Capitulo III

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La neblina empezó a volverse cada vez más densa, las copas de los árboles empezaban a volverse de un color plomizo, dejando que la neblina bajase hasta cubrir todos los pequeños espacios del pueblo. Muchas personas dejaron de salir de sus casas y la calefacción de la escuela estaba a poco de malograrse.

Bella arregló su bufanda, mientras observaba como el vaho caliente salía de su boca, sus mejillas se habían teñido de un suave rosa y su cuerpo comenzaba a recibir los pequeños espasmos del invierno, a lo lejos se podía oír el sonido de la campana, dando finalizadas las clases, dejando que los alumnos salieran con prisa.

Los ojos de la mujer brillaron con emoción, mientras que una enorme sonrisa se iba mostrando en su rostro al ver la cabellera cobriza de Edward, dio unos pequeños pasos, pero se detuvo al verlo acompañado por Alice y alzó su mano para que el joven la viera y se acercase a ella.

Los ojos de Alice se tornaron de un suave escarlata, pero rápidamente pestañeó regresando a sus suaves ojos, soltó un suave suspiro, mientras tomaba suavemente el brazo de su hermano obligándole a detenerse, Edward vio como Alice había fruncido ligeramente su ceño al ver como Isabella se detenía lejos de ellos.

-¿Seguro que quieres ir con ella? –La voz de Alice sonó suave e insegura y soltó un leve gruñido al sentir como Bella empezaba a impacientarse. Edward le dedicó tan solo una pequeña mirada a su hermana y tan solo asintió suavemente.

-¡Edward! –Su hermana tan solo observó cómo Isabella abrazaba fuertemente a su hermano del brazo, frunció su pequeña y respingada nariz al ver que la mujer ni siquiera le dedicaba ni un pequeño saludo. –Estaba pensando en reunirnos hoy para avanzar con el trabajo.

La mujer arregló sus guantes y su gorro, sintiendo como el frio empezaba a calarle sus huesos, observó ligeramente como el viento helado quemaba sus pulmones para luego salir en forma de vapor y llevó ligeramente su mirada hacia el varón, sorprendiéndose de que éste no sintiera frío.

Frunció ligeramente al observar aquella piel tan fina y pulcra, sin rastros de manchas o cicatriz, aquella nariz respingada, sus pómulos suaves y un mentón fuerte, Bella sintió como sus mejillas se sonrojaban suavemente al intentar tomar la mano del varón.

El viento empezó a soplar suavemente, moviendo las delgadas ramas de los árboles, Bella detuvo su mano en el aire al ver como Edward se detuvo abruptamente al escuchar unos suaves sonidos provenientes de unos frondosos arbustos, frunció ligeramente su ceño al sentir un aroma algo dulzón.

-¡Jacob! ¿¡Qué estás haciendo aquí!? –El pequeño niño salió de los arbustos, sus cabellos azabaches se encontraban cubriendo parte de su frente, notando el leve sonrojo en sus mejillas bronceadas, el vampiro se perdió en aquellos ojos tan brillantes y tampoco le pasó de percibir el suave calor que emanaba de aquel menudo cuerpo, espabiló rápidamente al escuchar el grito molesto de la mujer.

No pudo evitar fruncir su ceño al ver como la mujer empezaba a molestarse y se acercaba hacia él, asustándolo. Edward sintió como el calor empezaba a aumentar por su pecho, quiso acercarse al pequeño lobo, pero observó cómo los dedos de la mujer empezaban a fijarse con fuerza en su brazo.

-Yo... solo... quería visitar al tío Charly. –Edward sintió como aquella suave voz acariciaban sus tímpanos como si fuera el suave aleteo de una mariposa, nuevamente sin entender, su sangre empezó a calentarse, mientras que su audición iba opacándose por un suave zumbido. Cubrió sus oídos intentando mantener sus sentidos intactos.

-Él no está en casa. –Isabella fue brusca en responder y aquello no pudo ser evitado por Edward. –Así que vete a casa, que estoy ocupada. -El vampiro sintió un fuerte golpeteo en su pecho y espabiló cuando los largos dedos de la mujer zarandearon fuertemente el delgado brazo del menor, para alejarlo de su camino.

Little pain  (yaoi-Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora