientras, Jennifer saca el móvil y se empieza a hacer fotos, incluso nos pide que nos pongamos con ella, sacando morros o posando como tontos que somos. ¡Se me olvidaba! Estos días serán siempre con el móvil en la mano, no vamos a parar de hacernos fotos en cualquier momento. Saco mi móvil y me hago una foto con cada uno de nosotros. No, no paramos de hacer los tontos.
El ascensor por fin llega a nuestra planta, así que nos subimos y descendemos poco a poco hacia la planta baja, ya queda muy poco para rozar la arena con los pies. Mi entusiasmo es gigante, si mi madre me viera ahora se estaría riendo de una manera que me sonrojaría.
Un momento, he pensado en mi madre y no ha pasado absolutamente nada. ¿Ya lo estoy superando? ¡Lo estoy superando! Me ha ayudado mi hermana pequeña, ella ha sido mi alma esta vez. Mi corazón se va reparando muy lento, pero al menos hoy se ha reparado lo suficiente como para poder disfrutar del día de hoy.
Llegamos a la planta baja y nos vamos a la salida, donde el sol nos espera con un caluroso abrazo que nos va a broncear un poco. La calle está llena de gente paseando con sus toallas en el hombro y otros bien vestido para algo importante, no quiero saber para qué, pero bueno.
Nos vamos caminando a la playa, está muy cerca, así que no tardamos nada en pisar la arena. Las chanclas que llevamos no tardan en arrastrar arena y darnos en los tobillos. Darius lleva la sombrilla, así que, junto con Jensen, la ponen en un buen lugar que tiene bastante espacio. Mientras, Jennifer y yo ponemos las toallas en la arena para cuando vayamos a tumbarnos.
La sombrilla ya está puesta, las toallas preparadas, solo falta la crema solar para no quemarme la piel y hacer que la excursión sea un aviso de peligro por cada rincón. Todos nos empezamos a poner crema, hasta que la pareja se dice algo.
-No llego a la espalda, cariño -dice Jennifer.
-Yo te echo -su novio se pone un poco en la mano y se la unta en la espalda con suavidad.
Jensen termina de ponerse la crema y yo, como no con la mala suerte que tengo, no llego a mi espalda. Lo intento varias veces, hasta que otras manos me rozan. Me pone los pelos de punta tan solo notar sus gruesos dedos sobre mi piel, aunque tenga crema se puede notar bastante.
-¿He pasado por toda la espalda? -me pregunta Jensen.
-Eh, sí. Gracias -le agradezco con un leve sonrojo.
Me doy la vuelta y lo veo sonriendo y ya sin camisa, listo para bañarse en el agua. Muestra ese cuerpo musculoso, atrayendo miradas de personas desconocidas, tan solo chicas. Algunas tienen su novio al lado y estos se enteran, seguro que hoy hacen algo muy duro.
-¿Vamos al agua? Estoy deseando entrar -me dice con esa sonrisa.
-¡Yo también voy! -exclama Darius al oír al de la propuesta.
-¡Pues vamos! Te esperamos en el agua, Hector.
-Vale -mientras ellos se van al agua, yo me quito la camiseta delante de Jennifer.
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Tú Eres Mi Droga (1 Y 2)
Novela JuvenilLas dos temporadas están en este mismo apartado. Todo ocurre por una razón. Hector es un adolescente normal, con su vida normal y sus enamoramientos con chicos normales. Su sueño es tener el amor de su vida, aquel que no le deje en el transcurso de...