Capitulo 9: Una pregunta

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No llovía.

Era extraño.

El día era gris, las nubes ocultaban el sol, llenando el cielo y sin embargo no llovía.

Solo una leve brisa, húmeda.

-¿Todo bien?-Dareck frunció el ceño, observándola.

-¿eh? –giro el rosto hacia él, le miro durante unos segundos.

-Por favor no –el suspiro –No trates de huir, no llegarías muy lejos y yo tendría que perseguirte, encerrarte y después explicarle.

Siguió mirándole, en silencio.

-¿Por qué? –mantuvo una expresión fría, distante.

-Ya te lo he dicho –Dareck se rasco la cabeza, ni el mismo parecía creer la explicación que daba, suspiro –El Laird piensa que te vendrá bien tomar el aire.

-Lo que me vendría bien es que me dejara libre –hablo girándose, volviendo a caminar por el patio, consciente de la mirada de todos puesta en ella, escuchando los susurros.

-Ya, ...-fue a decir algo mas, pero finalmente cerró la boca y la siguió, camino a su lado observándola de reojo. -¿Puedo hacerte una pregunta? –al no obtener respuesta de ella, alzo ambas cejas -¿Cómo....? ¿Cómo sobrevivisteis? Tanto tiempo, quiero decir.

-Aprendiendo –respondió pensativa, con la mirada perdida.

-¿Aprendiendo? –el frunció el ceño -¿Aprendiendo a sobrevivir?

-Aprendiendo a matar –y cuando ella respondió, el desvió la vista

–No, no estábamos de acuerdo ¿sabes?-hablo incomodo

-Pero no hicisteis nada –Dejo de caminar y se giro hacia el –No trates de engañarte, los que os quedabais aquí, al resguardo de vuestras murallas, erais tan culpables como los que iban a masacrar a familias enteras.

-Era nuestro Laird –Dareck apretó la mandíbula –Pero tienes razón, nos escondimos, esperando a que alguien se enfrentara a él.

-¿Qué pasa entre Gaya y Aclair? –sonrió con ironía al ver la incomodidad de el –Era la esposa de Draco, pero puedo ver el brillo en sus ojos cuando habla de Aclair.

-Es... complicado –Dareck trago saliva

-¡¡Jefe!! –Quinsi se acerco a ellos corriendo –Te necesitan en las caballerizas.

-Quédate con ella –Dareck dio varios pasos y se giro hacia ellos –No la pierdas de vista.

-Si –el asintió y entonces fijo la vista en Freya, observándola fijamente.

Ella se acerco a él, despacio, podía notar el nerviosismo que le provocaba su cercanía y eso le gusto.

-¿Te asusto? –Alzo una ceja divertida

-No eres lo que se dice.... –frunció el ceño un instante –Manejable

-Y me lo dice el que me partió una costilla –hizo una mueca

-Yo... lo siento –la culpabilidad se reflejo en su rostro –Jamás osamos tocar a una mujer ... pero...¡Diablos! ¡Parecías un muchacho! Y me partiste el labio...

-Escapaste mejor que tu compañero –Freya sonrió

-Si, bueno...-el le correspondió a la sonrisa


-¿La observas desde las sombras? –Gaya hablo, observando a Aclair, parado junto a la ventana, observando cómo hablaba con su guerrero.

-¿Y tú a mi? –El se giro hacia ella, no mirándola.

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