Epílogo

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Sentada, con las piernas y brazos cruzados, la menor de las Jung esperaba a su hermana.

Cogió su taza de té verde y bebió un pequeño sorbo de esta.

En su mente viajaban recuerdos de hace muchos meses, cuando KyungSoo la seguía silenciosamente por los pasillos de su facultad. Sonrió al recordar como, muchas de esas veces, ella detuvo su andar y volteó sobre sus talones para observar al chico.

También hizo memoria de aquella vez en la cafetería. Cuando por primera vez vió los abdominales de su crush, bajo esa camiseta mojada y sucia se había marcado su torso tonificado.

Luego pensó en KyungSoo y rió.

El timbre del departamento sonó y Krystal dió un salto fuera del sofá.

Caminó rápidamente hasta la puerta y miró a través de un pequeño agujero que permitía reconocer inmediatamente a su visitante. Por más que observó detenidamente, no entendía que hacía un cartero ahí.

—¿Si?—preguntó tímidamente. Pensó en muchas posibilidades: Un secuestrador vestido estratégicamente de un inocente mensajero; un fan obsesionado, un periodista encubierto. En cada posibilidad, ella era la protagonista.

—¡Vengo a entregarle una invitación!

Ella frunció el ceño, fastidiada.

¿Que persona hacia esos mandados ya? Ahora todo giraba en torno a un mensaje de WattsApp.

—Desliza esa invitación bajo la puerta, por favor.—dijo antes de soltar un largo suspiro y cruzarse de brazos nuevamente.—Ahora.

—Bien.

Pronto tuvo aquella invitación entre sus manos.

—¿Invitación?—volteó el sobre y leyó la información.—Estás cordialmente invitada a...

Enarcó una ceja, no deseando leer más y ajustando el agarre de sus dedos en el trozo de papel.

—¿Qué?—continuó su lectura con voz temblorosa.—Estás cordialmente invitada a nuestra boda... KyungSoo y JongIn... ¿¡Hoy!? ¿A qué... ? ¿¡Hace dos horas!? ¿¡Por qué apenas me llega esta cosa!?

El hecho era que JongIn había olvidado invitar a Krystal, pero recordó a la muchacha minutos antes de su matrimonio, así que decidió enviarle la invitación con el cartero más veloz que se encontraba disponible.

—¡Si tan solo... !

—¿Estás bien?—le preguntó su hermana mayor, cruzando por el umbral de la puerta y cerrandola tras de sí.—Tus gritos se oyen hasta el estacionamiento.

—¡No!—chilló. Lanzó la invitación lejos y se echó una mano a la frente.—¡Se casó, Jessica! ¡Mi crush se casó!

—Ah, sí.—contestó ella con simpleza, encogiéndose de hombros.—Fue hoy.

—¡Tú sabías!—la apuntó con un dedo acusadoramente.—¡Y no me contaste nada!

—Yo sólo fui para trabajar, me contrataron para ser la fotógrafa en su fiesta.

—¡No, no, nada! ¡Traición!—Krystal caminó hasta la cocina con paso apresurado y tomó un empaque de galletas Oreo.—¡Sin él, yo no tengo razón para vivir!

—¿Vas a matarte con galletas?—cuestionó su hermana tras de ella.

—¡No tengo razón para seguir sin JongIn y la esperanza de su posible soltería!—lloriqueó. Abrió la nevera y sacó la salsa de tomate.—¡Voy a cortarme y él será el culpable de mi muerte!

Crónicas de un hombre angustiado (ChanBaek, KaiSoo, HunHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora