Capitulo IX

4.1K 372 55
                                    

La hermosa y brillante luna se alzaba en toda su majestuosidad, el viento helado soplaba con algo de fuerza contra el pequeño pueblo, pero aquello no impedía que el brillo de la luna alumbrase lo más recóndito de La Push.

Ya habían pasado unas pocas semanas desde que la manada había aceptado al joven Jacob como nuevo líder y desde que Sam había aceptado en ser el guía del pequeño cachorro, aquella idea no le había agradado de todo a Carlise, pero no podía impedir que Jacob cumpliera con el deber de su manada.

El pequeño y joven omega se encontraba emocionado, sabía que todo aquello era una gran responsabilidad, y aunque su imprimación no estaba a su lado, él no podía dejar que aquello le afectase. Había sido obligado a madurar, y abrir sus ojos, ahora tenía una manada por la que luchar y salir adelante.

Sus hermosos ojos se encontraban fijos en la hermosa luna escarlata, aquella luna que salía una vez que cien años, sus suaves rayos caían sobre su pelaje, el cual se movían con suavidad al compás del fresco viento. Sus garras se incrustaron en la arena húmeda y soltó un leve gruñido al escuchar unos suaves y casi imperceptibles pasos.

-Tranquilo cachorro. –Jacob frunció su ceño y soltó un gruñido al ver al ex líder muy cerca de él, agitó su cabeza al sentir como esos largos dedos despeinaban su esponjosa melena, pero no hizo nada por alejarse de él. –Este lugar es muy tranquilo.

Sam se sentó en la arena, sin importar ensuciar sus caras ropas, y palmeó divertido su lado derecho para que el joven omega se sentara a su costado.

-Todo está muy tranquilo. –Sam asintió suavemente ante las palabras del más joven. Casi sin darse cuenta frunció ligeramente sus labios, sabía que aquello era muy raro.

Todos sabían lo que su joven líder había sufrido por aquel vampiro, apretó sus manos, sin importarle que sus uñas se llenaran de tierra, o que lastimaran su piel, intentó respirar profundamente, para no alterar al menor, y sonrió suavemente al ver como esas gemas brillaban ante la luz de la luna.

-Será mejor que vayamos a dormir. –El joven lobo gruñó por lo bajo, haciendo sonreír al mayor. –Aún eres joven, además mañana te espera un arduo entrenamiento.

Sam sonrió tristemente al ver como Jacob se alejaba de él, frotó con algo de fuerza su mano contra su pecho al recordar la pequeña reunión que habían tenido aquella mañana, sabían que algo malo estaba a punto de suceder, y por ello todos debían estar alertas, sin importar que, protegerían a su nuevo líder.

-Esto es lo mejor. –Billy había apoyado su cabeza contra el fuerte pecho de Carlise, y soltó un ligero suspiro al sentir las suaves caricias del mayor sobre sus cabellos, cerró levemente sus ojos al sentir como aquel sentimiento de angustia iba desapareciendo, si quiera, tan solo por unos cortos minutos. –Sabes que esto es lo mejor.

Billy mordió su labio inferior al ver como su hijo regresaba de su entrenamiento con Sam, sabía que aquello era necesario, pero no podía dejar de ver a su hijo como un bebé; dio un ligero apretón de su mano contra la fría mano de su vampiro, y cerró lentamente sus ojos recordando cómo había empezado todo aquello.

-No quiero que sufra. –Carlise dio un pequeño beso sobre los cabellos del menor, y lo aferró mucho más fuerte contra su cuerpo.

Sonrió suavemente al escuchar como su lobo soltaba un pequeño grito, cuando lo tomó entre sus brazos para ingresar a la habitación. El calor del interior era cálido, y agradecía que el invierno estuviera pasando poco a poco; Billy se acomodó entre su pecho, deseando seguir sintiendo aquellas suaves caricias.

Nunca antes se le había antojado dormir en una cama, ni siquiera se le había pasado por la cabeza estar en una. Pero sentía como su muerto corazón podría saltar de alegría al tener a su pequeño omega entre sus brazos.

Little pain  (yaoi-Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora