00: Niñero.

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Cuando Kim Minseok se mudó a la manzana donde vive, tenía tan solo cinco años y su madre le advirtió desde la cocina que tuviera cuidado al subir las escaleras.

Sus piernas han sido cortas desde que puede recordar, nunca fue el más alto de sus compañeros de clase ni tampoco el más rudo, Minseok siempre fue considerado tierno por la mayoría de los padres de familia en atiborradas juntas y, como su madre siempre le enseñó los mejores modales, sus profesores no tardaron en proponerlo como presidente de la clase, alegando que nadie más que él era capaz de dar el ejemplo, y sus compañeros, que lo adoraban tanto, en aceptarlo como tal.

Pese a que era tímido, jamás se le dificultó hacer amigos. Todo el mundo quería sentarse junto a él para admirar de cerca sus mejillas regordetas, cada persona en su salón quería compartir con él su almuerzo y regalarle un bollito porque Minnie, Minnie, te pareces mucho a este panecito. Con diez años, cualquiera podría apostar que el niñito bonito y pelirrojo se convertiría en nada más que un mimado presumido y presuntuoso aprovechándose del amor que le tienen todos, pero no fue así.

Tal como sus padres esperaban de él, sus calificaciones alucinantes jamás disminuyeron. Un uno y un cero siempre adornaban sus atesoradas boletas de notas, así como sus reconocimientos la pared de las escaleras que lo conducían a su habitación. A Minseok le fascinaba hacer sentir orgullosos a sus padres y que estos lo presumieran al resto de sus familiares, le encantaba la sonrisa de satisfacción en los labios de su querido padre cada vez que traía consigo un nuevo logro a casa, así como recibir los cálidos abrazos de su madre cada vez que le quitaba una nueva estrellita brillante de la frente y la pegaba en la estantería de libros de la sala, siempre sonriéndole para reconfortar su corazón, para alimentar su confianza, siempre murmurando te quiero de aquí a la luna y de regreso.

Por eso, con trece años recién cumplidos, Minseok no puede hacer otra cosa más que sentirse decepcionado.

Su madre le llevó un gran pastel al salón de clases para que lo compartiera junto a sus amigos en el receso, todos aplaudieron cuando sopló las velitas y le cantaron feliz cumpleaños, así como se acomodaron a sus espaldas para que les hicieran una fotografía y se formaron a la hora de partir el pastel. Pasaron un rato realmente agradable y su profesora de inglés incluso se llevó un par de bocinas para reproducir las canciones de su girlband favorita mientras degustaban de su pastel de chocolate.

Todo era perfecto, en verdad que así parecía, pero Minseok no quería nada de eso. Por primera vez no le interesaban los abrazos fuertes, ni los mimos o apapachos de sus padres, lo único que Minseok había estado pidiéndoles durante casi medio año era un video juego y, por lo que veía, no tenían pensado obsequiárselo.

-Tranquilo - le susurró Lu Han con cariño al oído, depositando un tierno besito en su mejilla porque todo el mundo sabía que el de mejillas regordetas era su adoración, su florecita. - Seguramente el regalo te lo darán en casa.

Enamórate de mí, Hyung || XiuHaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora