Capitulo XV

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Nunca había pensado en la necesidad de tener una cama, le parecía algo ilógico y sin sentido. Pensó que nunca más en su vida iba a necesitar de una, pero en esos momentos se agradecía de estar acostado sobre el mullido colchón. Sonrió embobado al sentir el calor de otro cuerpo. Tenía el cálido cuerpecito de su alma gemela pegado al suyo, acarició loa cabellos desordenados de Jake, su piel bronceada, y su rostro; un rostro que había dejado atrás las marcas aniñadas, para convertirse en un hermoso joven.

Pasó lentamente sus dedos por sus mejillas, pasando sutilmente sus dedos por sus labios, acariciando aquella piel, tan caliente a su tacto, una piel tan limpia y suave, acarició aquella pequeña y respingada nariz y quiso reír al ver como el menor fruncía su naricita.

Lo amaba tanto y sabía que iba a pasar toda su vida para enmendar todo el dolor que le había causado, besó sutilmente la frente del moreno y dejó que su cachorro se acomodara entre sus brazos, su cabeza se apoyó sobre su pecho, dejando que sus cabellos se desparramaran por todo su fino rostro.

Pasó sus brazos un poco más por su estrecha cintura, atrayéndolo mucho más a su cuerpo, deseando ser uno, fusionarse con ese calor, necesitaba sentirlo mucho más cerca, sentía aquella necesidad de hacerlo suyo, de marcarlo, pero no podía hacerlo, no cuando estaba recuperando su confianza.

-No... puedo respirar. -Rápidamente soltó aquel cálido cuerpo, sintiendo como el fría los envolvía con rapidez, pudo escuchar un suave rugido por parte del menor. -Pero tampoco quiero que dejes de abrazarme.

Edward sonrió ligeramente al escuchar aquellas palabras, pasó nuevamente sus brazos alrededor de su cintura, mientras que Jacob se removía ligeramente, hallando una posición que le gustara, pero terminó por quedarse entre los brazos de su imprimación, cerró sus ojos, sintiéndose complacido al sentir como el mayor repartía suaves besos por el largo de su cuello.

-Te amo, Mi Jake. -Edward sintió como aquel cuerpo se estremecía entre sus brazos, y sin soltarse el menor se fue volteando gasta observar aquellos ojos ámbar, tan brillantes y hermosos. -Mi cachorro. Eres mío. Solo mío.

El menor apoyó su frente en el pecho desnudo de su vampiro, sintiendo como se complementaban, frío y caliente. Pasó sus dedos por la lampiña piel y una ligera sonrisa se mostró en su rostro al saber que el mayor se estremecía ante su caricia.

-Pero ya no soy un cachorro.

-Para mí lo seguirás siendo. -El menor alzó suavemente su mirada, sentía como el calor empezaba a acumularse en sus mejillas, podía sentir como su corazón saltaba fuertemente y pudo escuchar a su lobo gruñir satisfactoriamente. -Por siempre.

-Por la eternidad. -Jacob sonrió ante la pequeña sonrisa que le mostró su vampiro, cerró lentamente sus ojos, su lobo rugió con fuerza, satisfecho ante aquellas palabras, ante aquellas caricias, podía sentir como su otra mitad le pedía unirse.

Edward le besó, fue un beso tierno, lleno de sentimientos y emociones, la mano del mayor se posó sobre la nuca del pequeño, demandando sus labios. Jacob sintió un suave gemido cuando la lengua de Edward acarició sus labios para luego, lentamente irse introduciendo en su cavidad.

Empezó a sentir como el fuego recorría su cuerpo, el calor y el contacto ya no era suficiente, lo necesitaba. Sus pequeñas manos se posaron en el fuerte pecho del vampiro, intentando controlar las ganas de sentirlo aún más cerca.

-Espera. -Edward intentó alejar aquel cuerpo, pero Jacob se había impregnado en él, no quería soltarlo, pero temía lastimarlo. Besó la respingada nariz de su pequeño lobo y sonrió al ver como fruncía su naricita. -Te deseo, pero no deseo que nuestra primera vez sea de este modo.

Little pain  (yaoi-Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora