Dulce Pecado.

Epílogo.

Epílogo.

¿Alguna vez desearon con fuerza algo muy importante para ustedes?, pues yo no, hasta ese momento en el que no lo tenía conmigo. Cuándo él había llegado creí que todo acabaría siendo un desastre, aunque no me equivoque mucho, pero termino siendo algo raro. Mi relación con Logan no mejoró ni empeoró, todo sigue siendo igual de neutral, lo que sí aumentó fue su enojo al saber que James había vuelto y estaba conmigo en casa, ni siquiera tuvo el valor para visitarme y aclarar nuestra amistad o excusarse por su ausencia, aunque siento que no soy quien para juzgarlo. Quisiera que nuestra amistad siga siendo como la de antes, pero eso no sucedera y lo tengo asumido. Mi trabajo en el bar se acabo cuando James practicamente me suplico con furia que dejara ese bar de mala muerte, así que para no tener más problemas deje el trabajo, además que queria hacerlo hace tiempo. Con Alex todo es igual, el me visita y cuando le dije que dejaria el trabajo en el bar salto y grito emocionado practicamente, faltaba que haga una fiesta. Y bueno, mi relacion con James va mejorando cada día, es una montaña rusa de emociones y me agrada pasar tiempo con él.

- ¿Vas a usar eso? - cuestiona frunciendo el ceño, asiento mirando mi vestido rojo ajustado al cuerpo.

- ¿Algun problema? - ronroneo caminando a paso lento hacia él. Cuando llego a estar cerca de su cuerpo me toma por la cintura y me besa en los labios.

- No quiero que alguien más babee por ti, solo yo quiero admirarte.

Si señoras y señores, mi novio es bastante celoso. Se preguntaran porque digo 'novio' ¿verdad?, bueno es que formalizamos nuestra relación hace tres meses. Empezaron las clases nuevamente en el instituto hace unas semanas, me esta llendo bien gracias a que James me ayuda en casa, me lleva y me pasa a buscar siempre. Mi vida va bien y eso es sorprendente, he hablado con mi madre y le pedi disculpas por mi comportamiento la ultima vez que la vi, ella se disculpo por haberse ido cuando era niña pero la perdone, porque ahora la entiendo. Hablando de mi padre, él sigue en Francia y no creo que vuelva, eso es bueno ya que no quiero verlo por un largo tiempo o el resto de mi vida. James estudia en la universidad y tiene un trabajo de medio tiempo, yo también conseguí uno en una cafeteria cerca de casa.

El timbre suena, me separo de James y abro la puerta, sonrió cuando veo al rubio de mi amigo frente a mi.

- Te extrañe mucho. - me abraza con fuerza, le correspondo el gesto y me río gustosa. Se aleja solo un poco para besar mi frente y me mira por completo. - ¿Saldras?

- Saldremos. - afirma James detras de mi, posesivamente pasa una mano por mi cintura y me aleja de Logan.

- Entonces... - balbucea cabizbajo mi amigo. Yo le proporciono otro abrazo aspirando su dulce aroma y le susurro.

- También te extrañe.

Y en ese reencuentro volvi a nacer, los tenia a ambos conmigo y eso era lo que deseaba desde un principio. Esa noche Logan dejo que nos marcharamos a nuectra cena, sin antes advertitle a James que me cuide porque sino el mismo se encargaria de matarlo, nunca cambiaban, esos dos pelearian hasta en la muerte. Si no los conociera pensaria que tienen algo, pero James es mi novio y Logan, bueno; él es mi mejor amigo.

- Sabes, cuando estoy contigo siento que nada puede salir mal. Aunque todo haya sido un descontrol, siento que a tu lado estoy en las estrellas. - digo acariciando su rostro. Me abraza por la cintura y se me eriza la piel. James me besa, devora mis labios con necesidas mientras acaricia mi cuerpo desnudo.

- Me haces tocar el cielo, princesa.

Esa noche nos perdimos en el inmenso universo, solo la oscuridad de la noche y la brillante luna junto a sus secuaces estrellas presenciaron nuestro acto de amor. James era tan dulce como el pecado mismo, nosotros mordimos la manzana y ahora estamos condenados, pero eso no me molesta porque, si es con él, que sea para siempre.