Capitulo X

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Toda la manada se había reunido en el centro del pequeño pueblo, los alfas se encontraban transformados en su forma animal, listos para atacar a cualquier enemigo, todos se encontraban deseosos de matar a todo aquel que se atreviera a atacar a su joven líder.

Observaron como Carlise llevaba en brazos el cuerpo de Jacob, mientras que rápidamente Billy se acercaba a ellos.

-¿Qué pasó? -Intentó palpar el rostro de su hijo, y sintió como su corazón se agitaba con fuerza y dolor al sentir como el calor empezaba a acumularse en aquel pequeño cuerpo.

-Primero llevémosle a su habitación. -Billy parecía querer replicar, pero ante la mirada del mayor se quedó callado, su lobo interior rugió fuertemente al sentir el aroma de Edward. Frunció su ceño con molestia, deseaba atacarlo, calvar sus colmillos en aquella piel lechosa, pero sintió la mano de Carlise sobre su hombro -Sígueme.

Los lobos soltaron sus fuertes y molestos rugidos al ver como Edward se detenía junto a Emmet, deseaba seguir a su padre y cobijar el cuerpo de Jacob entre sus brazos, pero tan solo pudo quedarse de pie y aceptar las turbias miradas de los lobos; Sam caminó con pasos calmados hasta los dos vampiros.

-No puedo permitir tu ingreso. Pero puedes quedarte en la playa hasta que hables con Carlise. –Ed aceptó y le dedicó una simple sonrisa a su hermano, Emmet no dijo nada, escondió sus manos en los bolsillos de su pantalón y caminó hasta la cabaña que compartía con su nueva familia.

Sabía que a su hermano le iba a costar recuperar la confianza de la manada, todos ellos eran una familia, y si dañaban a uno, los dañaban a todos.

-Él se encuentra bien. –Emmet se quedó en la puerta junto con su padre, observando como Billy se encontraba en la cama, acariciando los oscuros cabellos de su hijo. –Por lo poco que pudo decirnos; le dio batalla a James, pero perdió sus fuerzas poco antes de que llegáramos.

-Entiendo. -Los hermanos se acercaron a su padre, habían sentido los movimientos de Edward. Una extraña, pero fuerte energía se sentía muy cerca de ellos, era pesada y fría. -¿Qué vamos a hacer?

-Pelear. –Billy solo vio como Carlise salía de la habitación, sabía que lo iría a ver, aquel aroma se podía sentir en todo el lugar.

-Él es fuerte, después de todo es mitad licántropo y mitad vampiro. –Billy sonrió despacio ante las suaves palabras de Emmet, dejó que el joven apoyará sus manos sobre sus hombros y acarició con ternura aquellas grandes manos.

Emmet era tan grande, se podía ver como cada músculo se flexionaba ante cualquier pequeño movimiento; pero era tan amable y tierno, que sabía que su hijo Seth se encontraba en buenas manos. Acarició los cabellos del más joven, sonriendo al saber que su familia había crecido aún más.

Cuando Carlise llegó hasta la orilla de la playa, pudo darse cuenta que el aura de Edward se encontraba desestabilizada, aquella mirada ámbar se encontraba perdida y molesta, sus manos cerradas en fuertes puños, daba la idea que podía explotar en cualquier momento.

-Me alegra que estés bien. –Edward bajó su mirada hasta la tierra húmeda, podía sentir con fuerza el aroma de su cachorro, y sabía que a su pequeño Jake le gustaba ese lugar. -¿Qué fue lo que pasó?

-Yo... pensé que mi camino era el de hace siglos, pensé que mi amor hacía Lara seguía intacto, pero ella no es la misma. Nunca lo fue.

Carlise se sentó sobre la arena húmeda y sonrió suavemente al sentir que el menor hacía lo mismo, intentando buscar su consuelo. Recordó el día en que estuvo enfermo y su madre le hizo jurar cuidarlo, sabía que había sido difícil desprenderse de lo que conocía. Su lado humano siempre iba a estar latente.

Little pain  (yaoi-Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora