Dieron por terminada la sesión del Senado unas horas después con un alegre "No lleguen tarde a la cena o les tocará limpiar los establos de unicornios" proveniente de Reyna.
-La cena es en unos 30 minutos así que más vale ir rápido.- me dijo Erick mientras caminábamos a toda prisa para salir del Senado.
¿En serio era la hora de la cena? Me parecía que había pasado una eternidad.
Llegamos hasta las barracas donde todos entraban a prisas y salían vestidos con armaduras completas. Listos para la batalla, aunque está ya hubiese pasado.
Me sentí intimidada, eran demasiadas personas fuertemente armadas.
Todos ocupaban su lugar a cada lado de la vía praetoria. Un montón de adolescentes grandotes e intimidantes y yo no sabía a dónde ir.Pasé a lado de Reyna, que estaba yendo a medio galope de un lado para otro montada en su pegaso. Los perros metálicos Aurum y Argentum trotaban a cada lado. Su capa morada de oficial ondeaba detrás de ella. Y a lado de ella, cabalgando en otro pegaso estaba Frank, también ondeando su capa morada.
Me coloqué a lado de dos guardias. No sabía más que hacer, Erick se había ido sin decirme ni pío, así que no lo tendría como guía, al menos no por el momento.
Me sobresalté cuando Frank gritó "¡Colores!"Una persona de cada grupo, levantaron un estandarte con el emblema de cada uno. Y cerca de los praetores un chico, el mismo chico que estaba en la entrada cuando llegue, sostenía un largo estandarte con un enorme águila en la punta. El solo verla me produjo escalofríos.
-¡Romanos!- gritó Reyna y la multitud guardó silencio. - Como habrán notado tenemos una nueva legionaria el día de hoy. Antha Mercer. Ah llegado aquí, casi por su propio pie y con un pegaso a su lado. Se ha comprobado que es hija de Neptuno. En su primer día, no tuvo oportunidad de tomar el puesto de probatio. Salvo a un chico de la 2da cohorte, de las garras de un grifo. Y después de eso, de alguna manera le salvó la vida a otro chico que vive en la ciudad de nueva Roma que también fue atacado.- No vaciló en ninguna palabra y siguió hablándole a toda la legión.- Ahora es parte de la legión, los augurios han sido favorecedores. Esta lista para servir a Roma.-
-¡Ave, ave!- Gritaron todos a coro mientras me miraban con curiosidad.
-¡Recluta! ¿Tienes cartas de recomendación?- preguntó Frank.
No sabía de qué me estaba hablando.
-Ah, he... No lo creo.- respondí tímidamente.
Algunos soltaron una carcajada.
-¡Yo apostaré por ella! Dijo una voz al frente.
Un chico alto, corpulento, de tez morena y cabello castaño. Era idéntico al chico al que estaba a lado de mi en la enfermería. Sus ojos eran del color del oro derretido.
-Salvó la vida de mi hermano pequeño, así que apostaré por ella.- replicó.
-Muy bien Liam Daly, tú responderás por Antha Mercer. ¿Tú cohorte la acepta?- Le preguntó Frank.
Los dos chicos al frente tras el estandarte con un lobo se miraron y asintieron.
-Mi cohorte ah hablado. La aceptamos dentro de nuestras filas.- dijo una chica pelirroja.
-Felicidades Antha, ahora eres un miembro completo de la Duodécima Legión Fulminata. Sirve a Roma, obedece las reglas de la legión, y defiende el campamento con honor. ¡Senatus Populusque Romanus!-
El resto de la legión coreó el grito.
—Centuriones—dijo Reyna—, ustedes y sus tropas tienen una hora para cenar. Entonces nos encontraremos en los Campos de Marte. Esta noche hay juegos bélicos.La Tercera y Cuarta Cohorte defenderán. La Primera, la Segunda y la Quinta atacarán. ¡Que Fortuna los acompañe!-
Una gran ovación se extendió por el campamento a causa de la cena y de los juegos bélicos. Todo mundo rompió la formación y corrieron hacia el comedor.
El chico, llamado Liam, me hizo una seña para que fuera a su encuentro.
-Gracias por eh, apostar por mi, lo que quiera que eso implique.- le dije en cuanto llegué a su lado.
-Es lo menos que podía hacer.- me contestó con una sonrisa.- te voy a explicar las normas, me aseguro de que no nos hagas caer en desgracia y garantizo tu buen comportamiento, eso es lo que implica apostar por ti.-
-¿Y si hago algo mal?-
-Nos matan a ambos, pero esperemos que eso no pase.- Respondió muy feliz.Me guiaron hasta el comedor, todos estaba hablando como podrían ganar los juegos bélicos, de quien le gustaba a quién y qué planes había para el cumpleaños de no sé quién.
Alguien me tomó por los hombros y me sentó en un diván en la mesa que nos correspondía.
-No le prestes atención a los chicos, son unos tontos la mayor parte del día.- era la chica pelirroja que había hablado para aceptarme en la cohorte.- Soy Merrick Steward, hija de Iris, senadora y centurión de la cuarta cohorte.- me dijo con una gran sonrisa.
Me reí y le contesté "Un gusto Merrick."
Una brisa soplaba por detrás de mí y me hizo estremecer.
-Son aurae, espíritus del viento. Te servirán lo que quieras, ellas saben exactamente qué se te antoja.- vio mi expresión y se rió.- Lo sé es un poco raro, por cierto, llámame Mer.-
-Antha, o Ann. Como prefieras llamarme.- le devolví la sonrisa.
Mientras una brisa soplaba un plato enfrente de mí otro chico se sentó al otro lado de Merrick. Era altísimo con los ojos cafés y el cabello castaño.
-Bienvenida chica, soy Cotta Reed, hijo de Vulcano, senador y también centurión.-
-¡Deja comer a la chica Cotta!- le contestó Mer, mientras le daba un manotazo al chico en la cabeza.
-Oh vamos. No está de más darle la bienvenida como se merece después de lo que ah pasado.- me guiñó un ojo y acto seguido se puso a devorar su plato.
-Soy Antha, provecho.- No sabía que más hacer así que solo sonreí y empecé a comer.
Era una pizza de soya con queso y tomate rojo. Mi favorita. Tres minutos más tarde mi plato y mi vaso de agua de fresa estaban vacíos y limpios mientras todos los demás aún no terminaban los suyos . Quizás debí sentirme avergonzada pero la verdad no me importaba mucho. La comida era más importante que la vergüenza.
Todos hablaban en voz alta algunos incluso se paraban de sus asientos e iban de mesa en mesa.
Pensaba en lo bueno que era estar aquí por fin, después de los días que había tenido. Quizás aquí podía encontrar amigos, una verdadera familia.
-¿Antha?-
Parpadee un par de veces.
-¿Perdón?-
-Te decía que el los juegos bélicos estarás arriba con nosotros protegiendo el estandarte. Los de la tercera cohorte irán a buscar el estandarte de los otros. No deben tomarla, cueste lo que cueste nadie se acerca al estandarte ¿De acuerdo?- Dijo Cotta. En respuesta todos golpearon la mesa una vez y al mismo tiempo dijeron -¡Si!-
-¿Qué pasa si alguien se acerca y la toma?- pregunté y todos en la mesa me miraron.
Mer fue la que me contestó con una sonrisa de lobo.
-Lo persigues y haces lo que sea necesario para recuperarla.-
ESTÁS LEYENDO
Hija de Neptuno
FanfictionDe un día para otro, mi madre muere y yo me quedo con sus poderes (que aún no controlo del todo) y con mis poderes (que tampoco controlo), después llegaron los lobos, me entrenaron y después me dejaron sola para encontrar el lugar que será mi hogar...