Cuando sus padres no le dejan más remedio que conseguirse un empleo para ganar dinero, la Sra. Kim le abre las puertas de su casa para que se haga cargo de cuidar a sus hijos por una paga considerable y Minseok, a sus trece años recién cumplidos, nu...
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🐨❤🐹
La primera vez que alguien trató mal a Minseok en la escuela, sucedió justamente un mes después de su primera visita a casa de KyungSoo.
Últimamente las cosas estaban complicándosele para trabajar, pues Taeyeon hacía más preguntas de las normales y había comenzado a querer pasar tiempo con él desde que sus chismosas vecinas le dijeron que había empezado a vestirse muy raro. Desde entonces había tenido que faltar muy seguido a casa de los Kim, aunque afortunadamente YeRim casi siempre se la pasaba en casa a esas alturas, por lo que no hubo nada de qué preocuparse.
Decir que sintió miedo, sería decir poco, pues no se trató de una sola persona, sino de varios compañeros de último grado que se alejaron por el pasillo rompiendo en estridentes carcajadas porque ¿viste la cara del mariquita? ¡Casi se hace encima!
Y el pelirrojo simplemente no podía concebir ser llamado de ese modo, aunque entendiese muy poco del significado, por lo que cuando alcanzó a Lu Han en el patio, lo hizo con los ojos inundados en lágrimas y las mejillas rosadas, balbuceando otra incoherencia porque simplemente no sabía qué era lo que había hecho tan mal como para desagradarle a esos tipos, pues únicamente los había visto en un par de ocasiones y estos solamente lo habían mirado para bufarse con bastante desdén.
ㅡ¡¿Qué te hicieron?! ㅡ El ceño de su niño de ojos brillantes se frunció al instante, sus suaves manos enmarcando la carita de Minseok. ㅡ ¡Dime quién fue!
Minseok se sorbió los mocos antes de zarandear la cabeza porque no podía contarle, sabía que su amigo nunca se quedaba callado y que probablemente le darían una paliza, y a Minseok la palabra paliza no le gustaba, mucho menos si involucraba a Lu Han, porque él no quería que su florecita saliera lastimada.
Totalmente lastimado por ver el rostro de su bebé empapado, el chino se apresuró a limpiar el rastro de sus lágrimas con sus pulgares, pegando sus frentes y acordándose de cómo respirar mientras su nariz temblorosa jugaba a tocar la suya, alientos mezclándose desprendiendo pura incertidumbre.
ㅡNada de lo que te hayan dicho es cierto ㅡ su mejor amigo le dijo a Minseok y este asintió, no dijo más.
Lo hizo porque pese a que podía ver en los brillantes ojos de Lu Han que él había recibido comentarios y empujones como los que acababan de propinarle a él antes, quería creer en la promesa muda que sus manos entrelazadas a las suyas estaban haciendo: Se detendrán.
Definitivamente lo harían, pues no había motivo alguno para volver a molestarlos.
Una vez hubo logrado que se calmara tarareando una canción para él, el chino depositó un suave beso en la boquita del mayor y se apartó de inmediato, echándole un vistazo a todos lados para asegurarse de que nadie los hubiese visto.
Las mejillas gorditas de Minseok estaban ardiendo, Lu Han nunca lo besaba en la escuela.
ㅡBesarnos... ㅡ Musitó y tragó saliva, dudando de si debía mirar a los ojos a su amigo o no cuando finalmente espetara la pregunta que llevaba semanas correteando en su mente. ㅡ ¿Está mal, Lu-Ge?
