Cuando sus padres no le dejan más remedio que conseguirse un empleo para ganar dinero, la Sra. Kim le abre las puertas de su casa para que se haga cargo de cuidar a sus hijos por una paga considerable y Minseok, a sus trece años recién cumplidos, nu...
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Sentarse a hablar con Taeyeon y Ji Yong acerca de su futuro, fue una de las cosas más difíciles a las que Minseok tuvo que enfrentarse a sus diecinueve años recién cumplidos.
Cuando finalmente lo hizo, ya llevaba días evitando quedarse a solas con su madre, pues la fecha de su graduación cada vez estaba más próxima y en las oficinas de la preparatoria le exigían que tomase una decisión para poder elaborar su recomendación a la Universidad que cursaría. Minseok sabía que no podía seguir evitando esa conversación por mucho tiempo, pasaba los días afligido e incluso había creado una barrera entre él, Lu Han y cada uno de sus niños.
No era necesario que nadie se lo dijera, él sabía que algo había cambiado y la sensación lo estaba volviendo loco de apoco. Supone que ese fue el motivo por el que, una noche mientras le ayudaba a Taeyeon a lavar los platos y la escuchó mencionar alegremente que se moría por acompañarlo a comprar algunas cosas oficiales de la Universidad de Seúl, que Minseok explotó.
Un plato se le resbaló de las manos, el sonido haciendo estragos con la tranquilidad anteriormente instalada en la cocina y logrando que su madre se sobresaltara aún más cuando intentó arreglar el desastre, haciéndose una cortada menor en su dedo índice en el proceso.
El vómito verbal vino un segundo después, tras soltar la pequeña rubia una exclamación y aproximarse totalmente preocupada con la única intención de auxiliarlo.
ㅡQuiero estudiar en la Universidad de Gwangju.
Pese a que un segundo atrás de pronunciar la oración su madre lucía intranquila, no palideció sino hasta que hubo procesado el significado de sus palabras.
Y se quedó quieta, ambos sumergidos en el angustiante silencio que últimamente había estado girando en torno a ellos. El sonido del agua goteando desde el grifo hasta el lavamanos fue lo único que llenó sus oídos durante lo que le pareció una eternidad.
ㅡ¿Sucedió algo cariño? Te escuché gritar y...
Ji Yong se detuvo en seco tras la barra de la cocina, dedicándole una mirada temerosa a ambos, pues los ojos de su esposa se inundaron rápidamente de lágrimas antes de dejar caer sus delgadas manos sobre los hombros de su pequeño pelirrojo.
ㅡNo lo dijiste.
ㅡM-Mamá...
El padre de familia respiró con intranquilidad, aproximándose a la tensa escena con una de las toallitas limpias de la cocina al notar que uno de los dedos de su Minseok sangraba, entregándosela para que ejerciera presión.
Minseok jamás había visto a Taeyeon llorar. Nunca en diecinueve años, sabía que su madre era una mujer fuerte y determinada, alguien que jamás se arrepentía de tomar una decisión y pese a que por supuesto que había llegado a tener frustraciones tanto económicas como en su matrimonio, jamás dejó que su pequeño la viese así de frágil.
