Sintió los labios en su cuello, pequeños besos, esparcidos hasta su hombro, su gran mano en su cintura, viajando hacia su vientre, para subir a un pecho y entretenerse en su pezón.
Un leve suspiro salió de sus labios y sus ojos se abrieron.
La realidad de la situación la sorprendió.
Aun no habia amanecido, pero el estaba allí, en su cama, despertándola con caricias y besos.
Giro el rostro para mirarle y pudo ver el instante en que su lengua salía de entre sus labios para lamer su hombro, después sus dientes apretaron el mismo lugar, dejando una pequeña marca.
-¿Celebramos algo? –se sorprendió de lo suave que sonó su voz.
-Día de caza –Aclair sonrió levemente y giro el rostro para mirarla a los ojos, su mano dejo libre su pecho y bajo hasta su vientre, tiro de ella pegando su trasero a su ya excitado miembro.
-¿Te vas? –se removía al sentir los dedos de el, bajando por su vientre, hasta adentrarse entre sus muslos.
-Nos vamos –Aclair le hablo al oído, al tiempo que se adentraba despacio en ella, lentamente.
-¿Umh? –lo que quiso decir era ¿Qué?, pero la palabra no salió de sus labios, se mordió el labio inferior, sintiendo el calor que se propagaba en su vientre. Los dedos de el siguieron acariciándola, mientras se movía despacio y dificultaba que ella pudiera concentrarse. -¿Tu y tus hombres?
-Y tu –mordisqueo el lóbulo de la oreja –Vas a venir con nosotros, de caza. –y al decir eso se adentro en ella, provocando un gemido salir de su garganta.
Las palabras quedaron innecesarias.
Solo estaban ellos, sus gemidos y sus suspiros, mientras se entregaban al placer que cada vez ansiaban más a menudo.
Se sorprendió al abrir la puerta de la habitación y no ver a nadie vigilándola. Aclair se habia marchado unos minutos después de despertarla con toda la pasión posible. Y ella se habia levantado con una sonrisa instalada en sus labios, para vestirse.
Camino por el pasillo y cuando estaba llegando a la escalera se encontró de frente con Gaya. Un leve remordimiento se instalo en ella, incomoda al mirarla a la cara, sabiendo lo que sentía hacia Aclair, cuando el compartía su cama todas las noches.
-Buenos días –Gaya la saludo parándose junto a la escalera –Te has levantado temprano.
-Voy...-frunció el ceño levemente –Vamos de caza.
-¿Quieres decir tu? –Gaya la miro sorprendida -¿Con ellos?
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El Invencible
RomanceAclair MacCarty, Laird del clan del Hielo. Un clan situado en las frías tierras del norte, donde ningún legado antes había sobrevivido y ellos lo han hecho. Todas las tierras del norte les pertenecen. Todos los clanes les respetan, les temen. Son gu...