Terminar con Joy y un morenito internado

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—JongIn, amor.—KyungSoo le acercó a los labios una pequeña cuchara con gelatina, pero el moreno no parecía reaccionar.—Nini...

—Medusa...

—JongIn, amor... La medusa ya no está.—intentó tranquilizarlo.—Ahora come.

—Medusa malvada...

—JongIn.—suspiró frustrado.—Ya pasó.

—Soosie...

—JongIn, come un poco.—insistió.—La medusa ya no está, se fue. No hay por qué preocuparse.

—No, vendrá por mi...

—Bien.—dejó la cuchara sobre la pequeña mesa al lado y se puso de pie.—Voy a cargar mi celular, se está murien-

—¡No, Soosie! ¡No te acerques a la electricidad!

JongIn había pasado la noche en esa camilla. Había sufrido quemaduras de primer grado, nada demasiado grave. El problema era el trauma psicólogo que le había causado ponerse cuerpo a cuerpo en una lucha con aquella pequeña medusa.

Su madre había ido a verlo. Estaba demasiado angustiada. Pero, cuando le explicaron que su hijo estaba bien (sólo un poco más quemado), pudo descansar en paz.

JongIn iba permanecer en la clínica unos días más, le darían de alta el martes por la tarde. Ya había pasado la noche del sábado y el día domingo al lado de KyungSoo, y cuando llegó el lunes, el más bajo seguía con él. Había decidido faltar a clases porque su moreno quemadito era más importante.

Lunes al medio día, en la universidad...

Facultad de Letras...

—¿Qué sucede? ¿Por qué tanto misterio, Hyuna?—cuestionó Joy, observando a su amiga más distraída que de costumbre. Parecía dispersa.

Hyuna se sobresaltó.—Ah... estaba pensando.

—¿En qué?—enarcó una ceja, prestándole toda su atención.

—El sábado... el sábado fui a la clínica, en emergencias y bueno...

—¿Te sucedió algo malo?—le preguntó Krystal, interrumpiéndola.

—No, no. Sólo estaba preocupada y decidí visitar a mi ginecóloga...

—¿En emergencias?—cuestionó Joy.

—¡Ay, es que me asusté!

Las dos chicas permanecieron en silencio, esperando una respuesta clara de la contraria.

—Es que ese día, por la tarde, Donghae fue a mi casa. Pasó que a la hora de la hora no... ¡no, no dio! ¡O sea, sentí que no sentí nada! Así que pensé que era porque mi... yo... mi amiga... ya estaba un poco gastada, ¿no? Y fui de emergencia a hablar con mi ginecóloga de eso... y pues, yo... voy a hacerme un rejuvenecimiento vaginal.

—¿Realmente eso existe?—se sorprendió la más popular de las tres.—¿Por eso estás tan callada?

—¡Sí! Y no.—contestó.—Es que tengo que contarte algo a ti, Joy. Como tu amiga, creo que necesitas saberlo.

—¿Qué es?

—Cuando fui... me encontré con ChanYeol.

—¡Awn, Channie!

—Y BaekHyun...

—¿Qué?

—Besándose...



—¡Park ChanYeol!—gritó la muchacha, plantándose frente a él.

—Joy, te estaba buscando. Necesito hablar contigo.

Crónicas de un hombre angustiado (ChanBaek, KaiSoo, HunHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora