Capítulo trece.
Los días habían pasado, por mi parte estuve evitando a James lo mejor posible, él de vez en cuando trataba de conversar o bromear pero yo lo evitaba y me encerraba en mi habitación. A veces Logan me llamaba por teléfono o venía a verme, y nos quedábamos hablando durante horas. Supongo que eso le molestaba a James, pero no me importaba, no quería más problema, más dolor. No podía verlo después de lo que había sucedido la última vez, él me había visto llorar y me sentía avergonzada por ello, Logan era el unico que podia verme de esa forma.
Durante estos días no había salido a la calle para nada, ni siquiera aceptaba ir a fiestas cuando Logan me lo proponía, me quedaba entre estas cuatro paredes pensando o conteniendome de todo lo que quería hacer. En ese lapso de tiempo algunas cosas fueron destruidas por mi, el espejo que descansaba en una de las esquinas fue totalmente destruido, recuerdo que James entró preocupado al escuchar el estruendo de los vidrios golpeando el suelo, mi mano y piernas sangraban mientras que mis ojos saltaban las lágrimas que había estado conteniendo mientras la furia me consumía. Él me había llevado al baño metiendome en la bañera mientras la llenaba de agua, por suerte solo eran pequeñas cortaduras que ya habían cicatrizado, pero ver el agua mezclada con sangre era aterrador. Se encargó de limpiar y retirar cada trozo de vidrio, cuando salí del baño envuelta en una toalla él ya no estaba y el desastre que yo había ocasionado James lo había hecho desaparecer. Desde ese entonces él creía que quería lastimarme a mi misma o suicidarse tal vez, entonces evitaba darme cuchillos, tijeras o cosas con filo. A veces le pedía a Logan que me quitara las tijeras que tenía en mi habitación por precaución, lo cual mi amigo lo hacía y me daba charlas de lo importante que era mi vida, también de lo mucho que me quería. No pude creer hasta qué punto había llegado todo para que James y Logan se pusieran de acuerdo y me cuiden de tal manera como si fuera una loca o algo peor, una idiota. Estaba en mis cinco sentidos, siempre lo había estado, el incidente con el espejo solo había sido algo casual, queria desquitarme golpeando algo y ese jodido objeto se había cruzado en mi camino.
Mi padre había llamado algunas veces queriendo hablar conmigo pero me había negado siempre, no quería hablarle. James comprendió que no debía insistir más y empezaba a inventar excusas.
Hoy era mi cumpleaños, nada especial pero cumplia un año mas de sufrimiento. Cumplia diecisiete años, seria igual que todos los años, la pasaría sola o con Logan que venía a ver películas conmigo. Muy de vez en cuando iba a su casa y su madre me preparaba un pastel de cumpleaños, pero solo algunas veces ya que no me gustaba, sentía que lo hacían solo por compromiso.
Salí de la habitación mirando hacia ambos lados en busca de James, no se encontraba por ningun lado asi que simplemente baje los escalones con prisa y tomé el sobre que se encontraba sobre el sofá. Llevaba mi nombre en grande con una hermosa caligrafía, era de mi padre, podía distinguir la letra.
Lo abrí y verifique el dinero que había dentro, esta vez también había una carta, la saqué y comencé a leer;
Ambar, lamento lo que está sucediendo, sé que soy una basura contigo pero es que no se como ser un verdadero padre, el que verdaderamente te mereces. Has superado muchas cosas en tu vida y eres toda una mujer valiente, te admiro por lo fuerte que sos a pesar de todo lo malo. Ojala pudieras perdonarme a mí y a tu madre por habernos equivocado tanto contigo y por haberte hecho tanto daño. Te mereces ser feliz, sos la mujer más hermosa que he visto en mi jodida vida y te aseguro que tanto como tu madre y yo te amamos. Feliz diecisiete años.
Sorbí mi nariz y sequé mis lágrimas, eso me había sorprendido, él nunca me escribía alguna nota o algo por el estilo. Siempre había visto su letra en los folios de su maletín mientras espiaba sus cosas, pero nunca me había dedicado algo así. Por alguna razón sentía que sus palabras eran sinceras, queria pedirle perdon por ser tan jodidamente inmadura y por ocasionar tantos problemas, pero él no estaba.
Recordé el mensaje que me había enviado Logan felicitandome por mi cumpleaños y pidiéndome disculpas porque no podría venir a verme ya que estaba en una escisión de no se que mierda, no le había prestado atención, me partía el corazón que él no pudiera estar hoy conmigo.
Metí la carta en el sobre cuando escuché pasos detrás de mí, sentí los nervios apoderarse de mi cuerpo, sabía que era James,podía sentirlo. Me di media vuelta para verlo, estaba vestido jodidamente sexy, con una playera azul y unos vaqueros negros. Entre sus manos sostenía un pastel blanco con una dos velas que formaban el número diecisiete. Lo observe perpleja, estaba realmente sorprendida, quería llorar, saltar y gritar a la vez, ese gesto me había emocionado más de lo normal. Él sabía que era mi cumpleaños, lo recordaba por alguna razón y eso me hacía estúpidamente feliz.
- ¡Feliz cumpleaños! - exclamó con una sonrisa extendiendo el pastel hacía mi para que soplara, y lo hice, cerré los ojos y sople ambas velas. - ¿pediste tres deseos?
- Lo hice - asenti conteniendo una risita, había pedido tres deseos, y se habían cumplico. James estaba ahí sonriéndome y eso era todo lo que quería en ese momento, mis deseos fueron que él no se alejara de mi lado al menos solo por ese día.
- Entonces comamos un poco - sentenció caminando a la cocina, lo seguí entusiasmada, guarde el sobre lleno de dinero dentro del bolsillo de mi buzo.
James cortó el pastel y me tendió una rebanada, le agradecí con una sonrisa, lo cual por alguna razón no podía dejar de sonreír. Pobre y estaba realmente delicioso, estaba cubierto de crema y por dentro llevaba algunos trozos de frutilla con crema también.
- ¿Lo compraste? - él me miró mientras saboreaba el trozo de pastel que se había llevado a la boca. Negó suavemente.
- Lo hice yo - quise lanzarme a reír, pero lo que había escuchado era muy tierno, lo había hecho para mi. - aproveche que el idiota de tu amigo se fue ayer por la tarde y fui a su casa, victoria me ayudo a hacerlo, es una mujer muy agradable.
- ¿Así que fuiste a tomar clases de cocina? - James rodó los ojos, sabía que me estaba burlando de él, pero me encantaba la idea de verlo cocinando. - muchas gracias, nunca nadie había hecho esto por mi. - tome su mano y le sonreí, él se tensó. A decir verdad Victoria si lo había hecho, pero James, bueno no me lo esperaba de él.
- Me debes una grande - ambos reímos, deje mi rebana por la mitad y la hice a un lado. James frunció el ceño e hizo lo mismo.
- ¿No te gusto? - negué con la cabeza y solté un suspiro, James hizo una mueca y no pude evitar soltar una risita.
- No solo me gusto, es el mejor pastel que he probado en mi vida. - su rostro se iluminó, mi estómago comenzó a comprimirse, comencé a sentir una explosión interna y muchos fuegos artificiales. - solo quiero hacerte sentir bien, no te ilusiones.
Tenia que arruinar el momento, yo no era así, lo dulce no iba conmigo y no podía actuar de esa forma con James. Él caminó hasta mí y me tomo de la cintura, su estatura prominente me intimidaba, tuve que inclinar la cabeza hacía atrás para poder verlo bien.
- Es hora de darte mi regalo - mi pecho subía y bajaba, sentía como mi corazón se aceleraba cada segundo que pasaba, nuestros cuerpos encajaban a la perfección. - fue horrible no poder tocarte ni tampoco dormir contigo en estos últimos días que me estuviste evitando, eres una niña mala.
Acercó su rostro mas al mio inclinándose, nuestros labios se rozaron y no pude sentir más ganas de besarlo, quería devorar su boca, comermela hasta sentirlos tan hinchados contra mis labios. La mano que descansaba en mi cintura me apretaba más contra su anatomía, no pude evitar soltar un gemido sentir sus músculos apretarme con fuerza. Estaba al borde de la locura, lo necesitaba, lo deseaba más que a nadie en este mundo, quería besarlo hasta saciar mis ganas, soñaba con tenerlo entre mis brazos. Sus labios se unieron con los míos, su boca me devoró por completo quitándome el aliento, su cuerpo me aprisiono contra la mesa. Su lengua bailó con la mía siguiendo el ritmo que ambos marcabamos, a veces lento y con urgencia, otras con timidez. Estruje su cabello, envolví sus mechones entre mis dedos y los retorcí con suavidad, pude oír como James soltaba un gemido. Jamás nadie me había besado como él lo estaba haciendo, era muy excitante y no quería separarme de James ni aunque me faltara el aliento. Mis manos descendieron, acaricie su pecho duro, baje por su abdomen tomando el borde de su playera, no me detuve a pensar, metí la mano dentro y deje que mis yemas acariciaran la piel de los músculos de su abdomen. James tembló al sentir el contacto, lanzó un suspiro al tiempo que succionaba mi labio inferior.
ESTÁS LEYENDO
Dulce Pecado.
Teen FictionElla, solitaria y de muy mal carácter, no le importa lo que los demás o su padre piensen de su personalidad, no iba a dejar que le pasaran por encima. Su relación con su padre no es la mejor y con su madre, ni hablar. Odia las promesas y estar sola;...