Crónicas de un hombre angustiado (ChanBaek, KaiSoo, HunHan)

Viernes de nervios y un JongIn angustiado

Ese día, en especial ese día, BaekHyun puso especial esfuerzo en levantarse temprano. Se bañó en agua caliente mientras una sexy canción sonaba en la lista de reproducción que tenía en el celular. Al ritmo de Ozuna oppar, jabonó cada parte de su cuerpo. Cuando salió de la ducha, casi se congela de frío y, en ese momento, recordó por qué había usado el agua caliente.
Buscó prendas sencillas y cómodas para ponerse y salió de la mansión Byun luego de beber un jugo dietético de frutas.

Revisó su mochila dos veces, procurando no olvidar el libro que ChanYeol le había pedido, y cuando se convenció de que no le hacía falta nada, cruzó la calle y emprendió su camino hasta su centro de estudio.

—Dichosos los ojos que te ven, melocotón.—JongDae extendió los brazos cuando vio a su amigo ingresar al aula casi vacía por lo temprano que era.—¿Qué te trae tan temprano por aquí?

—El estudio me motiva. Para ser un mejor ciudadano debo terminar mi carrera y comenzar a trabajar en un lugar decente.—recitó el otro, tocándose el lado izquierdo del pecho, donde se encontraba su corazón.—¿Sueno creíble?

—Para nada. ChanYeol aún no llega, siempre viene tarde. Pudiste dormir un poco más.

—No es por ChanYeol.

—¿No?—JongDae se acercó a él y olfateó la zona de su cuello.—¿Por eso te pusiste una colonia que a gritos dice "Ábrame las piernas, Mr. Park"?

—¡Sh!—lo golpeó en la cabeza.—Basta.

—¿Y dónde será su primera cita? ¿En la biblioteca?

—Deja de fastidiarme.—exclamó, dándole una palmada en la boca.—Yo no digo nada de tu primera cita con MinSeok en el baño.

En el baño de la facultad...

—¿Cómo me veo?—le preguntó ChanYeol a su mejor amigo.

—Pareces lamido por una vaca.—contestó el otro. Una expresión seria en su rostro.—¿Por qué viniste así peinado?

—¡Vamos, SeHun! No puedo verme tan mal.

—Ven aquí.

El menor agarró su cabeza y la metió dentro del lavado, abrió el caño y dejó que el agua cayera sobre el cabello de ChanYeol durante un largo rato.

—La próxima vez no se te ocurra venir así, pareces muñeco de torta.—le levantó la cabeza y desordenó su cabello.—¿Es por BaekHyun y su libro?

ChanYeol asintió.

—Pues, corre tigre. Recuerda, el primer escalón...

—A la mierda con tus escalones.—ChanYeol corrió la puerta del baño y salió en busca de BaekHyun.

Agradeció que Joy ese día no asistiera, pues se había ido de viaje por unos días con toda su familia.

—¡Baek!—exclamó al cruzar la puerta de, donde se percató, era el salón de octavo ciclo.

—Uh, ya. Me voy a comprar lo que sea.—Chen le dio una palmada en la espalda a su amigo y alzó las cejas, sugerente.—Asegurense de no romper carpetas. Ah, el escritorio del profesor es bastante cómodo.

BaekHyun lo miró avergonzado y ChanYeol esperó a que se fuera para poder entrar. Ahora, por fin, estaba con su ¿crush? a solas.

—Hola Baek.—se rascó la nuca y caminó hasta llegar frente a él.

—Hola ChanYeol.—sonrió el contrario.

—Y... ¿cómo estás?

—Bien, bien.—rió nervioso, porque realmente estaba nervioso.—¿Y tú?

—Bien, gracias. Ah, tú... qué lindo.

—¿Qué?—¿le había dicho que era lindo?

—Que el... bueno... el libro, me refería al libro.

—Ah, el libro... cierto.—abrió su mochila y sacó el libro de matemáticas para ChanYeol.—Aquí tienes.

—Gracias.—murmuró, tomando el libro entre sus manos.—Y... ¿cómo estás?

—Yo... todavía estoy bien.—rió, encogiéndose de hombros.—¿Y tú?

—Bien, bien.

La estás cagando, di algo inteligente.

—Tú... eh... Melocotón.

—¿Qué?

—¡No, no! Baek... tú... bueno... mi flor de poronga.

—¿De qué estás hablando?—BaekHyun soltó una carcajada.

—Como quisiera ser ropa interior para apretar tu flor... No, yo... Ah.—balbuceó ChanYeol.

—Uh, bien.—sonrió levemente y le dio una suave palmada en el hombro.—Estudia mucho, Park.

BaekHyun salió del salón mientras ahogaba una risa e intentaba disimular el sonrojo en sus mejillas.

Puto SeHun y sus piropos de albañil... puto, pensó ChanYeol.

En la cafetería de la universidad...

JongIn entró dando pequeños saltos a la cafetería mientras buscaba con la mirada a su novio. Quería comer algo junto a él antes de que comenzaran las clases.

Vio una pequeña figura despreciable sentada sobre una silla en la esquina del lugar y se paralizó. Era la adolescente de sus pesadillas. Delgada y de apariencia dulce, pero llena de maldad por dentro.

—¡Tú!—gritó señalándola.—¡Tú!

—Yo.—ella rodó los ojos.—Siéntate, carbón.

—¿¡Qué haces aquí!?—corrió hacia la chica y se sentó frente a ella.—¿Te escapaste del colegio o qué?

—No, idiota. Hoy es día libre para mí.—sonrió de oreja a oreja.

—¿Dónde está mi Soosie?

—¿Mi hermano?—ella giró la cabeza, buscando con la mirada por toda la cafetería.—Seguro sigue en el baño.

—... ¿Viniste a verlo?

—Sí... Oye.—murmuró cuando sus ojos se encontraron con una muchacha sentada en otra mesa lejana.—Oye, oye.

—¿Qué pasa?

—Ella... —señaló disimuladamente a la joven.—¿La conoces?

—Sí.—sonrió al ver de quién hablaba.—¡Es Krystal Jung!

—Sí.—asintió la adolescente, levantando las cejas.—¿Linda, no?

—¿Ya te diste cuenta de que eres lesbi?—se burló.

—No, pero con esa chica, mi hermano, tu Soosie, se creía hetero.

—¿Qué dices?

—Eso mismo.—la pequeña rió socarronamente.—Ella es Krystal... la Krystal de la que KyungSoo se enamoró alguna vez.

—¿De la cabeza de alíen?—JongIn hizo una mueca al verla.—Pero... es Krystal.

—Para que veas. Mi hermano es bisexual, ¿no? Sería una pena que se volviera a fijar en Krystal, ¿verdad? ¡Pero podría suceder, ya que estudian en la misma universidad!

—¡No digas eso, engendro!

—¿Amor?

JongIn se giró hacia su lado derecho y su mirada se encontró con aquellos ojos grandes y profundos que tanto le gustaban. KyungSoo se acercaba con una sincera sonrisa en el rostro, feliz de ver al chico de piel morena.

—¿Qué están mirando los dos?—preguntó, sentándose al lado de JongIn.

—¡No! ¡Soosie, no mires!—el muchacho agarró la cabeza de su pequeño novio y la escondió contra su pecho.—¡Mira a este chico! ¡Tu negrito rico y apretadito!

Nota de la autora:
Una pequeña actualización aquí. ¡!